14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Deporte nicaragüense

J.C. Ramírez trabajará en los entrenamientos de primavera para convertirse en el quinto abridor de los Angelinos de los Ángeles. LA PRENSA/URIEL MOLINA

Juan Carlos Ramírez: “Nunca me doy por vencido, lucho duro”

Juan Carlos Ramírez después de pasar por cinco equipos en los pasados cuatro años y sin dejar rastro en ninguno, es comprensible el entusiasmo de J. C. de frente a un prometedor 2017.

Si ciertamente los héroes se forjan en medio de las dificultades y son alentados más por los tropiezos, que por los triunfos, Juan Carlos Ramírez es un buen ejemplo.

Este espigado carabinero, nacido hace 28 años en Managua, se ha resistido a ser un lanzador pequeñito, de esos que suelen terminar devorados por el olvido. Ahora es un tirador imponente, con ritmo, potencia y clase, pero hasta el año pasado, parecía un joven destinado a asumir sus limitaciones y a aceptar su fracaso.

Lea también: Juan Carlos Ramírez: “le tengo fobia a los escorpiones”

Y es que aunque para afuera no daba una sensación de estabilidad, por dentro él sí estaba seguro de lo que hacía y nunca se descompuso. Solo esperó su momento.

“Creo que mi momento ha llegado ahora. Por años he esperado estar en la posición en la que me encuentro hoy. Solo espero que Dios me sostenga”, dice Ramírez.
Después de pasar por cinco equipos en los pasados cuatro años y sin dejar rastro en ninguno, es comprensible el entusiasmo de J. C. de frente a un prometedor 2017.

“Este debe ser mi año”

¿Qué esperás de este año?
Espero que sea el año que he imaginado desde hace mucho tiempo. El año en el que me estabilice como un lanzador de Grandes Ligas y quizá me convierta en abridor. Y como en 2018 seré elegible para arbitraje, me gustaría tener buenos argumentos para ese momento.

¿Deseás ser un abridor?
Sí, me entusiasma esa posibilidad. He entrenado desde muy temprano (noviembre pasado) porque tengo el enfoque sobre lo que quiero. Y voy a hacer todo mi esfuerzo para quedarme entre los abridores.

¿Te gusta más que relevar?
La verdad es que siento más la adrenalina saliendo del bullpen porque entrás en situaciones apretadas y eso te exige al máximo. No puedo decir que no quiero abrir, al contrario, es una gran oportunidad y seguro le voy a volver a agarrar el gusto, además que como abridor una enfrenta situaciones apretadas también, pero sí creo que me voy a sentir bien, me alegra que me den la oportunidad de hacerlo y me he preparado para eso.

¿Pensás que tenés el repertorio?
Siempre lo he tenido, lo que pasa es que hice modificaciones en busca de mejorar mi control, pero por ejemplo, siempre he tirado splitfingered pero lo usaba poco, ahora lo voy a usar más. Tengo curva, pero la usaba solo para ajustar mi slider, para mantener los dedos sobre la pelota, ahora quiero enseñarles la curva a mis coaches, lo que hará más amplio mi repertorio. Es decir, tengo mi recta que es un sinker a 96-98 millas, slider a 88-89 y curva a 86-87 y todo con control.

¿Te sentís seguro en el equipo?
Correcto, a lo mejor por eso no me siento presionado. Sí quiero ganarme ese puesto de abridor. Pienso que este debe ser un año crucial para mí. La próxima temporada, el 2018 viene lo de mi arbitraje salarial, y me va a ayudar en mi currículo, si hago más de 20 aperturas, si lanzo más de 150 innings, todo eso ayudará en mi arbitraje. Además, es otra meta que tengo. Cuando me firmaron me convirtieron en abridor y pasé cuatro años abriendo y ese ha sido mi sueño, abrir en Grandes Ligas y ahora veo que eso podría ser algo real. Lo soñé de niño y daré al máximo para conseguirlo.

