Emma Watson es un referente en la lucha por la igualdad de género. Por esa razón, cuando le propusieron protagonizar la remake de La Bella y la Bestia, tuvo sus reservas e incluso dudó en aceptar.
Pregunta: ¿La razón? Respuesta: El síndrome de estocolmo, el estado psicológico en el que la víctima de secuestro desarrolla una complicidad con su secuestrador.
“Es algo con lo que realmente lidié en el comienzo, la temática del síndrome de estocolmo que gira sobre esta historia, del prisionero que se enamora del captor. Pero la Bella discute activamente y no está de acuerdo con la Bestia constantemente. No tiene las características de alguien que tiene el síndrome porque mantiene su independencia, la libertad de pensamiento”, aseguró en una entrevista con Entertainment Weekly.
Asimismo, Emma asegura que su personaje no siente que merece lo que le pasa sino que lucha contra ello: “Ella es desafiante al punto de que puede decirle a Bestia ‘si pensás que voy a cenar con vos y ser tu prisionera, bueno, no será así en absoluto’”, remarcó Emma Watson.
“Creo que hay otra cosa hermosa sobre la historia de amor, que es que ellos forman una amistad al comienzo que cambia en el medio cuando hay algo genuino que comparten, que es el amor que construyeron por fuera de eso. Creo que en muchos sentidos, eso es mucho más significativo que muchas historias de amor, cuando hay amor a primera vista”.
La Bella y la Bestia es una remake live-action del film animado de Disney, dirigida por Bill Condon y protagonizada por Watson y Dan Stevens. Su estreno en Nicaragua está previsto para el 16 de marzo.