Vivir en la vida es participar de ella, de la cantidad de actividades que existen, a excepción de las que por fuerza tenemos que realizar.
Existen tantos paradigmas que nos han calado que nosotros mismos nos inhibimos, mensajes tan negativos como los que nos dicen nuestros abuelos o padres o la sociedad, “eso no es para vos”, “solo los adinerados pueden aspirar a llegar a ser tal cosa”. Así como los mensajes sexistas, por ejemplo esto es solo para hombres o solo para mujeres, otro ejemplo, ya a tu edad es imposible que inicies algún estudio o desarrollar alguna arte.
Y así de esta manera nos hemos saboteado, nos incapacitamos para hacer tantas miles de cosas que podríamos estar siendo parte de la vida y no quedarnos espectando, viendo que otros hacen a edades avanzadas, o esto mismo para muchos millones de jóvenes que por excusas de yo no puedo, justificaciones que hemos aprendido porque es más cómodo evadir, evitar riesgos o aventurarnos a iniciar algo, por el qué dirán, así como por los comentarios que nos imaginamos harán, como que estoy haciendo el ridículo o que eso no va conmigo ya que soy muy pobre o aduciendo que tengo alguna inhibición física, pero ya hemos observado que no hay límites, el límite está en la mente.
Démonos el derecho de romper paradigmas, esquemas que nos han anquilosado, prohibiéndonos a descubrir a participar con las maravillas de que estamos dotados para compartir con los demás y no ser uno más, a vivir por vivir .
A sus órdenes en mi correo: [email protected]