Un grupo de doce catadores nacionales, encabezados por el estadounidense Paul Songer, inició el proceso de evaluación de las 246 muestras que se inscribieron en la XIV edición de la Taza de la Excelencia.
El evento concluirá en junio con dos subastas, una nacional con precio base de 350 dólares por quintal que durará nueve días, en la que se venderán los lotes finalistas y la internacional, en la que los ganadores ofrecerán con un precio base de 550 dólares por quintal, los cafés especiales que ganen el concurso.
De las 246 muestras que se recibieron en esta edición del evento, 146 son de cafés especiales producidos en fincas de Las Segovias, 35 de Matagalpa, 64 de Jinotega y una de Carazo.
De este total los catadores nacionales preseleccionarán las 150 que durante la evaluación de los atributos de acidez, dulzura, fragancia, limpieza en la taza y otros, superen los 86 puntos, detalló el director ejecutivo de la Asociación de Cafés Especiales de Nicaragua (ACEN), Edwin Ruiz.
Las 150 muestras que quedarán seleccionadas esta semana participarán en la etapa del jurando nacional, que se realizará del 27 al 31 de marzo en Ocotal, Nueva Segovia.
En esta edición del concurso una de las novedades es que entre las 246 muestras participantes no todas son de cafés lavados.
Hay 18 de cafés naturales y 16 de cafés mieles, estas son dos nuevas tendencias que pasan por un proceso de beneficiado diferente en el que no se le retira la cáscara antes de ser fermentado y lavado como ocurre tradicionalmente con el grano.
“Los cafés naturales después de cortados se ponen a secar y se les quita la cáscara roja hasta que ya está bien seca para que el grano continúe absorbiendo los sabores dulces. Y en el caso del café miel se le quita la cáscara roja, pero no se pasa por agua para que le queden adheridos los sabores de esta, esto permite que dé sabores diferentes al momento de catarlo”, explica Ruiz.
Estos son procesos experimentales que según Ruiz realizan los productores para satisfacer las demandas de los consumidores, especialmente del mercado asiático que es el que más demanda estos tipos de cafés especiales.
Otra cambio que se introdujo en esta edición es que se elevó a 86 el puntaje base para clasificar. “Los productores se han esforzado mucho por alcanzar estos rigurosos estándares de calidad”, dijo Ruiz al celebrar el regreso de Nicaragua a esta competencia internacional de la que quedó fuera el año pasado, junto con otros países, por ajustes que la Alianza para la Excelencia del Café (ACE, por su sigla en inglés), realizó en la organización del concurso.
Le puede interesar también: ACEN lanza Los Cafés Más Finos de Nicaragua
Corte debe ser oportuno
Según el catador Sergio Noe Ortez, la calidad de un café especial depende mucho de cortarlo en el momento preciso de madurez y de darle el fermento adecuado. “Eso mejora mucho los atributos de la calidad del café en taza”, dice.
Además, según Ortez, después de varios años de manejo agronómico el productor aprende a manejar el comportamiento de cada lote de su plantación y eso le permite enfocarse en las áreas de manejo que le garantizan las cualidades que evalúan los catadores.
Entre las que destacan la limpieza de la taza, el cuerpo, la dulzura, la acidez y el sabor. Los procesos de lavado también influyen en algunos atributos del café.
Puede leer también: Nuevo certamen para elegir el mejor café del país
US$ 4,706 dólares por quintales es el precio más alto que durante las 13 ediciones de la Taza de la Excelencia ha alcanzado un lote ganador en la subasta electrónica.