Una de las noticias internacionales más relevantes de esta semana fue la censura impuesta por el gobierno de Venezuela a CNN en español.
A partir del miércoles 15 de febrero ya no se pudo ver en ese país suramericano la señal de la popular cadena estadounidense de noticias internacionales, la cual, como alternativa ofreció a los venezolanos su servicio informativo por medio de internet. Sin embargo el dictador Nicolás Maduro también ordenó bloquear las transmisiones en línea de CNN en Español.
La dictadura chavista de Venezuela es ahora la peor enemiga de la libertad de expresión y prensa en América Latina, después de Cuba comunista o igual que esta. La prohibición a los venezolanos de informarse por medio de CNN en Español no es la única agresión que ha cometido el régimen chavista contra la libertad de prensa. Este es el caso de más impacto local e internacional, pero otras señales de televisión venezolanas e internacionales han sido censuradas y prohibidas por la atroz dictadura chavista, e igualmente decenas de periódicos impresos y radiales han sido cerrados de manera directa e indirecta.
Paradójicamente, también en los Estados Unidos (EE.UU.), país donde la libertad de expresión y de información es sagrada y uno de sus valores supremos, los medios de prensa están siendo atacados fuertemente por el presidente Donald Trump, aunque no de manera letal como ocurre en Venezuela.
En una conferencia de prensa que ofreció el jueves de esta semana en Washington, el presidente Trump volvió a arremeter contra la libertad de información y contra todos los medios de prensa de manera indiscriminada. Esta vez, el motivo o pretexto de Trump para atacar a los medios ha sido la divulgación de informaciones sobre contactos confidenciales de miembros del Gobierno con autoridades rusas; de las cuales se derivó la renuncia del asesor presidencial de Seguridad Nacional, Michael Flynn, al quedar al descubierto que mintió sobre sus contactos con Rusia.
Sin duda que hay mucha diferencia entre las agresiones de Nicolás Maduro contra la libertad de expresión e información, y los ataques de Donald Trump a la prensa estadounidense.
Maduro prohíbe señales de televisión, clausura estaciones de radio y televisión, cierra periódicos escritos, encarcela y manda a agredir físicamente a periodistas. En cambio Trump solo ataca verbalmente a los medios, porque ofrecen noticias que le desagradan y divulgan información de hechos ciertos de interés público obtenidos extraoficialmente de fuentes gubernamentales. O sea que el presidente Trump ataca y denigra a los medios de prensa porque hacen su trabajo.
En el caso de Trump, como lo ha advertido la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) el peligro consiste en que los ataques verbales del Presidente contra los medios de comunicación podrían derivar en actos concretos represivos contra la libertad de expresión y de prensa.
La segunda enmienda de la Constitución le da al presidente de los EE. UU. tanto derecho de criticar a la prensa como a esta de criticar al Gobierno. A lo que no da derecho la norma constitucional, a nadie, es a falsear los hechos y criminalizar las expresiones e informaciones, como lo está haciendo el presidente Trump. Lo cual es tan reprobable como los actos contra la libertad de prensa de Nicolás Maduro en Venezuela.