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¿Qué deben Nicaragua y Centroamérica aprender de los Tigres Asiáticos?

El BID recomienda a la región aplicar la misma receta de los países asiáticos para sostener el decadente crecimiento

Implementar las mismas políticas de desarrollo que los países conocidos como “Tigres Asiáticos” —Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur— aplicaron para aprovechar su creciente mano de obra joven (fenómeno llamado bono demográfico), podría ser una de las pocas “tablas de salvación” que Centroamérica y República Dominicana tendrían para afrontar la pérdida de impulso que su economía experimentaría en el próximo quinquenio, ante el agotamiento de vientos favorables que por años soplaron a la región.

Si se lograra aplicar la misma receta asiática, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sostiene que países como Nicaragua, Guatemala y Honduras se perfilarían como los que más se beneficiarían del rédito que dejaría, por ejemplo, un incremento en los niveles de educación de la fuerza laboral, porque son las economías con los menores grados de calificación en su mano de obra.

En Centroamérica más del cincuenta por ciento de los jóvenes entre 15 y 24 años se encuentra fuera del sistema educativo, la mayoría de los cuales se dedican a trabajo de baja calidad y de poca remuneración.

“A pesar de los logros alcanzados en educación, en calidad y cobertura, Centroamérica y República Dominicana aún está rezagada con respecto a las regiones más avanzadas del mundo. Tómese como referencia a los Tigres Asiáticos. En 2013, el promedio de años de educación de la población mayor a 25 años en aquellos países fue 10.7 años, mientras que en el istmo y República Dominicana fue 7.3 años (un nivel similar al que tenían los Tigres Asiáticos en 1990)”, precisa el BID en su estudio Cuando los vientos a favor se agotan: Oportunidades para fomentar el crecimiento inclusivo en Centroamérica y República Dominicana.

En cuanto a la cobertura educativa, en 2013 la tasa de matrícula bruta en secundaria en los Tigres Asiáticos era del ciento por ciento, mientras que en el istmo rondaba el ochenta por ciento. En el país, según el estudio La calidad de la educación en Nicaragua: ¿goza la niñez de las mismas oportunidades?, de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), hasta 2010 la escolaridad promedio de la población era de 6 años.

En tanto, la tasa de matrícula en educación secundaria se había incrementado 13.6 por ciento entre 2006 y 2014, y en el caso de primaria había caído 9.4 por ciento. Esto se debería, según Funides, a la fase poblacional conocida como bono demográfico, que implica una reducción de menor número de personas dependientes en el hogar y la incorporación de más mano de obra al mercado laboral.

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Y este bono demográfico es lo que el BID recomienda a Centroamérica potenciar para impulsar el desarrollo de la región, tal como lo hicieron Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur, cuyos indicadores de pobreza eran hace más de dos décadas mayores a las que hoy tiene la región.

Entre 1965 y 2015 estos países experimentaron un crecimiento promedio anual del Producto Interno Bruto per cápita de 5.17 por ciento, mientras que en el istmo y República Dominicana ese repunte fue de 1.77 por ciento durante el mismo periodo. Aprovechar eficazmente ese bono demográfico fue el factor clave, según analistas, del milagro económico de los Tigres Asiáticos.

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Se prevé que entre 2040 y 2060, América Central y República Dominicana tendrán la proporción de Personas en Edad de Trabajar más grande. Los mayores aumentos de gente joven al mercado laboral se experimentarán con fuerza en Guatemala y Honduras, luego le seguirán El Salvador, República Dominicana y Nicaragua, aunque con menor fuerza y durará el proceso entre 20 y 22 año. Al otro extremo están Panamá y Costa Rica, cuya transición demográfica está más avanzada.

Cuatro rutas para alcanzar el desarrollo

Si Centroamérica se encuentra en dicha transición demográfica entonces ¿por dónde comenzar? ¿Qué políticas aplicaron los Tigres Asiáticos, de las que deben aprender los países centroamericanos para empujar el crecimiento económico y que este sea más inclusivo?

En el estudio el BID señala, citando a especialistas, que cuatro fueron las condiciones claves que estos países asiáticos crearon para aprovechar el bono demográfico y apalancar con ello el desarrollo económico: manejo macroeconómico prudente; fortalecimiento de la educación; modelo de desarrollo basado en exportaciones más cambios en la productividad; y la creación de una atmósfera ideal para la inversión privada.

En materia macroeconómica, el organismo menciona que estos países desarrollados lograron mantener déficit fiscales en un nivel manejable con una deuda inicial baja. “Esto facilitó tener control sobre la inflación, la cual a su vez permitió tener tasas de interés reales estables. En tres de los cuatro países, la deuda externa prácticamente no existía (o era muy baja)”, explica.

La política cambiaria se enfocó en la transición de un sistema de tipo de cambio fijo —como el que hoy tiene Nicaragua— a uno más flexible. “Los bajos niveles de inflación y una política cambiaria activa ayudaron a que estos países evitaran la crisis cambiaria que afectó a África y América Latina”, señala.

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La inversión en educación

En materia educativa, los Tigres Asiáticos se enfocaron por incrementar la calidad. “La inversión en educación no solo fue mayor, sino mejor”, precisa. Por ejemplo, el gasto por estudiante entre 1970 y 1989 experimentó un crecimiento real de 355 por ciento en Corea del Sur.

Sin embargo, el BID señala que no basta con solo hacer crecer el gasto, hay que procurar que esta llegue a la mayoría para ampliar la acumulación de capital humano. Y muestra de ello es que la educación primaria universal en esos países fue alcanzada tempranamente y “la educación básica estuvo orientada hacia la adquisición de habilidades académicas generales y la educación postsecundaria hacia habilidades vocacionales”. Esto permitió que “las empresas tuvieran la facilidad de capacitar al trabajador en el uso de nuevas tecnologías”, indica el documento.

