En 2016 Nicaragua registró 453 homicidios, muy por debajo de los casos reportados en otros países de la región. En un 47 de los mismos los homicidas utilizaron armas de fuego.
Mientras, en el resto de los países centroamericanos prevaleció el uso del arma de fuego en esas muertes violentas, siendo el Salvador el que está a la cabeza con el 81 por ciento de los casos de homicidios en los que utilizaron armas de fuego, seguido de cercar por Guatemala, con el 79 por ciento y Honduras con el 76 por ciento.
Los cinco países acumularon 15,981 víctimas de homicidios, donde El Salvador y Honduras registraron un promedio diario de 14 homicidios , 12 en Guatemala dos en Costa Rica y uno en Nicaragua, donde la tasa de homicidio es de 7 por cada 100,000 habitantes.
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En cuanto a los muertos por accidentes de tránsito 12,133 personas han fallecidos en los cinco países de la región siendo el más bajo el registro de Nicaragua con 791 que corresponde a 2016. Igualmente presenta los datos más bajos en cuanto a robo de vehículos y secuestro extorsivos.
Es por ello que dice la vicepresidenta designada por el Consejo Supremo Electoral, Rosario Murillo, Nicaragua sigue siendo el país más seguro de Centroamérica.
No son indicadores suficientes
“Yo no confío en las estadísticas actuales. Nicaragua carece de un sistema de medición delictiva independiente y con métodos precisos. Es decir, no hay un observatorio criminal independiente de la Policía Nacional y que se alimente de tres variables: tasa de la denuncia, tasa de victimización y el la tasa de la cifra negra”, respondió el investigador en temas de seguridad, Roberto Orozco.
“Ceñirnos a la cifras de la Policía Nacional para asegurar que en base a ellas somos el país más seguro de Centroamérica es autoengañarnos, es vender un paraíso imaginario”, señaló Orozco, quien apuntó “viéndolo desde esta perspectiva, lo que estoy diciendo es que no hay forma de saber si somos el país más seguro de Centroamérica”.