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Desempleo récord en Brasil

Comienza 2017 con casi 13 millones de desempleados, lo que mete presión al gobierno de ese país, bastante agobiado por la recesión.

El desempleo en Brasil alcanzó un récord de 12.6 por ciento en el trimestre noviembre-enero, según datos oficiales divulgados este viernes, que acentúan la presión sobre la política de ajustes impulsada por el presidente Michel Temer para sacar al país de la recesión.

La tasa de desocupación en el trimestre octubre-diciembre era de 12 por ciento y la de un año atrás se situaba en 9.5 por ciento, precisó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). El dato supera en una décima las previsiones de los analistas consultados por la agencia Bloomberg (12.5 por ciento).

En total, 12.9 millones de personas buscaban trabajo a fines de enero, frente a 12.3 millones en diciembre. En un año, el número de desempleados registró un aumento de 34.3 por ciento, con la pérdida de 3.3 millones de puestos de trabajo. Los sectores más golpeados fueron la construcción (-9.6 por ciento, con pérdida de 755,000 puestos de trabajo en un año); la industria (-7.4 por ciento, 897,000 empleos) y la agropecuaria (-4.6 por ciento, 434,000 empleos). Hubo en cambio un fuerte repunte en el renglón de alojamiento y alimentación (+8.7 por ciento, con la creación de 393,000 empleos).

El IBGE había indicado el jueves que la tasa de desempleo sumada a la de subempleo (personas que trabajan menos horas de las que desearían) se situaba en 22.2 por ciento en el último trimestre de 2016.

Para el profesor de economía Heron do Carmo, de la Universidad de Sao Paulo (USP), el aumento del desempleo era “esperado, dada la profundidad de la crisis”. “El desempleo es la última variable que se recupera”, entre otras cosas porque cuando la economía empieza a dar señales de cierta recuperación, “las personas desalentadas vuelven a inscribirse en las listas de desempleo”.

El académico prevé que el índice de desempleo “pueda por lo menos estabilizarse y quizás reducirse hacia finales de año”, en función del vigor del repunte de la economía.

Optimismo oficial

Las cifras echan un balde de agua helada sobre el entusiasmo provocado en el gobierno por datos macroeconómicos favorables de las últimas semanas, sobre todo en materia de reducción de la inflación y de superávit primario (antes del pago de intereses de la deuda) de las cuentas públicas. “Brasil está dejando atrás la recesión y dando los primeros pasos sólidos para un nuevo ciclo de crecimiento sólido y sostenido”, afirmó el jueves Temer, citado por su portavoz.

El mandatario, quien el año pasado sustituyó a la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, destituida por el Congreso, ve incluso en esas inflexiones “las primeras señales de una recuperación del empleo”.

El ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, fue incluso más optimista, al declararse convencido esta semana de que “la recesión acabó”.

Mostrar resultados concretos es esencial para Temer, entre otras cosas para aplacar las conmociones causadas por la investigación sobre el megaescándalo de corrupción de Petrobras, en el cual aparece mencionado y que tiene en la mira a varios de sus ministros y aliados.

Debe además demostrar la viabilidad de las medidas de austeridad, de cara a las elecciones generales de 2018.

El gobierno ya consiguió aprobar con holgura el bloqueo del gasto público durante veinte años, pero las próximas reformas en vista —del régimen de jubilaciones y de la legislación laboral— crean resistencias entre sus propios aliados.

¿En recuperación?

Brasil se halla hundido en su peor recesión en más de un siglo. Su PIB se contrajo un 3.8 por ciento en 2015 y cerca de 3.5 por ciento en 2016 (los datos se publicarán en marzo).

El mercado proyecta para 2017 un crecimiento por debajo de 0.50 por ciento pero da algunas señales que entusiasman.

Brasil, que el año pasado registró un déficit fiscal récord, obtuvo en enero de 2017 un superávit primario en las cuentas públicas de 36,712 millones de reales (unos 11,842,6 millones de dólares), el mejor saldo para este mes en los últimos 16 años, informó el Banco Central.

El saldo positivo en la diferencia entre los ingresos y los gastos del sector público brasileño en enero contrastó con el déficit primario de 70,737 millones de reales (22,818,4 millones de dólares) de diciembre pasado.

Economía Brasil crisis Michael Temer archivo

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