Nicaragua es el segundo país de Centroamérica que usa más agua en riego. Eso ha provocado que en los últimos años el agua llegue menos a los hogares, cuando la Ley 620, Ley General de Aguas Nacionales, establece que la prioridad es el consumo humano.
El ingeniero Mauricio Urtecho, especialista en riego, manifestó que el problema radica en la falta de educación en el tema.
Urtecho indica que existe un concepto erróneo al considerar que el agua es regalada y por tanto los productores se exceden en el uso de la misma.
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“El productor se ha dado cuenta que el recurso hídrico ha ido escaseando y por eso ahora se piensa en sistema de riego más eficiente, aunque hasta la fecha todavía hay productores que creen que echarle más agua a las plantaciones es mejor y no saben que están desperdiciando el recurso y gastando más combustible y tiempo, que se traduce en dinero”, dijo Urtecho.
Explotación sin control
Ruth Herrera, expresidenta de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal), manifestó que se necesita aplicar la Ley de Cánones, porque los productores están explotando el recurso y no hay control.
Urtecho coincide con Herrera y afirma que en algún momento se tendrá que aplicar la medida.
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Herrera asegura que hay muchas fincas que están usando de manera abundante el agua de los ríos y del subsuelo para riego, “hay un crecimiento fuerte de riego, ahí tenés sistema de riego para arroz, caña, palma africana, maíz, maní, ajonjolí, plátano y otros”.
El ingeniero Marcos Jarquín, otro especialista en riego, manifestó que es lamentable que los productores usen el agua irracionalmente.
“Incluso cuando establecen sistema de riego por goteo, dejan la manguera por largas horas para ver el agua en abundancia, cuando el sistema es para ahorrar el consumo. Yo creo que debe haber un acompañamiento de las empresas privadas, el Estado, de los organismos y cooperativas para que se realice una campaña educativa, porque la gente que tiene más agua disponible, bota más agua con la falsa creencia que el cultivo va a producir más”, dijo Jarquín.
Para Sergio Gámez, miembro de la Red de Agua y Saneamiento de Nicaragua (Rasnic), en algunos casos lo que prevalece es un uso competitivo del recurso hídrico. Por ejemplo, en Matagalpa y el Valle de Sébaco, este último donde históricamente se ha cultivado arroz, compiten por el agua. El arroz requiere de “riego por inundación y eso representa un gran consumo de agua”, dijo Gámez.
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Situación similar vive el río Estelí, cuya agua la utilizan para riego, así como en Malacatoya, Granada. En torno a esta situación Gámez recordó que en una ocasión, en un medio de comunicación, un productor, al ser cuestionado por el uso de agua dijo que el agua era libre y que la podían usar cuando quisieran.
Sin control
De acuerdo con la Ley 620, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) elaborará y promoverá la aprobación de un reglamento especial para el uso del agua para riego agrícola y agroindustrial, incluyendo de forma particular disposiciones sobre el fertirriego o riego realizado con aguas servidas pero tratadas y no contaminantes; no obstante, en el caso del arroz, se utilizan aguas subterráneas. Sin embargo, hasta la fecha se ha mostrado falta de voluntad para crear un control en el uso de riego, dijo Sergio Gámez, miembro de la Red de Agua y Saneamiento (Rasnic).
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