14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Giovanni Sartori

Amor sin fin, el poema de Claribel

Amor sin fin es un poema de Claribel Alegría en cuya belleza el amor vence al tiempo y a la muerte y en el que el recuerdo es la vida que vuelve.

Amor sin fin es un poema de Claribel Alegría en cuya belleza el amor vence al tiempo y a la muerte y en el que el recuerdo es la vida que vuelve, el tiempo que pasa y a la vez permanece.
El poema de Claribel es un libro, (VISOR LIBROS), dedicado a la memoria de su esposo, Darwin J. Flakoll (Bud). Es el río de la vida y el amor en el que el recuerdo de Bud hace que el pasado reencarne en el presente, que la ausencia reafirme la presencia y que el silencio sea la voz que llena el corazón de Claribel.

“Salté del tiempo que me miró de frente… ¿Qué buscas?, preguntó… me tendía la mano el universo”… dice Claribel. Su amor a Bud hace en el poema y en la vida que el fin sea el principio, que el pasar sea el permanecer y el volver, y que gracias al amor se pueden escuchar las voces del silencio.

Como dice Gioconda Belli en el hermoso texto de la contraportada, “y es el canto el que asalta a Claribel con la valentía de quien presiente que llegar al fin es también asomarse al principio”.

Claribel en el canto de su amor a Bud, en el amor sin fin que nos cuenta y nos canta en su bello poema, hace escuchar las voces del silencio y sentir que el tiempo como el río pasa y a la vez permanece.

En una parte del poema, Cupido le dice a Claribel, “quieres ver a tu amado pero no es tiempo todavía”. “Anticipo su encuentro”, musitó Claribel. Todo el poema, a través de sus múltiples expresiones, es una evocación de Bud, en unas partes en forma implícita, en otras en forma explícita y directa, como pregunta o como afirmación; … “debo seguir sin ti”… “¿qué estás haciendo ahora?”

En una sección del poema, Estrella indómita, de la cual transcribimos algunas partes, Claribel se dirige a Bud y le dice:

“Vuelve/ vuelve, mi amor/ no importa si es en sueños/
ayúdame conmigo”… /…“las caricias del viento/ ya me aburren/
necesito las tuyas/ tus palabras…/ …sin ti la lluvia/ es solo un llanto/ y el sol/ un deslucido astro/ de añejos resplandores”.
Y en otra parte dice:
“lo llamo/no responde/ pero sé que vendrá/ que volverá hacia mi/
como vuelve la lluvia”…
… “En vano llamo/ y grito/ se traga el vacío/ mi lamento”…
… “me precede tu ausencia/ el dolor de tu ausencia”.
En las palabras, Claribel encuentra la vida y el amor de Bud:
…“Quiero sembrar palabras/ Palabras que asalten el poema/
y lo hagan hablar”…

Y es que las palabras como las cosas tienen perspectiva. La perspectiva de las cosas está en el espacio, la de las palabras en el tiempo. El silencio tiene múltiples voces: voces que fueron y voces que todavía no son; evocación y esperanza, nostalgia y presentimiento.

La idea es la palabra todavía en silencio. Hay ideas que no se dejan capturar por el concepto ni decir por las palabras. Pasan veloces con un ligero temblor de incertidumbre. Como las estrellas fugaces, iluminan momentáneamente el cielo del mundo. Son ideas para ser soñadas más que para ser pensadas. La idea es la palabra muda. La palabra es la idea encarnada, el verbo.

El río es una metáfora del tiempo, pasa siempre y siempre está en el mismo sitio, es constantemente otro y eternamente el mismo. “El tiempo es la imagen móvil de la eternidad”, dice Platón en el Timeo. Es también una metáfora del ser. ¿Pasa el tiempo en nosotros o nosotros pasamos por el tiempo?, se pregunta Fernando Gordillo; y Alfonso Cortés, el poeta metafísico, es categórico, se interroga y responde: “¿Tiempo dónde estamos/ tú y yo, yo que vivo en ti y/tú que no existes?”

Y Claribel en Pegaso, una de las últimas partes del poema, le dice a Bud:

“Ayúdame, amor, a recordar/ que ha de llegarse el día/
de tu encuentro”…
…“con paciencia te aguardo/ con amor/
y paciencia”…

El bello poema de Claribel, Amor si fin, nos enseña entre muchas otras cosas que todo lo que existe tiene un lenguaje y que el silencio es también una forma interna de expresarse. En la poesía el pensamiento es palabra pensada o intuida y la palabra es pensamiento dicho o sentido, pues la palabra del poeta es ave ingrávida en la que vuelan las ideas y los sueños.
La poesía es palabra en la que están la realidad de lo expresado y la fascinación de lo insinuado. Solo por el silencio conocemos la palabra como revelación, solo por la palabra conocemos el silencio como misterio.

Quiero recordar algunas de las palabras que dije hace unos años en el homenaje de la Universidad Americana (UAM), a Claribel con motivo de la celebración del Día Internacional del Libro.
“Claribel Alegría es sinónimo de poesía. En sus poemas se expresa su identidad ontológica, la naturaleza profunda de su ser; y en su persona, sonrisa y expresión, el ser de la poesía, que es ella misma hecha palabra y la palabra sentimiento.

La poesía de Claribel está presente en lo profundo de la conciencia subjetiva y en las expresiones del mundo, estableciendo un sistema de vasos comunicantes entre lo interno y lo externo, entre la contemplación reflexiva y el compromiso”.

Este libro de Claribel, Amor sin fin, es un canto a la vida y al amor que dice lo que sueña y sueña lo que dice; una reafirmación del amor que sobrevive a la ausencia, pues aquí la ausencia es presencia en el recuerdo, y el recuerdo realidad que se evoca y que regresa para vivirse de nuevo.

Además, el poema de Claribel nos enseña que la poesía, su poesía, es vida soñada y sueño vivido. Su poesía es fe y esperanza, evocación y realidad, ausencia que se hace presente en la palabra que es a la vez canto y encanto del amor.

El autor es jurista y filósofo nicaragüense.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí