De cada cien litros de agua potable que se usan en el país, el ochenta por ciento se convierte en aguas residuales. En Nicaragua solamente 27 ciudades brindan tratamiento de estas aguas, sostuvo el ingeniero Edmundo Umaña, docente de la Facultad de Ambiente y Recursos Naturales de la Universidad Nacional Agraria (UNA).
“La gestión de las aguas residuales en el país ha mejorado; sin embargo, persisten problemas serios, como es que alguna gente está descargando aguas residuales a tuberías de aguas pluviales en la capital, eso conlleva a que haya descargas en el lago innecesarias”, dijo Umaña.
Agregó que la cobertura total de tratamiento de las aguas servidas urbanas es del 12.5 por ciento, de manera que la mayoría de los sistemas de alcantarillado sanitario que no cuentan con una planta de tratamiento descargan en cuerpos de agua superficiales (ríos y lagos), contaminando indiscriminadamente los recursos hídricos.
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Aguas residuales no se optimizan
Nicaragua pudiera replicar el ejemplo de Colombia, al utilizar las aguas residuales para riego y aprovechar los nutrientes que estas tienen, pero en el país reina otra lógica, que consiste en gastar un montón de dinero en todos los procesos que tiene el agua y no optimizar el recurso, explicó Sergio Gámez, miembro de la Red de Agua y Saneamiento (Rasnic).
La propuesta de Gámez está contemplada por el decreto 33-95, Disposiciones para el control, por contaminación provenientes de descargas de aguas residuales domésticas, industriales y agropecuarias, que establece que: “Las descargas de aguas residuales tratadas utilizadas para riego agrícola en la producción de hortalizas deberán cumplir rangos establecidos en cuanto a ciertos componentes del agua”.
Es por eso que Gámez asegura que “no hay una gestión integral del recurso hídrico. El agua residual es un recurso hídrico, lo tenemos las 24 horas del día con nutrientes, con fertilizantes y no lo aprovechamos (…). No hay una política para utilizar las aguas”, enfatizó.
De acuerdo con el miembro de Rasnic, la labor que se hace desde cada una de las plantas de tratamiento en el país es importante y en mayor consideración la de Managua, que tiene la capacidad de tratar 4,270 litros de agua por segundo, según información del sitio web de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal).
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En zona rural
Sergio Gámez, miembro de la Red de Agua y Saneamiento de Nicaragua (Rasnic), dijo que en las zonas rurales no existe sistema de tratamiento alguno; esto se debe a que la política de desarrollo del sector está dirigida más al abastecimiento de agua para consumo humano y la dotación de letrinas que al manejo del agua residual, en especial al manejo de las aguas grises, que en su mayoría fluyen por escorrentía a través de calles, avenidas y cauces. Esto también se debe a la escasa o nula inversión en el campo.