Desde enero de 2017 que asumió Donald Trump, la Presidencia de Estados Unidos (EE. UU.), se han venido gestando cambios a gran escala en diversos temas concernientes a la política exterior que desea aplicar en su período presidencial, y que han puesto en entredicho la arquitectura política, económica y estratégica creada desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
La política exterior (PE) debería ser una estrategia de los Estados para defender su interés nacional, alcanzar objetivos y metas a nivel internacional, basado en sus necesidades. Hay que tomar en consideración, que la PE pasa por un proceso complejo intergubernamental, que está determinado por variables externas e internas, que atañen las conductas de los tomadores de decisión.
Todo ello impulsa a cambios extensos en países que no tienen un interés nacional claramente definido. En el caso de EE. UU., existe y está bien definido. Sin embargo, con el ascenso de Trump, las cosas están cambiando, debido a las determinantes internas de él como el líder de la nación más poderosa del mundo, como son sus actitudes, creencias y visiones del orden internacional imperante.
Aunque al día de hoy no existe una clara visión de la PE, de la administración Trump, sus intervenciones y tuits, han dado una luz sobre el camino diferente a tomar en los lineamientos tradicionales, que por cierto, van más allá del partidismo político, y que en definitiva traerán cambios importantes, en la visión del mundo que tiene el Ejecutivo estadounidense.
Y es que Trump ha puesto en duda dicho orden mundial. Un orden considerado liberal, democrático y con valores occidentales. Los cuestionamientos van desde establecer vacíos en las relaciones trasatlánticas, al criticar el poco apoyo europeo al mantenimiento de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), una alianza imprescindible para el mantenimiento del poder geopolítico de EE. UU. A eso, hay que agregarle su total apoyo a la separación del Gran Bretaña de la Unión Europea, por medio del “Brexit”. Dos acciones duras, para un aliado importante en la defensa de los valores compartidos por EE. UU. y Europa
Otro punto importante, de cambio en la PE, es que considera el sistema actual de libre comercio como algo obsoleto, y ha propugnado por la revisión de los más importantes tratados de Libre Comercio (Nafta), e incluso, optó por salirse del Acuerdo Transpacífico. Asestando un duro golpe al comercio internacional libre, que ha sido un lineamiento de la PE estadounidense desde la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC), como una vía de mantener el orden liberal y parte de su estratégico poder geoeconómico.
Definitivamente, los cambios están dados en la PE estadounidense, aunque no exista todavía un documento que los confirme de forma oficial. Dichos cambios, están enfocados según Trump, en “volver grande a EE. UU.”, tendremos que ver la reacción de los actores y agentes internacionales ante este intento de cambio del statu quo y del orden predominante hasta el día de hoy.
Más allá de la práctica, considero que los enfoques teóricos tendrán que repensar la forma en cómo hacer política exterior y reconfigurar los escenarios hasta hoy previstos para responder a los cambios que se nos avecinan.
El autor es Máster en Relaciones Internacionales.