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El programa Hambre Cero se enfoca en mujeres que son cabezas de familia en el campo. LA PRENSA/ARCHIVO

Programa Hambre Cero en declive desde 2011

La cantidad de bonos productivos entregados pasó de 25,058 en 2011, a 10,000 en 2014, lo que significó 15,058 bonos menos entregados en ese período

El Programa del Bono Productivo Alimentario o Hambre Cero ya experimentaba una reducción en sus componentes desde 2011, cuatro años después del lanzamiento del programa por parte del Gobierno, revelaron investigaciones de este diario.

La cantidad de bonos productivos entregados pasó de 25,058 en 2011, a 10,000 en 2014, lo que significó 15,058 bonos menos entregados en ese período, de acuerdo con un informe interno del Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca) al que tuvo acceso LA PRENSA y que fue parte de una investigación de este diario publicada a partir del 3 de julio del año pasado.

Este jueves LA PRENSA reveló que el programa Hambre Cero sufrió un recorte de 136.5 millones de córdobas en el Presupuesto General de la República 2017, siendo la mayor reducción monetaria que el programa insigne del Gobierno sufre desde que inició en 2007.

El programa se redujo de 484.7 millones de córdobas que se le asignaron en 2016, a 348.3 millones programados para 2017, lo que significó una baja del 28.16 por ciento en este período.

Lea también: 12,000 familias fuera de Hambre Cero

Nuevo componente del programa

Aunque oficialmente los dirigentes de las organizaciones que aglutinan a pequeños productores dicen desconocer los cambios que se introducirán este año en el Programa del Bono Productivo Alimentario, explican que a algunos de sus asociados les han anunciado que se incorporará un componente de financiamiento para promover el emprendimiento.

“El programa ha beneficiado al menos a unas 150,000 mujeres en el campo y algunas de ellas han comenzado a producir ciertos excedentes que hay que decidir qué hacer con ellos y la mejor forma es ver si se puede procesar para poder comercializarlo y para eso necesitan otro tipo de recursos, como construcción de infraestructura, bienes de capital o equipos”, detalla Javier Pasquier, presidente de la Federación de Cooperativas para el Desarrollo (Fecodesa).

Por su parte Álvaro Fiallos, presidente de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG), dijo desconocer si habrá recortes presupuestarios o cambios, pero confía en que si se da alguna situación de este tipo, será para mejorar el funcionamiento de este.

“Generalmente el Gobierno no disminuye el presupuesto de algo sin meterle las alternativas para superar la situación”, sostuvo Fiallos, quien está a la espera de la próxima reunión del Gabinete de Producción, Consumo y Comercio, ya que considera que ahí se presentarán los planes del programa para este año.

Fiallos y Pasquier coinciden en que como en todo proyecto, ha habido mujeres que “no han podido” manejar adecuadamente el bono, pero otras lo han hecho tan bien que están forzando que el proyecto avance a otro nivel.

Puede leer también: Los vacíos del Bono Productivo Alimentario

Aprovechar excedente

Según Pasquier, desde el año pasado las mujeres que mejor han aprovechado el programa comenzaron a expresar la necesidad de recibir otro tipo de apoyo para procesar y comercializar los excedentes de la producción de leche, huevos, carne y todos los componentes que ha impulsado el programa, incluso café.

“Por eso, tenemos entendido que el Gobierno está desarrollando un mecanismo que implicará la entrega del 80 por ciento del capital que las mujeres requieran para impulsar sus emprendimientos y ellas pondrán el restante 20 por ciento”, explica Pasquier.

“La idea es asociar a las mujeres que han tenido más éxito para crear negocios más sólidos. Y aunque el programa seguirá incorporando a más familias, este año se prestará especial atención a las beneficiarias que impulsen los emprendimientos”, dice Pasquier.

Fiallos, en tanto, considera que con el tiempo y por los resultados que provocan, los programas de este tipo siempre requieren algunas modificaciones en el manejo y aplicación.

Lea más en: El programa Hambre Cero es un paliativo para sus beneficiarias

Programa paliativo

La investigación publicada por este diario en julio del año pasado descubrió que las primeras beneficiadas del Programa del Bono Productivo Alimentario en 2007 no habían logrado vencer el círculo de pobreza pese a la iniciativa, pero este había sido un paliativo que le había permitido poner comida en sus mesas.

Otra de las revelaciones de la investigación fue que el Gobierno no había aplicado un seguimiento sobre el manejo del bono productivo por parte de las beneficiarias ni las había capacitado para un manejo eficiente del mismo.

Fueron cooperativas en las que estaban las mismas beneficiarias integradas las que capacitaron a las mujeres en el uso de los componentes del bono productivo alimentario.

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COMENTARIOS

  1. hugo
    Hace 7 años

    El nicaraguense la mayoria no les gusta trabajar todo lo quieren regalado sólo unos pocos aprovecharon esos bonos y le están sacando provecho .

  2. Juan guandique
    Hace 7 años

    Alegrense Heraldos del Mal, porque mas pobres sufriran !!!!!

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