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Federico de Jesús Rodríguez Vílchez. LA PRENSA/L. Martínez

De pensionado a empresario

La tienda Coffee Shop Don Federico, según el propietario, ofrece “los mejores granos producidos en Nicaragua, café ciento por ciento de exportación y me atrevo a decir que en el país solo dos locales ofrecemos café con esos estándares”

Por una incapacidad permanente que ameritó una cirugía en el extranjero, Federico de Jesús Rodríguez Vílchez tuvo que dejar su trabajo de casi cuatro décadas vinculado con la industria del café. Lleva más de dos años como pensionado y, aun en la convalecencia, comparte que se le hacía muy duro quedarse en casa “sin hacer nada”.

Fue entonces que surgió la idea de crear un negocio relacionado con el sector que le apasiona: el café. Antes había emprendido con buen suceso otros negocios y estaba seguro que le iría bien en una nueva aventura, apostando por el turismo creciente en el norte del país, principalmente en el departamento de Matagalpa.

Rodríguez cuenta que siendo adolescente perdió a sus padres, tuvo que abandonar el tercer año de bachillerato y buscar empleo. Tenía 19 años cuando llegó a trabajar a un beneficio seco de café, donde le encomendaron la tarea de recibir el grano que los productores llevaban de sus fincas para procesarlo.

Sin embargo, era inquieto en sus funciones y aprovechaba ciertos momentos para entrar a las oficinas del beneficio y “aprendí a llevar las estadísticas y nóminas. Un año más tarde me pusieron como una especie de asistente general”.

Coffee Shop Don Federico, Matagalpa
LA PRENSA/Luis E. Martínez

Los ascensos llegaron y en 1984 emigró por la guerra. Al volver era representante de ventas de una empresa que ofrecía maquinarias a los beneficios de café y trabajó además en la administración en algunos de estos centros donde procesan el grano producido en las montañas de Matagalpa y Jinotega.

Durante ese período invirtió en algunas maquinarias de construcción. Esa empresa creció y dos de sus hijos, ingenieros civiles, son quienes quedaron a cargo de la misma.

Rodríguez, quien presidió la Asociación de Beneficiadores de Café en el país, fungía como gerente general de un beneficio cuando en 2014 le detectaron un tumor en el cerebro. Tuvieron que practicarle una cirugía en Colombia y el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, declarándolo en invalidez permanente, lo pensionó.

Coffee Shop Don Federico

“Mi vida ha sido el café, entonces quise hacer un sabor de café con alta calidad de exportación”, relata Rodríguez, indicando que emprendió la venta del grano en paquetes con la marca Don Federico, “pero el mercadeo de la bolsa de café es bien difícil y no me resultaba”.

Rodríguez compró entonces una furgoneta con equipos para preparar bebidas a base de café. La estacionó a la orilla de la Carretera Panamericana, en el kilómetro 101.8, comenzando su nueva aventura frente a un lote de terreno que ya tenía. Un toldo pequeño, una mesa y una docena de sillas de plástico junto al vehículo, atraían a algunos clientes. Las ventas apenas alcanzaban los 600 córdobas por día.

“Solo vendíamos algunos pancitos integrales, rosquillas de Somoto y las bebidas frías y calientes de café”, recuerda Rodríguez.

Sin desanimarse Rodríguez y los dos empleados con quienes comenzó el negocio, persistieron y poco a poco la afluencia de visitantes creció igual que la demanda de más servicios, porque “se iba convirtiendo en una parada técnica(…) entonces ya fuimos al banco a buscar un crédito y en julio de 2016 inauguramos Coffee Shop Don Federico”.

La tienda, según el propietario, ofrece “los mejores granos producidos en Nicaragua, café ciento por ciento de exportación y me atrevo a decir que en el país solo dos locales ofrecemos café con esos estándares”.

Además de una amplia variedad de bebidas calientes y frías a base de café, repostería, desayunos, almuerzos, en este negocio también ofrecen “pinolillo con leche con bastante cacao, algo típico que muy pocos lugares ofrecen”, dice Rodríguez.

La tienda ahora genera ocho puestos de trabajo permanentes, incluyendo a quienes trabajan en la cocina y a quienes se han especializado en barismo.

Calidez y calidad, parte del éxito

Rodríguez, quien es catador de café, se encarga de hacer las mezclas del grano que compra a productores que conoció en su antiguo empleo en los beneficios. “Son cafés que superan los 84 puntos en calidad”, afirma.

Para este empresario, la calidad de los productos y la calidez en la atención forman parte del éxito de Coffee Shop Don Federico, “con un personal que atienda con una sonrisa y amabilidad al visitante”.

También destaca su presencia permanente en el local para asegurarse de que todo marcha conforme esas normas que incluyen además precios justos.

“A pesar de que nuestros productos, el café, carnes y otros son de alta calidad de exportación, tenemos precios más favorables que otros restaurantes”, señala Rodríguez.

Agrega que el crecimiento del turismo en el norte del país genera oportunidades para el emprendimiento y “en esta zona de Sébaco hay bastantes negocios nuevos, pero hay que explotar más esa cantera, es tirarse sin paracaídas, aventurarnos, abrir las puertas y atender a los turistas que están llegando”.

Contacto

Coffee Shop Don Federico está ubicado en el kilómetro 101.8 de la Carretera Panamericana Norte, a dos kilómetros de la ciudad de Sébaco con dirección a Ciudad Darío.

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