El artículo del señor Arnoldo Toruño del pasado 27 de enero en las páginas de opinión de LA PRENSA, titulado: Que pretenden los CxL y el descubrimiento de las facilidades que les está dando el Consejo Supremo Electoral (CSE) al movimiento del exdiputado Eduardo Montealegre y del excandidato Saturnino Cerrato, han despertado una serie de rumores y suspicacias que nos hace sospechar que el presidente está preparando una nueva camada de opositores a su medida. Las juramentaciones en combo, es decir por departamento en vez de por municipios, son apenas una de las facilidades que se le están otorgando a ambas organizaciones, en cambio el Movimiento Unidad con Dignidad (MUD) que tiene solicitada su personería jurídica desde el mes de septiembre del 2015, sigue durmiendo el sueño de los justos.
Si a esto le agregamos los acuerdos dados a conocer entre la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Gobierno, el futuro de nuestra democracia no pinta bien. Razón por lo que la pregunta obligada es: ¿Qué tantas legitimidades tendrán ante nuestro pueblo los CxL de Eduardo Montealegre y el partido del señor Cerrato? ¿Quién le hace más daño a la democracia, los que se prestan al juego haciéndose pasar por opositores o el Gobierno que pretende seguir engañándonos usándolos a ellos? Demasiadas preguntas y muy pocas respuestas dirían algunos y tienen toda la razón. Al inicio de este artículo mencionaba al señor Arnoldo Toruño. Quien entre sus elucubraciones sobre el actuar de los CxL se preguntaba lo siguiente y cito textualmente: “aunque alguien les advirtió en un artículo en LA PRENSA que no había prisa, y que era más prudente esperar que pasara la visita del secretario general de la OEA, se apresuraron a presentar su solicitud ante el CSE. Como resultado, es muy probable que este organismo haya percibido que una parte de la oposición estaba aceptando los resultados del vil proceso electoral.” Cierro cita, pero no creamos que el Gobierno solo está contando para su supervivencia política con los partidos políticos, también tiene una buena cantidad de individuos y organizaciones que esgrimen el pragmatismo y el estado de la macroeconomía como estandarte para justificar la permanencia del señor Ortega en el poder.
Me explico: el pragmatismo al que hacen mención estas personas, es en realidad una pretensión insana para que aceptemos como hecho consumado la farsa electoral recién pasada y lo que es peor, pretenden hacernos creer que la democracia y el respeto a nuestros derechos humanos no son tan importantes, cuando se tiene la oportunidad de seguir creciendo económicamente, aunque esa opción es solo para el beneficio de unos pocos.
Ante esta y otras opiniones que pretenden mediatizar el derecho de nuestro pueblo a reclamar por elecciones honestas, en donde se respete el voto de los nicaragüenses, en mi calidad de coordinador del MUD les digo que no nos callarán, que seguiremos exigiendo el respeto por nuestro derecho a organizarnos, jamás seremos apéndice ni colaboracionistas de los verdugos del pueblo y si eso impide que “el que manda” ordene no entregarnos la personería jurídica a la que tenemos derecho, seguiremos desde la trinchera del pueblo denunciando la falta de legitimidad de quienes dicen gobernarnos, así como el contubernio de los que se presten a hacerle el juego vengan de donde vengan.
El autor es coordinador del Movimiento Unidad con Dignidad (MUD)