Esta vez Randy Caballero se paró en la báscula y sonrió. No fue al revés. El tonelaje mostrado, 121.6 libras, le da el visto bueno a “El Matador” para darle vida hoy a un regreso que duró 13 meses, en el que se mantuvo en el desierto, con la sed de volver al ring. Se sintió este tiempo como pez fuera del agua.
Su rival, el mexicano Jesús Ruiz, quien sorprendió al mostrar un chasis bien estructurado, con los músculos definidos y su cara iluminada por el deseo de vencer al ex campeón mundial de las 118 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), hizo el mismo peso, en la ceremonia organizada por Golden Boy Promotions.
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Ambos serán los protagonistas del cartel semiestelar, luego de brincar sin tropiezos la valla, que es dar el peso, y están listos para disputar el cinturón vacante de las 122 libras de la Federación Norteamericana de Boxeo (NABF, por sus siglas en inglés), en el Fantasy Springs Casino, en Indio, California, Estados Unidos.
¿Qué Randy será?
Esta incógnita no tiene respuesta inmediata. Lo que haga será la más fiel contestación. Randy dice que está “enfocado en dar lo mejor de sí”, pero ciertamente los 13 meses de inactividad podrían pasarle una factura elevada. Punto aparte, aunque el gimnasio ha sido para él un lugar de trabajo duro, el cuerpo de Randy podría lucir empolvado, tal como le ocurrió a Carlos “Chocorroncito” Buitrago ante el tailandés Knockout CP Freshmart, en donde trató de desplegar su arsenal, pero no pudo. Peleó como amarrado.
En febrero del año 2016, ante un Rubén García esquemático, volviendo de otro retiro de 16 meses, Randy noqueó en siete asaltos, pero poniendo a un lado el triunfo, lo que sin duda es positivo, la actividad mostrada para el “Matador” demostró ese instinto impulsivo y a cambio sacrificó la técnica, de modo que no lució tan funcional, como señal mala de internet.
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Hoy, frente a un Ruiz de probada valentía ante Leo “El Terremoto” Santa Cruz y Diego de la Hoya, Randy necesita verse bien, con un traje de confianza, intentando oxigenar su carrera, que estuvo en el fango por dos años, llegándole a afectar la motivación, tras perder el título en la báscula en 2015, cuando se preparaba para su primera defensa, ante Lee Haskins.
El nuevo comienzo es hoy para “El Matador”, con 26 años, sin derrotas más que la de la báscula, tiene la madera para reescribir una nueva historia arriba del ring.
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