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Managua 02 Marzo 2017 Israel Yubank propietario de la tienda de puros Cigars nostalgia de Nicaragua. Está ubicado junto al Hotel King’s Palace en Carretera a Masaya. 2017 Foto:Jader Flores/LA PRENSA

Se arriesgó y entre las hojas de tabaco conquistó el éxito

Esta es la historia de un emprendedor que decidió abrirse mercado donde parecía difícil triunfar. Renunció a su empleo y ahora es un prometedor empresario

Su afición por los puros —que luego se convertiría en su proyecto de vida— comenzó siendo muy joven. Su abuela guardaba uno, que cierto día despertó su curiosidad y se lo fumó. Si bien el primer contacto de Israel Yunbank con el tabaco provocó una reacción de rechazo que lo llevó a prometer que nunca más volvería a fumarlo, estando en la universidad nuevamente se aventuró y desde entonces se convirtieron en un deleite, en ese momento difícil de complacer.

A pesar que Israel estaba consciente de que Nicaragua era cuna de los mejores puros que se consumen a nivel mundial, también sabía que eran pocos los nicaragüenses que, hace casi una década, tenían el privilegio de probar el buen sabor del tabaco nica, debido a que las compañías productoras —dada a su condición fiscal— solo estaban enfocadas en los mercados internacionales.

En aquel tiempo la única opción que tenían los nicaragüenses para adquirir un puro, según Israel, era comprándolo en el mercado Roberto Huembes, en su mayoría de muy baja calidad. “Tuve la ventaja de que me tocaba viajar un poco a Estelí, donde conseguía puros que mis amigos me regalaban. Nunca entendí por qué viviendo en un país productor de tabaco de alta calidad, no tenía opción para comprarlo y tenía que contactar a mis amigos para eso”, afirma sentado en un acogedor sofá, en un local cerca del centro de Managua.

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Fue así como nació su idea de abrir en Managua una tienda para vender tabaco nicaragüense de alta calidad. Ya llevaba diez años siendo un aficionado del puro y las tabacaleras comenzaban a abrirse al mercado interno.

Echar a andar la idea de negocio no fue tan fácil, sobre todo porque estaba trabajando en una compañía donde le iba bastante bien. Además sabía que debía cumplir las exigentes regulaciones para este tipo de negocio. De lo que sí estaba claro este, ahora empresario, es que no quería ser empleado toda su vida, debía hacer algo distinto que le permitiera la independencia económica, que le asegurara un mejor futuro a su familia.

Fue así cuando tras pensarla muy bien, hace nueve años, sin renunciar a su empleo, decidió rentar una camioneta y se enrumbó al norte del país. “Decidí tomar el riesgo”, afirma.

Llegó a Condega y le propuso a un pequeño productor de tabaco —a quien meses atrás había conocido— a aventurarse con su idea de negocio. Llenó la camioneta de puros de muy buena calidad elaborados por este productor, que no operaba bajo el régimen de zona franca. “Los puros tenían buen sabor, pero la construcción de estos no era tan buena, sin embargo se podían vender a precios razonables”, relata.

Comenzó desde abajo 

A su regreso a Managua rentó un local en Los Robles, que era tan pequeño que, por ejemplo, equivalía a un espacio de parqueo para un vehículo. Todos los días, después de concluir su jornada de trabajo, se iba a abrir su local y procuraba vender rápido su inventario para ir ahorrando un buen capital para comprar, para luego tocar las puertas de las tabacaleras de renombre y convencerlos de que su tienda en Managua podía ser una buena opción para llegar a un mercado de consumidores de puros a nivel local que estaba en crecimiento.

Sus amigos fueron los primeros clientes, ellos se encargaron de dar a conocer la calidad de los puros que se vendían en su tienda llamada Nostalgia de Nicaragua. También las redes sociales han sido aliadas del crecimiento de este negocio, que se ha tenido que reinventar constantemente, para no morir en el camino tal como le ha ocurrido a otras que también han querido imitar la idea de este emprendedor.

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El negocio comenzó a crecer y demandaba más tiempo de Israel, cuatro años después, renunció a su empleo y decidió invertir toda su liquidación en la tienda. Este empresario sabía que no podía quedarse solo vendiendo tabaco, los clientes exigían más que eso. Por eso, optó por mudarse hasta Carretera Sur, una zona que estaba en crecimiento y por donde circulaban potenciales consumidores.

Y es que además de venta de puros, los aficionados a este producto querían espacios para degustarlos y a la vez otro tipo de servicios. A Israel le gustaba un local que estaba por la zona de Carretera a Masaya y siempre que pasaba por el sitio se visionaba en ese lugar, pero la oportunidad aún no llegaba.

El rápido crecimiento comercial, en Carretera Sur, se “tragó” la tienda por lo que debió irse de ahí. Se trasladó a Granada, atraído por la llegada de turistas, sin embargo como la mayoría eran los conocidos como “mochileros” y ellos no gastan en puros posteriormente la cerró.

Se trasladó a San Juan del Sur, otro polo de atracción turística y si bien todo parecía funcionar bastante bien, el hecho de manejar un negocio a la distancia ya era un factor de desventaja.

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Por eso, cuando apareció la oportunidad de trasladarse a un local en Carretera a Masaya la tomó y es ahí donde desde hace cinco años echó raíces tras tener pérdidas económicas.

Ha pensado desistir 

Tal ha sido el crecimiento de su negocio, que en un principio solo vendía una variedad de puro y ahora ofrece entre veinte y treinta. Su repertorio de clientes pasó de cincuenta a más de cuatrocientos.

Pero mantener a flote el negocio no sigue siendo fácil. Israel admite que pese a que ya está siendo autosostenible, hay momentos que se le cruza por la mente renunciar al mismo, principalmente cuando los ingresos no dan para cubrir los gastos administrativos. “Recuerdo que cuando vendía mil pesos al inicio me alegraba, y ahora si no vendo tal cantidad me pongo a llorar porque no pagué la luz”, afirma entre risas, al tiempo que añade: “El crecimiento tiene un costo proporcional alto, tenés que estar innovando todo el tiempo”.

A su tienda han llegado aficionados de todas partes del mundo y el crecimiento del consumo de puros a nivel local ha sido tal que antes el ochenta por ciento de sus clientes eran nicaragüenses y el resto extranjeros, relación numérica que ahora se ha invertido.

El local tiene capacidad de albergar a 25 aficionados sentados, pero cuando se organizan conciertos pueden asistir más de doscientas personas. En el sitio hay 120 metros cuadrados de lounge.

Cuando Israel repasa el largo camino que ha recorrido para llegar al éxito, solo recuerda lo que una vez le dijo un profesor en la universidad: “Los emprendedores son tomadores de riesgos”. Y él se arriesgó y ganó.

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Economía emprendimiento Nicaragua tabaco tienda archivo

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