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Fabián Medina, En Letra Pequeña

En Letra Pequeña

He visto crecer en los últimos años un ejército de opinadores que desde supuestas posiciones "progre" descalifican todo lo que opinan los demás. Yo los llamo "crucificadores".

Crucificadores

He visto crecer en los últimos años un ejército de opinadores que desde supuestas posiciones “progre” descalifican todo lo que opinan los demás. Yo los llamo “crucificadores”. Son aquellas personas que consideran que usted no puede estar en contra de nada si no está en contra de todo, y como no se puede estar en contra de todo, su misión en la vida parece ser que nadie esté en contra de nada. Por ejemplo, si usted postea en alguna red social algo contra el maltrato a un perro callejero no faltara quien salga tratándolo de hipócrita para arriba porque “ahhh, de la matanza de ballenas en el Ártico si no decís nada ¿eh?” Y si se le hubiese ocurrido mencionar  a las ballenas, rápidamente replicarán: “¿Y las focas? ¿Ajá?”

Insaciables

A este tipo de personas nunca se les da gusto. ¿Ya sabe cuáles son? Me imagino que tendrá algún nombre en mente. Si, es aquel mismo que si usted critica algo del gobierno le dirán que es fácil hablar pero que no sale a las calles a protestar, y si sale a las calles a protestar le dirán que le falta valentía para irse a la montaña, y si se va  a la montaña es seguro que pedirán que se haga matar para que sea coherente. Son insaciables. Piden y piden desde su sillón, muchas veces desde el extranjero, en chinelas y calzoneta, con tragos y boquitas en la mesa, frente a su computadora. ¡Así son! Y para nuestra desgracia son muchos.

Un paso

Y no es que sea malo condenar también la matanza de las ballenas. Y no es que sea malo que se proteste en las calles y también tengo que reconocer el derecho a la rebelión cuando no quedan más opciones. Mi punto es que qué bien que haya ciudadanos que condenen el maltrato a los perros callejeros, qué bien que haya quienes le reclamen al gobierno, qué bien que la gente se indigne por el trato discriminatorio que sufrieron unos niños en un restaurante de comidas rápidas, qué bien que haya cada vez más personas que condenan el piropo callejero. Y si ese ya es un paso en la dirección que consideramos correcta ¿por qué vamos a descalificar su derecho a opinar solo porque no están de acuerdo con nosotros en lo otro?

Autocrítica

En el fondo esto es una autocrítica porque cuando hablo de los crucificadores más que hablar de personas hablo de comportamientos que todos en algún momento hemos tenido. Claro, algunos más que otros. Y aquí, por justicia, debo reconocer que hay dos tipos de crucificadores. Aquellos que podríamos llamar bienintencionados, que quieren todo o nada, el mundo perfecto, y están los malintencionados, los que crucifican por conveniencia o encargo, como una forma de censurar la opinión que les disgusta.

Cepillos

Primos hermanos de los crucificadores son aquellos, bienintencionados digamos, que, ya en la política, nunca reconocerán a nadie como opositor porque en algún momento de nuestra historia se instaló que el opositor tiene que ser una persona impoluta. Un santo. Y así vemos cosas como que “es cierto que es valiente, que pone la cara, tiene buenos argumentos pero es sandinista” o “pero anduvo con Alemán” o “nunca apoya las causas sociales” y si las apoya “es que busca protagonismo”. Y están los otros, aquellos que les dije, de conveniencia o encargo, que por un lado están criticando a los opositores “porque no se han puesto a la altura” y por el otro están tirándole flores al gobierno. Y ahí es donde yo me pregunto: ¿A qué altura debe ponerse la oposición según estos señores que se sienten muy a gusto con este gobierno? ¿A la altura de ellos desde dónde solo se ven las botas que deben cepillar?

Indignados

En resumen, y  a propósito de los niños maltratados en un centro comercial, yo celebro la ola de indignación que se levantó contra su trato discriminatorio. Ojalá y este episodio sirva para discutir y analizar otros temas de fondo: racismo, pobreza, trabajo infantil, clasismo, etc. Celebro que muchos se hayan indignado igual por el bochornoso acto contra el zorro cola pelada de Rivas, o contra los perros cazados a flechazos, o que cada vez haya más personas que se atrevan a criticar al gobierno en las redes sociales. Es cierto que eso es insuficiente y falta mucho por hacer pero es que hace poco ni siquiera esas indignaciones teníamos.

Columna del día En Letra Pequeña Fabián Medina archivo

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COMENTARIOS

  1. el carolingio
    Hace 7 años

    Esto de las redes sociales es nuevo y hay que resignarse a la critica buena o mala lo que debe primar es la verdad de todo lo que se diga o replica

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