Un hombre de 45 años consulta por tener la presión arterial (PA) “muy alta”. Se queja de haber sido valorado varias ocasiones pero no le resuelven el problema ni se lo mejoran. Toma tres medicinas, incluido un diurético y las cifras no bajan de 150/100.
El tema es propio para un especialista en medicina interna. Si el paciente realmente toma disciplinadamente su tratamiento médico estamos frente a un caso de hipertensión arterial resistente (HAR) o refractaria.
También se conceptúan de la misma manera quienes toman cuatro fármacos. Detectamos HAR asociada a avanzada edad, obesidad, crecimiento del ventrículo izquierdo, raza negra, fumadores, apnea obstructiva del sueño, sexo femenino, mujeres y portadores de enfermedades renales crónicas.
Otros factores son consumo de drogas ilegales, abuso de alcohol y en especial el abuso de sal. Aunque no sabemos el origen de la hipertensión arterial en un 90-95 por ciento, por lo que se llama de origen idiopático o desconocido, si se ha identificado que guarda una relación muy clara, por ejemplo, con el estrés y el exceso de sodio (cloruro de sodio) de la dieta que nos aporta la sal.
El paciente fue interrogado de forma minuciosa para definir el porqué continuaba hipertenso a pesar de “jurar” que ingería puntualmente su tratamiento. ¡El talón de Aquiles del enfermo estaba en su dieta y hábitos alimenticios! La mayoría de los científicos concluyen que el exceso de sal en la dieta dispara la PA y en hipertensos es causa de HAR o complicada. Lo indicado es no ingerir más de dos gramos de sal por día en todas las comidas.
Todos nuestros tiempos de comida, lamentablemente suelen contener más de dos gramos de sodio, por lo cual en estos días de calor llamamos a ser cuidadosos para evitar descontroles y serios peligros que amenacen nuestra vida.
