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La piedra de Sísifo
Luis Sánchez Sancho

Las hazañas de Cástor y Pólux

Mi buen amigo Francisco Aguirre Sacasa me ha escrito para comentar que Zeus y Leda “también engendraron unos gemelos conocidos como los Dióscuros. Sus nombres eran —y son— Cástor y Pólux. Una vez que la Iglesia católica alcanzó una posición hegemónica en el antiguo imperio romano —después de “satanizar” a Julián— se dedicó a hacer desaparecer a los dioses antiguos. Pero no pudo extinguir a la devoción que los pueblos paganos tenían para los Dióscuros. Finalmente, pienso yo —sigue diciendo Aguirre Sacasa—  la Iglesia optó por aceptar el culto hacia ellos pero transformándolos en dos héroes cristianos: Pedro y Pablo. ¡Así perduran los Dióscuros! Podés ver esta transformación en Roma. A la subida de la Colina Capitolina están las gigantescas estatuas de los gemelos divinos, Cástor y Pólux, juntos a sus caballos. Y en la Colina del Vaticano, frente a la Basílica de San Pedro, están las estatuas gigantescas de los Dióscuros cristianos: Pedro y Pablo”.

Sobre esto último he buscado información pero no la he podido encontrar. Lo único que encontré es el dato  interesante de que al final de los  Hechos de los Apóstoles, en el Nuevo Testamento de la Biblia, se dice que Pablo viajó de Malta a Roma en un barco de Alejandría que “llevaba como insignia los Dióscuros”. ¿Por qué esa mención aparentemente sin sentido ya que en el texto bíblico no se dice nada más al respecto? La única explicación,  a mi entender, es que   a los Dióscuros se les rendía culto como divinidades protectoras de los marineros y la navegación, pero también como portadores de buenas noticias. ¡Y el evangelio que predicaba Pabla era precisamente la Buena Nueva!

En la mitología griega Cástor y Pólux, también llamados los Dióscuros (que en griego antiguo significa “hijos de dios”) son  hijos de Zeus y Leda como muy bien lo dice mi amigo Aguirre Sacasa. Zeus se transforma en cisne para poseer a  Leda, quien esa misma noche yace con  su esposo, Tíndaro  y queda embarazada de los dos. Al cabo de cierto tiempo Leda pone dos huevos, uno es fruto de su relación con Zeus y el otro es de Tíndaro. Del primer huevo nacen Helena y Cástor, quienes tienen naturaleza divina por ser hijos de Zeus y del otro huevo  nacen  Pólux y Clitemnestra, que por ser Tíndaro su padre son seres mortales.

Cástor y Pólux  siempre andan juntos, ayudándose y protegiéndose el uno al otro. Un día raptan a las doncellas  Febe y Talira, prometidas de Idas y Linceo. Estos persiguen tenazmente a los Dióscuros y los alcanzan en el monte Taigeto. Entran en combate y Linceo mata a Pólux, pero Cástor, quien es inmortal, mata a los dos contrincantes.

Cástor pide a Zeus que devuelva la vida a su hermano y lo haga inmortal, como es él. Pero Zeus atiende la petición a medias, divide la inmortalidad entre los dos y desde entonces Cástor y Polux, los Dióscuros, viven alternativamente.

Los colonos griegos  llevan a Italia  el culto a los Dióscuros y lo difunden  entre los nativos. Cuando la república romana está naciendo, el último rey de Roma, Tarquino el Soberbio, hace alianza con los sabinos y con ellos va a la guerra  para  tratar de recuperar el poder. La batalla decisiva  se va a librar junto al lago Regilia y el   líder de Roma,  Aulo Postumio Albino, jura que si los Dióscuros le ayudan a derrotar a sus enemigos hará construir en Roma un templo en su honor.

Al comenzar  la batalla  Cástor y Pólux aparecen montando soberbios caballos blancos, combaten junto a los romanos y les ayudan a alcanzar la victoria. Los Dióscuros aparecen después en Roma, junto a la fuente de la ninfa Juturna, donde abrevan a sus caballos y anuncian a los romanos que sus enemigos fueron derrotados. La república romana se ha salvado y en conmemoración de tan magno acontecimiento en ese mismo lugar es erigido el templo de los Dióscuros .

Yo nunca estuve allí, pero sé que las ruinas del templo de Cástor y Pólux donde se les rendía culto como guardianes de la libertad de Roma, se pueden ver hasta hoy en la capital italiana. Y como dice Francisco Aguirre Sacasa, en lo alto de la Colina Capitolina están las estatuas de los Dióscuros junto a sus hermosos caballos blancos que montaron durante la gran batalla de Regilia.

Opinión Cástor y Pólux mitología griega Zeus archivo
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