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La Prensa

¿Cuál es la estrategia de Almagro?

Un medio de comunicación progubernamental publicó unas recientes declaraciones del secretario general de la OEA, Luis Almagro, en las que este aparentemente arremete contra la oposición de Nicaragua porque ha criticado su acuerdo con el gobierno orteguista. Buscamos la fuente original de tales declaraciones y no pudimos encontrarla, pero aún así vale la pena comentarlas.

Según el medio progubernamental, Almagro refuta a “quienes quisieran que la OEA derrocara gobiernos o exigiera lo que la oposición interna no ha logrado”. Pero esto no lo dice el secretario general del organismo hemisférico en sus declaraciones, es solo la opinión personal del redactor que presenta las declaraciones.

En Nicaragua nadie ha dicho que la OEA debe derrocar al Gobierno ni le ha exigido que haga lo que la oposición no ha podido hacer. Lo que se ha pedido a Almagro es que publique el informe sobre Nicaragua que elaboró antes de la farsa electoral del 6 de noviembre pasado; que cumpla su obligación de exigir al Gobierno del presidente designado Daniel Ortega que respete los compromisos de Estado consignados en la Carta de la OEA y la Carta Democrática Interamericana, sobre la democracia representativa y las elecciones transparentes, para que sean los mismos nicaragüenses —no la OEA— los que decidan su destino político. Y que sea coherente con lo que escribió en el artículo publicado el 31 de diciembre pasado en el diario El País, de España, que LA PRENSA reprodujo en Nicaragua con autorización de la OEA.

“La democracia —dice Almagro en ese artículo— es el instrumento esencial para el desarrollo de nuestros países, ejemplos recientes nos muestran cómo el debilitamiento de las instituciones, la falta de sujeción al Estado de derecho, el desconocimiento de poderes del Estado, la cooptación de la justicia, el deterioro de los derechos civiles y políticos tienen una incidencia absoluta en el bienestar y la seguridad de los pueblos”. Y sentencia que “los remedios están todos en nuestra Carta Democrática Interamericana”.

Con sus propias palabras Almagro ha retratado la situación actual de Nicaragua y, por lo tanto, es legítimo pedirle que actúe en consecuencia.

Pero en sus declaraciones acomodadas por el medio de comunicación orteguista Almagro no ataca a la oposición de Nicaragua, ni la refuta. Solo justifica el acuerdo de la OEA con el régimen orteguista y dice que servirá para “fortalecer dinámicas institucionales del país”. Además, Almagro reconoce el derecho a criticarlo de quienes no están de acuerdo con lo que él hace, aunque está seguro de actuar conforme a los instrumentos jurídicos que determinan sus funciones.

Es posible que el secretario general de la OEA crea que el acuerdo con Ortega servirá para restablecer la normalidad democrática en el país. Aunque podría ser una estrategia diplomática del experimentado diplomático y astuto político Luis Almagro, quien no puede ignorar que el proyecto de Daniel Ortega es perpetuarse en el poder y que solo está simulando una apertura, para impedir sanciones internacionales por sus flagrantes atropellos a la democracia.

Editorial Luis Almagro OEA archivo
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