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Funides

La responsabilidad de promover estos cambios debe asumirse de forma conjunta entre el sector público y el privado para tener una mano de obra más productiva que perciba mejores salarios. LA PRENSA/ARCHIVO

Funides propone cambio estructural en el país

La necesidad de una transformación estructural surge, según Funides, porque pese a que en los últimos años Nicaragua ha mantenido un ritmo de crecimiento, todavía tiene el ingreso per cápita más bajo de América Latina

Para acabar con los “resultados parciales” que ha garantizado el modelo económico de las últimas dos décadas es ineludible empujar una transformación estructural que permita acabar con las brechas que el país todavía enfrenta, tanto a lo interno como con sus vecinos. De no hacerlo, continuará dependiendo de actividades agropecuarias de baja productividad, que seguirán generando resultados insuficientes.

Para lograr dichos cambios la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) propone una estrategia sustentada en cinco ejes a través de la ejecución de políticas y acciones públicas y privadas, que a mediano y largo plazo garantizarían la preservación de los recursos naturales, acelerarían la reducción de la pobreza y el crecimiento económico, promoverían la inversión, el incremento de la productividad y la diversificación de las exportaciones.

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“De no promover ese cambio el país continuará estancado en una producción parecida a la que hemos tenido en las últimas dos décadas, de poca diversificación y complejidad productiva, poco valor agregado, centrada en unos pocos productos, la mayoría materias primas expuestas al vaivén de los precios internacionales”, advierte el director ejecutivo de Funides, Juan Sebastián Chamorro.

La necesidad de una transformación estructural surge, según Funides, porque pese a que en los últimos años Nicaragua ha mantenido un ritmo de crecimiento, que incluso destaca entre los más altos de la región, todavía tiene el ingreso per cápita más bajo de América Latina, niveles de pobreza cercanos al 30 por ciento, niveles de desigualdad que se han mantenido estables y estancada la innovación en términos de la oferta exportable, que sigue dependiendo de productos muy simples (materias primas) y de poco valor agregado.

Ante estas circunstancias “no es de extrañar que nuestra economía asigne la mayor cantidad de su mano de obra a actividades de muy baja productividad”, dice el documento La ruta para construir una Nicaragua con visión de nación, elaborado por Funides y que recoge el resultado de varias investigaciones realizadas por la organización.

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El documento, que será presentado en un hotel capitalino, advierte que “las naciones que han prosperado y se han vuelto desarrolladas, lo han hecho a través de un proceso de diversificación económica, que ha significado la producción de más productos y servicios con mayores niveles de complejidad. Este incremento en diversidad y complejidad es probablemente el aspecto más evidente del desarrollo económico”.

Teniendo en cuenta que la riqueza no es “solamente una consecuencia de tener más actividades, sino de tener la combinación adecuada de estas”, el país debería apostar por sectores en los que ya incursionó y que están relativamente cerca de llevar más valor agregado.

“Por ejemplo en piezas automotrices. Nosotros ya exportamos arneses y si ya entramos a esa cadena, podríamos avanzar hacia las sillas de cuero o piezas de madera para vehículos. El asunto es tratar de dar el salto tecnológico que permita aprovechar lo que ya se está haciendo, pero con más valor agregado”, detalla Chamorro.

En el caso de productos tradicionales de exportación se podría aprovechar el crecimiento de las plantaciones forestales que han comenzado a producir para empujar una política de industrialización del sector que estimule la transformación de la madera en piezas más sofisticadas, como paneles o pisos o incluso en muebles, para dejar de exportar la madera en tablones.

En el caso del café, cacao y otros alimentos se debe seguir dando valor agregado e incluso, en el turismo que ha crecido sin rectoría, según Chamorro, hay muchas cosas que todavía se pueden fortalecer para generar más recursos.

La responsabilidad de promover estos cambios debe asumirse de forma conjunta entre el sector público y el privado, que deben emprender procesos de consenso encaminados hacia reformas que garanticen un mayor crecimiento económico más sostenible y fundamentado en el incremento de la productividad de nuestros recursos, particularmente el recurso humano, para tener una mano de obra más productiva que perciba mejores salarios para alcanzar logros materiales que permitan forjar una sociedad más próspera y equitativa, dice Chamorro.

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