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Estados Unidos
La Prensa

Ortega en la mira de Europa

El pronunciamiento del Parlamento Europeo  sobre el retroceso que ha sufrido  la democracia en Nicaragua durante los últimos años, es claro y contundente.

La preocupación expresada por el  Parlamento Europeo en su declaración emitida el 17 de febrero,   es comprensible, legítima y necesaria. La democracia se estableció en Nicaragua a partir de las elecciones de febrero de 1990, porque los nicaragüenses decidieron poner  fin a la guerra y escoger el camino electoral para dilucidar sus controversias políticas, elegir voluntariamente  a sus gobernantes y establecer un sistema político democrático, como hacen todas las naciones civilizadas del mundo. Sin embargo,  la democracia no se hubiera podido establecer en Nicaragua  sin las mediaciones políticas y el  apoyo económico de la comunidad internacional, incluyendo de manera destacada  a  la Unión Europea.

De manera que es comprensible y  justo  que la comunidad internacional reaccione a los atropellos del régimen orteguista contra la democracia, en primer lugar al mecanismo de elecciones libres y limpias que fue estipulado en los acuerdos internacionales para la democratización de Nicaragua y Centroamérica, como condición indispensable para el establecimiento de la paz firme y duradera en el país y en toda la región.

Suena lógico,  entonces,  que después de constatar el grave deterioro que en los últimos años han sufrido  la democracia y el Estado de Derecho  en Nicaragua, el Parlamento Europeo demande al régimen de Daniel Ortega que “respete plenamente los valores democráticos”, los cuales incluyen la separación de poderes, la rendición de cuentas,  el pluralismo político efectivo, la libertad de expresión sin restricciones, la independencia del poder judicial, la existencia de una vigorosa  sociedad civil,  el respeto a los derechos humanos, etc.

En su declaración sobre Nicaragua el Parlamento Europeo ha enfatizado su  respaldo a doña Francisca Ramírez, la valiente dama campesina que  encabeza la lucha por la derogación de la ley canalera, y con los indígenas del Caribe cuyas tierras ancestrales están siendo invadidas y usurpadas ante la indiferencia o  complicidad gubernamental.

Una atención especial hay que poner en el punto 10 del pronunciamiento de los parlamentarios de Europa, en el cual se  “señala que, a la luz del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y los países de América Central, se debe recordar a Nicaragua (o sea al régimen de Ortega) la necesidad de respetar los principios del Estado de Derecho, la democracia y los derechos humanos, valores que la Unión defiende y promueve; (e) insta a la Unión a que vigile de cerca la situación y, si fuera necesario, sopese las medidas que se podrían tomar”.

Es obvio que esto se refiere a que la Unión Europea podría imponer sanciones políticas o de otra naturaleza al régimen orteguista —como ya lo hizo después del fraude electoral de 2008—, por sus  flagrantes atropellos a la democracia y violaciones a los derechos humanos.

El Parlamento Europeo, igual que la OEA por medio de su secretaría general, solo le  pide  a Ortega que cumpla  lo que tiene obligación de cumplir. Nada más que eso.

Editorial Daniel Ortega Nicaragua Parlamento Europeo archivo

COMENTARIOS

  1. Leo solo
    Hace 7 años

    Hay algo mas grave aun que el parlamento europeo no quiere mencionar, pero si lo tiene muy en mente, y es la estrecha relación del régimen Orteguista con el presidente ruso Putin y la defensa de los intereses,de su gobierno,en la anexión de Crimea y la separación de Osetia, acciones estas defendidas por el Orteguismo.

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