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Róger Mendieta, FSLN
LA PRENSA

Juegos políticos de Almagro y Ortega

El régimen de Daniel Ortega y la OEA darán a conocer hoy el Memorándum de Entendimiento que acordaron el 20 de enero y se comprometieron públicamente a presentarlo en esta fecha.

Pero no hay que creer que se trata de algo nuevo. El Memorándum es solo para programar la ejecución —de cara a los comicios municipales de noviembre próximo y por los próximos tres años—, de algunas reformas electorales técnicas para la “continuación del proceso de perfeccionamiento (sic) del sistema de representación política y mecanismos que lo fortalezcan jurídicamente”. Para Almagro y Ortega el problema de Nicaragua no es que hay una dictadura con apariencias de democracia, sino que existe un sistema democrático imperfecto que se puede mejorar. Eso es lo que dijeron en el acuerdo del 20 de enero y lo que dirán seguramente en el Memorándum de Entendimiento.

La verdad es que la única expectativa ha sido si Daniel Ortega firmará o autorizará al fin la firma de dicho Memorándum, considerando que las últimas acciones del secretario general de la OEA en relación con las dictaduras de Venezuela y Cuba seguramente han incomodado bastante al autócrata nicaragüense.

Sin embargo, para Ortega el acuerdo con la OEA es más favorable que negativo, porque legitima la farsa electoral de noviembre pasado y no lo compromete a realizar verdaderas elecciones, limpias y competitivas, al menos no en el corto plazo. El acuerdo con la OEA es útil para Ortega —y precisamente por eso lo ha negociado— porque podría impedir que el Congreso de Estados Unidos apruebe la ley “Nica Act” o cualquier otra iniciativa legal de sanciones económicas y políticas contra su régimen, por la violación de las bases de la democracia y en particular la falta de elecciones libres y transparentes.

Por supuesto que Ortega sabe —o tiene que saber— que a largo plazo el acuerdo con la OEA podría convertirse en una trampa para él. Su objetivo estratégico es permanecer en el poder para siempre, a como sea, pero el acuerdo con la OEA lo compromete con los valores democráticos reconocidos en los instrumentos interamericanos, como se dice en el mismo documento del 20 de enero.

El Frente Amplio por la Democracia (FAD), que de manera evidente representa al sector más definido de la oposición nicaragüense, ha demandado a Luis Almagro que junto con el Memorándum de Entendimiento se dé a conocer también el informe de la secretaría general de la OEA sobre la crisis electoral de Nicaragua, el cual dio pie al acuerdo con Ortega. Y demanda además, el FAD, que si lo que se busca es un acuerdo para la democratización del sistema electoral esto se debe hacer con la participación de todos los interesados, no solo con el Gobierno.

Desde la perspectiva de la oposición y de los ciudadanos las demandas del FAD son correctas. Pero muy poco o ningún caso les puede hacer el señor Almagro y no solo por sus limitaciones diplomáticas, sino también porque su estrategia, al parecer, es mantener tranquilo a Daniel Ortega mientras lo va enredando en un proceso de cambios democráticos de largo plazo, del que después quizás no se podría escapar.

Esperemos que así sea.

COMENTARIOS

  1. Walter
    Hace 7 años

    Si la estrategia de Almagro es esa no puede estar más equivocado! Cree que el energúmeno de Ortega le va ha hacer caso un amañado dictador nunca cambia a través de la historia…

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