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Róger Mendieta, FSLN
La Prensa

Solo aquí no se respeta el voto popular

Después de tres días de tensa expectativa y grandes movilizaciones callejeras de la oposición, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador reconoció el miércoles de esta semana que ningún candidato ganó la elección presidencial del domingo anterior; y que por tanto habrá una segunda ronda electoral el domingo 2 de abril próximo, entre el candidato oficialista Lenín Moreno y el opositor Guillermo Lasso.

La movilización opositora en la calle impidió que se consumara el fraude electoral, e hizo que se respetara el voto popular, aunque se comenta en Ecuador que también tuvo que ver el profesionalismo del Ejército.

El presidente Rafael Correa estaba seguro de que el candidato de su régimen autoritario, Lenín Moreno, ganaría la elección del 19 de febrero. El socialismo del siglo XXI ha venido a menos también en Ecuador —por la caída de los precios del petróleo, el estancamiento económico, el desmadre de la corrupción y el cambio de situación internacional—, pero Correa y Moreno creían que los beneficios sociales repartidos mediante los programas populistas en los años de bonanza económica, les garantizaban suficiente apoyo popular para ganar la rifa presidencial en la primera vuelta electoral.

Por eso desde temprano en la noche del domingo 19, el CNE comenzó a reportar resultados hasta llegar al ochenta por ciento de los sufragios escrutados. Sin embargo, al advertir por la tendencia de los datos que se estaban reportando que el candidato oficialista no podría ganar la elección en la primera ronda, el CNE detuvo súbitamente los reportes y anunció que el resultado final de la contienda presidencial se daría a conocer hasta el miércoles siguiente. Evidentemente el régimen quería ganar tiempo para fraguar alguna maniobra fraudulenta e imponer al candidato oficialista.

Sin embargo, después que la oposición se lanzó masivamente a las calles contra la tentativa de fraude y advirtió que la protesta callejera iría hasta las últimas consecuencias, en el alto mando militar se creó una razonable preocupación por el rumbo incierto que podían seguir los acontecimientos políticos. Según se filtró por las redes sociales, el comandante general del Ejército indicó al jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas que era necesario estar en alerta para “garantizar el bienestar y la convivencia pacífica y democrática en el país”. Entonces, de repente el presidente Rafael Correa reconoció que habría una segunda vuelta electoral y poco después lo anunció el CNE.

La oposición ecuatoriana tiene una gran posibilidad de ganar la segunda vuelta de la elección presidencial el próximo 2 de abril, ya que solo habrá un candidato en vez de los siete que enfrentaron al oficialismo el domingo pasado. El triunfo opositor pondría fin cívicamente a la llamada Revolución Ciudadana de Ecuador, un régimen autoritario del mismo corte político e ideológico del poder orteguista de Nicaragua, que es el único país de las Américas (omitiendo a Cuba, que es otra cosa) donde no se respeta el voto popular y en vez de elecciones se montan vergonzosas farsas electorales.

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