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OEA, Nicaragua, elecciones municipales, partidos políticos

¿Quién gana con observación OEA?

Un llamado a la abstención tendrá o no tendrá el efecto que tuvo el llamado a la abstención en la pasada farsa electoral en dependencia de quién lo haga y quién participe en los comicios

La noticia trascendental de que la OEA firmó un acuerdo muy puntual y detallado con el Gobierno para observar los próximos comicios electorales debió haber sido recibida con beneplácito por todos los nicaragüenses, después de todo, por años ese ha sido uno de los principales reclamos de la oposición para garantizar la transparencia de las elecciones que ciertamente han estado plagadas por fraude.

Pero tristemente, no lo fue. Algunos incluso lo satanizaron observando que únicamente favorecía a Ortega porque le daba tiempo para oxigenarse ante la amenaza del “Nica Act”.

En un comunicado reaccionando ante el anuncio del Memorándum de Entendimiento, para el Frente Amplio por la Democracia encabezado por el MRS “no hay hasta ahora, ningún cambio en las condiciones del sistema electoral que nos garantice a los nicaragüenses que podremos, libremente, sin presiones ni amenazas, ejercer nuestro derecho a elegir y ser electos”.

Pero quizás nadie mejor que LA PRENSA en su editorial del pasado viernes 3 titulado Del lobo un pelo, pone las cosas en un contexto crudamente realista cuando afirma: “A nuestro juicio el Memorándum de Entendimiento, aunque chiquito en su contenido y proyecciones, es una derrota de Daniel Ortega que a mediados del año pasado inició una ofensiva totalitaria contra el pluralismo político, la observación electoral internacional y la función de la misma OEA. Sin embargo, esto no significa que Ortega ha renunciado a su objetivo estratégico de no entregar el poder a nadie más que no sea alguien de su familia o de su mismo partido”.

El editorialista luego afirma con toda razón que en las elecciones municipales Ortega no pondrá en juego su poder omnímodo y que el acuerdo con la OEA es para él una estratagema para evitar que el Congreso de los Estados Unidos apruebe la “Nica Act” o cualquier otra sanción contra su régimen antidemocrático.

Pero luego viene la parte conclusiva: ¿participar o no en las municipales? “Pero en todo caso —afirma LA PRENSA—, esta apertura forzada y mínima en el ámbito electoral podría ser aprovechada por la oposición, para ganar espacios y avanzar en la larga, penosa y compleja lucha por la restauración de la democracia, cuyos resultados no pueden ser a corto plazo por la pasividad actual de la ciudadanía nicaragüense”.

Aquí el editorialista da en la madre del cordero: o la oposición verdadera participa y aprovecha los espacios que mal que bien se han abierto, o se queda haciendo comunicados y llamando a las movilizaciones que no se han visto ni se verán por la apatía política de la ciudadanía, que el editorialista suaviza con el término “pasividad”.

De ello se desprende, qué gana con los acuerdos de la OEA quien o quienes de hecho se han movilizado en los 153 municipios de Nicaragua organizando sus estructuras en directivas municipales, departamentales y regionales con el fin de estar listos para participar como una nueva fuerza electoral en comicios que serán observados por el prestigioso organismo multinacional, que hasta hace poco era satanizado por el Gobierno.

Esa fuerza se llama Ciudadanos por la Libertad, que casualmente el pasado fin de semana concluyó la titánica tarea organizativa que inició en Granada el 18 de diciembre y que concluirá con una convención nacional en la ciudad de Managua, el próximo 19 de marzo.

La política es el arte de lo posible, siempre manteniendo la meta de hacer realidad lo que parece ser imposible. Si bien en estas elecciones municipales no está en juego el poder, sino los espacios del poder local, personalmente creo que se debe participar porque las condiciones, con la observación internacional, antes, durante y después del proceso, han cambiado favorablemente del lado de la transparencia.

Un llamado a la abstención tendrá o no tendrá el efecto que tuvo el llamado a la abstención en la pasada farsa electoral en dependencia de quién lo haga y quién participe en los comicios.

Hay que ver que serán 153 pequeñas, o no tan pequeñas elecciones, el entusiasmo o pasividad de la ciudadanía dependerá más que todo del liderazgo local. Gana pues el liderazgo local porque bajo el liderazgo de Ciudadanos por la Libertad tendrá una oportunidad de recuperar su avasallada autonomía municipal.

El autor es periodista, ex ministro y ex diputado.

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