En Nicaragua, según Funides, la inversión en educación básica si bien se ha incrementando desde 2006, aún no alcanza el tres por ciento del Producto Interno Bruto. Incluso, citando cifras del Banco Mundial, el centro de pensamiento señala que el gasto por estudiante en el país es el más bajo a nivel de América Latina: 119 dólares por cada estudiante de secundaria y 180 por uno de primaria al año.

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Impulso a exportaciones y productividad 

Los Tigres Asiáticos también impulsaron reformas en su estructura exportadora y productiva, dando prioridad a la apertura comercial y de devaluación del tipo de cambio como estrategia fundamental. Se crearon condiciones para que la fuerza laboral transitara hacia sectores de mayor productividad y se inyectó tecnología a los productos de exportación. Este nuevo modelo exportador se vio favorecido “por la provisión, desarrollo mantenimiento de infraestructura, principalmente en lo relacionado con servicios eléctricos y de telecomunicaciones”.

Según el BID, la región debería invertir anualmente cinco por ciento del PIB en infraestructura por los próximos diez años para cerrar su brecha en ese campo.

En un reciente estudio, Funides alertó de que el crecimiento económico de Nicaragua en los últimos años no estaba transformando la estructura económica y muestra de ello es que el país exporta fundamentalmente productos vinculados con los recursos naturales. En 2006 representaban el 96 por ciento del total de las ventas al exterior y en 2015 eran el 86 por ciento.

En tanto en 2006 el tres por ciento del total de los productos exportados tenía algún grado de tecnología, en 2015 esa proporción se elevó a 26 por ciento. Pero la tasa de productos con alta tecnología se redujo de uno por ciento a cero.

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Buen clima de inversión

Además de asegurar una estabilidad macroeconómica, los gobiernos de los Tigres Asiáticos diseñaron subsidios para ciertas inversiones. “Inicialmente, estos subsidios estaban dirigidos a créditos baratos y/o selectivos. En otros casos, el Gobierno asignaba el monto mínimo que podían prestar los bancos a ciertos sectores considerados estratégicos, explica el organismo en el estudio.

Otros mecanismos utilizados fueron los tratamientos tributarios preferenciales, la distribución selectiva de divisas y la estimulación en la creación de carteles, y en algunos casos muy específicos, el Estado absorbió las pérdidas de algunas industrias (tal es el caso de Corea del Sur y la industria naviera), agrega.

Pero la entrega de estos subsidios estaban sujetos a rendición de cuenta. “Otro aspecto que se debió considerar fue la cooperación entre el Estado, el sector bancario y el sector privado, este último tuvo la oportunidad de exponer ‘los cuellos de botella’, además de las fortalezas y debilidades de la economía. Esta dinámica permitió grandes ganancias con el intercambio de información”, se describe.

Estado público incorruptibles

El Banco Interamericano de Desarrollo señala que otro factor que permitió el milagro económico en Asia y del que debe aprender Centroamérica está relacionado con la decisión de evitar guerras entre 1960 y 1989, así como la ética laboral confuciana, la alta densidad poblacional y la virtual incorruptibilidad de los empleados públicos “han tenido un gran impacto para el establecimiento y atracción de inversión a favor de los Tigres Asiáticos”.

A eso se suma el hecho que también ha habido esfuerzos para elevar la inversión en salud. “Una fuerza laboral saludable es una fuerza laboral productiva”, recalca.

Pero además invertir en salud permite que los niños sean saludables y con mejor desempeño escolar y al mantenerse por más tiempo en el ciclo escolar, “lo que redunda en una fuerza laboral más educada; además, los niños con mejor salud tienen también mejores funciones cognitivas”.

Asimismo invertir en salud permite que la tasa de ahorro público y privado se incremente, “dado que las personas ahorran más en anticipo a una vida más larga posterior al retiro. Finalmente, las poblaciones saludables tienen una mayor capacidad para atraer inversión extranjera directa”, enfatiza el BID en el estudio.

Institucionalidad también fue clave

Pero la implementación de las políticas de desarrollo para aprovechar el bono demográfico en los países denominados Tigres Asiáticos requiere de otras condiciones como institucionalidad, enfocada en la capacidad del Gobierno de diseñar e implementar políticas de desarrollo del sector privado.

Citando a especialistas, el BID señala que “la implementación exitosa” de las políticas para aprovechar el bono demográfico en esos países asiáticos, de “mecanismos institucionales adecuados” para también incentivar la inversión privada.
Igualmente se requirió de “una burocracia competente capaz de implementar políticas e instituciones que pudieran facilitar la comunicación entre el Estado y el sector privado”.

Según los indicadores de gobernanza del Banco Mundial para 2015, el indicador de calidad regulatoria de Centroamérica y República Dominicana fue 50.6 de 100 puntos, mientras que el de los Tigres Asiáticos fue 93.2.

 

Lejos del desarrollo
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) asegura que si el ritmo de inversión en el capital humano en Centroamérica se mantiene sin variante, se requerirán entre 148 y 159 años para lograr la producción real per cápita de Estados Unidos y con países emergentes como Perú, entre 46 y 76 años. “De aquí que generar las condiciones para un mayor crecimiento es fundamental”, enfatiza el BID en su estudio: Cuando los vientos a favor se agotan: Oportunidades para fomentar el crecimiento inclusivo en Centroamérica y República Dominicana.

 

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