Retratar la imagen histórica de Rubén Darío desde el realismo y trabajarla desde como su icono preferido desde los años setenta hasta el presente siglo XXI ha sido la constante pasión pictórica del maestro Julio Martínez Castillo.
Su otra faceta —dice satisfecho de sus logros plásticos— es su incursión pictórica en las composiciones creativas, vistas desde el figurativismo abstracto e hiperrealismo.
Varios de los retratos realistas realizados sobre Rubén Darío —en pinturas y dibujos— ahora forman parte de la valiosa colección de la Pinacoteca del Banco Central de Nicaragua.
Dos de ellos han sido publicados en sellos postales conmemorativos en ocasión del centenario de la muerte del poeta. El primer sello postal con el rostro de Darío lo dio a conocer el Banco Central de Nicaragua el año pasado.
Y uno de sus retratos dibujados en grafito y con trazos de filigrana fue publicado por el Correo Argentino que emitió un sello con un tiraje de 30,000 unidades, dice con orgullo el artista.
Imágenes de Darío
¿Desde cuándo te interesó pintar la imagen de Darío? Martínez Castillo responde que desde 1976, entonces era un joven de 15 años que coleccionaba recortes donde aparecían poemas e imágenes de Darío, publicados en La Prensa Literaria.
Dos años después realizó el primer dibujo de Darío al carboncillo. Su afición lo llevó tiempo después a estudiar en la Escuela Nacional de Artes Plásticas Rodrigo Peñalba, y posteriormente en el Instituto Superior de Artes Plásticas Surikov, de Moscú.
Trabaja la obra El último adiós a Darío y la expone en la Primera Bienal de Pintura Nicaragüense, realizada en 1997 en el Teatro Nacional Rubén Darío, cuenta el artista.
Uno de sus recientes retratos de Darío estará expuesto en una muestra de arte colectiva en homenaje al Príncipe de las Letras Castellanas, a realizarse el próximo viernes 17 de marzo a las 6:30 p.m. en el Teatro Nacional (TNRD).
Poetas, héroes, músicos y pintores
Martínez Castillo también ha trabajado una serie de retratos de poetas nicaragüenses, entre ellos Salomón de la Selva y Ernesto Cardenal. “Ahora estoy trabajando el retrato de Manolo Cuadra, después haré a Carlos Martínez Rivas y Azarías H. Pallais”, dice el artista.
En su catálogo de arte figurativo también aparecen pinturas sobre Sandino y Blanca Arauz, y un retrato del Salvador Dalí en homenaje a su centenario de nacimiento en 2004, obra que fue premiada por el Banco Central de Nicaragua.
Otros de sus dibujos es el realizado al músico ruso Sergei Vassilievish Rashmaninoff. “El segundo concierto de Rashmaninoff sonaba en Nicaragua en las emisoras durante la Semana Santa”, dice el artista al explicar por qué perennizó al músico en un retrato.
Cristos y vírgenes también forman parte de su catálogo de arte.
Personajes nicaragüenses
Su otra temática es el figurativismo abstracto. “Siempre en mis obras incluyo al nicaragüense trabajador, a la tortillera, al jornalero, al albañil, a los fundidores de bronce”, refiere el pintor.
Al respecto dice que en su obra Los bebedores de café exhibe a campesinos en su faena cotidiana, y en su pintura La quema recuerda las rondas o limpias del campo para preparar las cosechas.
Las vendedoras de las calles también están reflejada en su obra Las fritangueras leonesas, y en Sagrada tierra nuestra a los cortadores de caña.
También cuenta con la pintura Por los caminos van los campesinos, pintada en honor a la obra teatral del poeta Pablo Antonio Cuadra, que lleva el mismo nombre.
Arte que cuenta historias
En la nota critica del artista Luis Morales Alonso titulada Julio Martínez y sus nuevas abstracciones líricas, comenta que las pinturas figurativas de Martínez rozan la esencia de la figura y son más narrativas porque cuentan historias.
Por ejemplo dice que “la pintura Los Carniceros proyecta a la víctima, Los Albañiles se construyen a sí mismos, Las Cocineras las construye el humo de la estufa callejera de la fritanga citadina de Managua, y les da vida como fantasmas humeantes en permanente diálogo y cuchicheo”.
Sus influencias académicas
“Me gusta trabajar la abstracción pero sin perder las figuras y sus rasgos expresivos”, dice el pintor Julio Martínez Castillo en su particular forma de ver su mundo artístico, en este sentido aclara que se aleja de la abstracción pura.
El hiperrealismo es otro estilo que atrae a este pintor. Los bodegones los ha trabajado desde 1978, influenciado por el pintor francés Jean Simeón Chardin del siglo XVIII, conocido por sus naturalezas muertas y retratos.
Por igual reconoce que ha recibido influencias del pintor italiano Giorgio Morandi, quien trabajó bodegones con una tendencia a un minimalismo temprano, pero muy interesante en su paleta de armonías grisáceas, comenta el pintor.
Martínez Castillo también reconoce las influencias de su maestro, el nicaragüense Julio Vallejo.