Aunque acaba de llegar a los campos de entrenamiento de los Gigantes de San Francisco, el pícher Johnny Cueto afirmó que está más adelantado que de costumbre en su preparación física para la próxima temporada.
“Tampoco es que estaba en la República Dominicana sin hacer nada. Estaba entrenando duro, porque sabía que me estaba perdiendo tiempo (de la pretemporada). Quizás me esforcé un poco más que de costumbre”, dijo Cueto el sábado en el estadio de Scottsdale, al llegar a su primer día de los campos.
El abridor dominicano de 31 años indicó que se entrenaba en la academia de los Gigantes en su país natal. Tenía permiso del equipo para llegar tarde a los campos de entrenamiento porque estaba ayudando a su padre enfermo, Domingo, quien estuvo hospitalizado durante diez días a principios de año por lo que Cueto describió como síntomas de apoplejía.
“Tuvo algunos problemas de los riñones, además de problemas en la cabeza”, dijo Cueto. “No estaba bien, no reconocía a nadie. Ahora está mejor”.
“Yo soy el jefe de mi familia, así que me pareció que tenía que quedarme para asegurarme que no le pasara nada”, señaló.