Gerente con entusiasmo

El gerente Billy Eppler habló con entusiasmo de tu control…
Sí, lo sé. Chavalo yo siempre fui bolero, es más aún me falta precisión no para lanzar strikes, sino para lanzar por ejemplo tres rectas seguidas a la esquina de afuera, pero mi arma es la velocidad, que a lo mejor fallo un poquito en la colocación de los lanzamientos, pero la velocidad me ayuda a ganarle a los bates de ellos.

¿En qué mejoraste más?
El año pasado tiré más strikes, reduje el porcentaje de bases por bolas por inning, aumenté el porcentaje de rolas al cuadro, y eso les gustó a los jefes, de que podía sacar los innings con un mínimo de picheos, porque la verdad es que aunque tiro duro, nunca he sido un pícher ponchador, primero porque tiraba muchas bolas y ahora picho más en la zona, trato de lanzar strikes siempre, deseo que pongan la bola en juego, y eso ha gustado, puedo lanzar strikes en cualquier situación, lo mismo con picheos rompientes o con el sinker.

¿Tu confianza también subió?
Me ayudó mucho subir este año y pasar la temporada en las Grandes Ligas. Era difícil subir un mes y después bajar, subir otro mes y después bajar, no le encontraba la vuelta como decís vos. Este año hice el ajuste necesario. Comprendí que no es llegar a impresionar de entrada, aprendí a ser más astuto, a usar mejor la mente. Pero ahora que pasé todo el año arriba, me dieron la oportunidad de recuperar la confianza, puse en práctica las mañas. Tuve el mejor año de mi carrera, y sentí que todo lo que he pasado, ha valido la pena para llegar a este momento. Y con esto que me están dando la oportunidad de volver a ser abridor, he entendido que esto no es asunto de suerte, es trabajo duro, me esforcé y las oportunidades están saliendo.

¿Qué ha impedido que te rindás, que tirés la toalla en el beisbol?
Primero gracias a Dios y después a mi mamá. Ella siempre me dijo que no que tengo que rendirme ante ninguna situación, que ya que elegí este trabajo, que tengo que darle el cien por ciento, tercero han llegado a mi vida personas que quieren que triunfe y me han animado a continuar a pesar de las circunstancias.

¿Pasaste momentos muy duros?
Me he visto en situaciones feas la verdad, en las que he salido de un equipo y uno no sabe qué vendrá, uno mismo se siente mal y se le baja la autoestima, pero siempre he llevado en mi cabeza que tengo que seguir luchando, gracias a Dios nunca me he lesionado y pienso que con todo lo que he pasado, tengo algo que contarle a mis hijos y a quien desee escuchar algo que le podría ser útil en la búsqueda de su sueño.

EN 2009 casi se rinde

¿Hubo momentos en que creíste que era el final de tu carrera?
El final lo he sentido cerca muchas veces y ahora lo veo como una bendición, como una gran experiencia y cuando tengo una dificultad, veo hacia él y me motiva, es el año 2009. Tuve un año muy difícil con los Marineros en High Desert, puro desierto, una casa en la que vivíamos 16 personas, una liga como la de California en la que se batea mucho porque el viento es un factor determinante, y me fue muy mal. Dejé la efectividad en 5.00, perdí 11 juegos, mal comido, ganaba 500 dólares cada quince días y como ayudaba a mi mamá, yo me quedaba con lo mínimo. Cuando regresé a Nicaragua le dije a mi mamá que ya no quería seguir jugando, la verdad lloraba mucho, era el único en la casa en que vivíamos que tenía un bono bajito y no me podía sustentar con lo que ganaba, un año difícil. Mi mamá me dijo que me apoyaba en lo que yo decidiera, que iba a estar ahí para mí. Pero cosas de Dios, ese mismo año me protegieron en el roster de 40 de Seattle y realmente eso me cambió la mentalidad, Nemesio Porras estuvo conmigo ahí, me estuvo hablando para animarme. Me sentía abatido y Dios me mandó eso para mí, me protegieron en el roster y de ahí mi carrera cambió, percibí que me vieron con otros ojos y decidí continuar luchando.

