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José Javier Álvarez Arguello

Olfato vs. principios

Quiero referirme al artículo publicado por Pedro J. Chamorro B. (PJChB) el miércoles 22 de febrero titulado Nada regalado a CxL. Por su trascendencia, considero pertinente resaltar algunos puntos para presentar mis observaciones personales.

1. Inicia el señor Chamorro recordándonos que “formar un nuevo partido en Nicaragua es más difícil que mantener los sellos de uno viejo”… porque “la Ley Electoral está diseñada con requisitos difíciles de llenar”.

En primer lugar dicha Ley fue concebida entre el FSLN y el PLC específicamente para monopolizar el poder entre ellos, lo cual nos deja la moraleja que cuando se actúa de mala fe o con intención de perjudicar a otros, se nos puede revertir los efectos de dicha acción. En segundo lugar, no se puede hacer un análisis tan en blanco y negro sin contextualizar las afirmaciones del señor Chamorro, pues deberíamos agregar que la verdadera dificultad de formar un nuevo partido o mantener uno viejo no depende de la ley sino de lo que más convenga a los intereses del orteguismo.

2. Otro mensaje del articulista que quiero señalar es el menosprecio con que se refiere a los nuevos movimientos políticos al expresar que “…sus miembros alcanzan desahogadamente en un solo vehículo”. Esta es la misma concepción que alguna vez llevó al PLC y Ortega al pacto que nos heredó esa Ley Electoral que ahora preocupa al señor Chamorro. ¿Por qué mejor no promover una nueva cultura política de equidad, legalidad y respeto para que cada nuevo movimiento crezca o quizás desaparezca pero en justa lid y no con propósitos excluyentes y violatorios de derecho, como han hecho con Montealegre, MRS, MUD, PAC, etc.?

Mientras centremos la lucha en olfato político individualista más que en principios generales de nación seguiremos patinando en este círculo vicioso. Exijan personería a quienes merecen o no acepten ninguna.

3. En el último párrafo nos regala una aclaración esperanzadora: “Si el contenido de este documento (del 28 de febrero entre Nicaragua y OEA) resultase insuficiente para participar en dicho proceso, de todas maneras queda la organización”. Entiendo que aquí nos deja abierta la posibilidad de no participar en las elecciones municipales y con este mensaje inquietante pero esperanzador es con el que quiero quedarme, aunque también nos deje abierto un gran número de variables incuantificables con las que se puede “maniobrar” como “condiciones suficientes” para participar en las elecciones. Por ejemplo: ¿Cuántos magistrados sería suficiente remover, dos, tres o cuatro? ¿Cuántos miembros de la estructura electoral “asignada” al PLC en la farsa de noviembre son confiables? ¿Cuántos miembros de las oficinas informáticas y de cómputo del CSE sería aceptable sustituir para confiar en el proceso de grabación y transmisión del recuento de votos? Y así sucesivamente, en cada artículo de la Ley Electoral podemos extraer muchas variables para considerar suficientes o insuficientes las condiciones electorales. ¿Podrá el señor Chamorro brindarnos este 28 de febrero un criterio integral verificable de condiciones satisfactorias?

Finalmente, no quiero dejar de referirme al balance que un político debe sopesar según mi juicio. El olfato político que responde a los factores externos y los principios y valores personales que surgen de factores internos. El equilibrio o desequilibrio de ambos determina la imagen y percepción que el pueblo tiene de sus líderes. Más allá que algún personaje público pueda caer simpático, la gente no deja de emitir su propia valoración acerca de su integridad personal. El comandante Ortega marca con gran simpatía en las encuestas, pero el pueblo no se engaña con sus desviaciones políticas. Aprovecho para preguntarme, ¿qué haría hoy el mártir Pedro J. Chamorro Cardenal si fuera el coordinador de CxL?

El autor es administrador de empresas.

Opinión olfato principios archivo
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