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Álvaro Rodríguez

El compromiso de AmCham

Al asumir la presidencia de AmCham y después del primer encuentro de Junta Directiva, se acordó nuestra posición sobre diversos temas de interés nacional que hoy con toda transparencia comparto.

Lo primero que debemos garantizar son nuestros principios y valores, actuar conforme nuestros Estatutos y conforme lo contemplado en Aaccla. En ese sentido, nuestros principales objetivos serán promover la inversión extranjera, acceder a nuevos mercados para los productos nicaragüenses, promover un buen clima para los negocios, asistir a nuestros agremiados, defender la libertad de empresa, la apertura económica, el respeto a las reglas del juego, la protección de la propiedad privada y la seguridad jurídica, ejerciendo siempre nuestro derecho ciudadano de hacer críticas constructivas a todos los niveles.

Deseamos y estamos dispuestos a continuar aportando a la construcción de la gobernabilidad democrática de Nicaragua, y no solo porque queramos una buena imagen de país, sino porque estamos comprometidos con un sistema de elecciones libres y justas, ajustadas a derecho y el cumplimiento de las reglas del juego previamente acordadas. Para lograr dicho objetivo, es fundamental la voluntad política de todos, incluyendo —por supuesto— a los líderes del partido de gobierno.

Los problemas mundiales y nacionales son complejos, por eso creemos en el diálogo institucional, el cual siempre defenderemos. Una nación que no dialoga difícilmente supera sus problemas estructurales. El diálogo respetuoso y permanente es una herramienta indispensable para resolver los asuntos cotidianos, en ese sentido, esperamos que las instituciones facultadas tengan iniciativa e inclinación dialogante. Nosotros estamos listos y con una agenda muy clara.

El burocratismo y la lucha contra la corrupción son temas que requieren ser atendidos de manera estratégica. A todos nos afecta y todos quisiéramos ayudar, pero se requiere de acciones en la búsqueda de la descentralización institucional, lo que contribuirá a reducir este tipo de fenómenos que solo se disminuyen si nos sentamos y concertamos.

Las elecciones nacionales de noviembre 2016 nos dejaron varias lecciones, pero sobre todo se requiere reconstruir la credibilidad del sistema. El fenómeno del abstencionismo no podemos obviarlo, la ciudadanía demanda un Consejo Supremo Electoral renovado y garante de la voluntad popular expresada en votos. Es fundamental que el proceso de elecciones municipales que se desarrollará este año cuente con observación electoral nacional e internacional. Por eso creemos que el acuerdo de la OEA con el Gobierno es una oportunidad y podría ser un instrumento eficaz para lograr la aceptación de todos.

Queremos una Nicaragua de oportunidades, por eso no deseamos la aprobación de la “Nica-Act”, pues, el principal afectado sería el pueblo nicaragüense, incidiendo en la inversión extranjera, la generación de empleos, el apoyo de los organismos financieros internacionales, el costo del crédito, y sus efectos en la imagen-país. Los problemas políticos de los nicaragüenses los tenemos que resolver nosotros mismos, pero de una manera concertada, a través del diálogo democrático y con visión nacional. Por nuestra cuenta, tenemos la voluntad de apoyar en todo lo que esté a nuestro alcance, pero, la palabra principal no la tenemos nosotros.

Nuestro compromiso es trabajar por lo mejor para la nación, para el gremio empresarial y todos los sectores económicos y sociales. Por ello, este año daremos un gran aporte con la realización de la Conferencia el Futuro de los Negocios en América que celebraremos en junio con la participación de más de 400 empresarios del continente y con panelistas internacionales de primer orden. De esa forma AmCham contribuye a promover nuestro país. Nosotros hacemos nuestra parte.

El autor es presidente de Amcham.

Opinión Álvaro Rodríguez Amcham OEA archivo
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