¿Pero ha habido más situaciones complicadas con qué lidiar?
Otro momento difícil fue cuando me cambiaron para Filadelfia, pero la situación mía era diferente, yo ya tenía más ánimo para entrenar, para seguir, miraba que las Grandes Ligas estaban más cerca porque ya estaba en el roster de 40, pero sí ese año 2009 siempre lo recuerdo. Cuando algo no me está saliendo bien, echo una mirada hacia él y me percato desde donde Dios me ha levantado. No me voy a dar por vencido. Gente que me quiere estuvo a mi lado siempre y eso me hizo olvidar las dificultades rápido y sigo adelante. Eso es lo que hago.

¿Estás listo para crecer?
Llegó el momento que tenía que llegar y llegué al equipo en el que tenía que estar, el que me dio la oportunidad, con el mánager que confió en mí, con el coach de picheo que tenía que estar, con mis compañeros, la ciudad, el equipo. Si me preguntas que provocó el cambio: la confianza que me dieron todos desde que llegué, todos me animaron desde Albert Pujos o Mike Trout. Trout me dijo que disfruta verme lanzar. Si el mejor pelotero del juego te lo dice, te anima mucho. Cuando salía del bullpen y miraba al centerfield y Trout me hacía una seña. Llegué al equipo en el que puedo ser yo, no donde tengo que ser otro, me hicieron ajustes y sentí que el juego era mío.

En los medios se dice que no has cambiado, que sos sencillo…
He tratado de ser como la gente ha sido conmigo. Gracias a Dios he tenido la suerte de tener buena gente alrededor mío y me han enseñado que la humildad ante todo, saber escuchar y que si tenés un consejo que podás regalar a alguien, dárselo. Hablarle un poco de las experiencias que uno ha tenido y a lo mejor le sirven, o a lo mejor no, pero te queda la satisfacción de al menos intentar decirle algo que pueda ayudarlo en el futuro. Hablo sobre todo de los niños y jóvenes.
Hubo personas que en su momento me ayudaron y a lo mejor por mi mala cabeza en esa etapa no quise entenderlo y ahora que estoy metido en esto, me hubiera gustado poner más atención y haber puesto en práctica todos los consejos que me dieron. Por eso siempre que puedo animar a alguien, lo hago.

Detalles

Juan Carlos Ramírez nació el 16 de agosto de 1988 en Managua. Mide 6’4 pies y pesa 250 libras.
Fue firmado el 2 de julio del 2005 por Nemesio Porras y Luis Molina para los Marineros de Seattle.
El 16 de diciembre de 2009 fue enviado a los Filis, con quienes debutó en Grandes Ligas el 23 de junio de 2013. Ha pertenecido también a Arizona, Cleveland, Seattle (otra vez), Cincinnati y ahora los Ángeles. Este año pelea por un puesto en la rotación de los californianos.

“Agradezco apoyo”

“Quiero dar gracias a todas las personas que me han dado su apoyo siempre. También a las que no me lo dan, porque eso me anima a trabajar más duro y ojalá un día puedan decir, ‘mirá ese chavalo al que siempre le tiramos duro, miralo ahora lo que es capaz de hacer’.
También les digo a los niños que no se desanimen, que el camino no es fácil, pero que tampoco es imposible, que con esfuerzo y dedicación se puede salir adelante”.
“En 2009 pensé no seguir en el beisbol. Vivía en una casa con 15 personas, ganaba mil dólares al mes y debía ayudar a mi mamá. Casi no me quedaba nada para mis gastos y lloraba mucho, pero eso me hizo ser fuerte”.
Juan Carlos Ramírez, Big Leaguer.

Deportes Beisbol Grandes Ligas Juan Carlos Ramírez mlb archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí