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tragedias
La Prensa

Memorias de guerra y de paz

El suplemento Domingo, de LA PRENSA, conmemoró este fin de semana su décimo aniversario y número 500, con una edición especial sobre el Servicio Militar obligatorio que dictó e implementó el régimen sandinista en la guerra civil de los años ochenta.

Todos los contenidos de esa edición especial tienen mucho valor y son aleccionadores, incluso las declaraciones del general retirado Humberto Ortega, quien era el jefe del Ejército sandinista y estratega del conflicto militar de los ochenta, cuyas reflexiones escritas se perciben como apología y justificación de la guerra.

El tema de la edición especial ha sido el Servicio Militar obligatorio, pero el trasfondo es la tragedia humana, el drama nacional, la pasmosa tranquilidad con la que se habla de 50 mil y hasta 150 mil muertos, las secuelas de mutilados y afectados psicológicos que dejó aquel sangriento conflicto que terminó sin vencedores ni vencidos, al menos en el campo de batalla.

Ahora en Nicaragua hay paz, pero solo en su sentido de ausencia de guerra. No es una paz auténtica, con justicia, libertad y democracia como tiene que ser. Y no pasó mucho tiempo desde que terminó la última guerra, para que después de un breve período de democracia el país volviera a ser dominado por otro régimen autoritario y dictatorial, como los que causaron la guerra de los años ochenta y los conflictos bélicos anteriores.

El mismo domingo pasado, el diario La Nación de Costa Rica publicó en su Revista Dominical un especial con motivo de sus 70 años de existencia que cumplirá el próximo 12 de octubre. Algunos de los reportajes especiales de La Nación se refieren a la última guerra civil de Costa Rica, en 1948, que los costarricenses aprovecharon con inteligencia y sentido de nación para abolir el ejército, sustituir los cuarteles militares con escuelas, pasar el gasto militar a la educación y crear una nueva cultura política democrática, civilista y pacifista.

Es por eso que Costa Rica, teniendo menos población, territorio y recursos naturales que Nicaragua sin embargo es ahora un país desarrollado, próspero, educado y culto, con un sólido sistema político democrático que es el segundo mejor ponderado de América Latina.

En uno de los trabajos sobre la guerra y la paz en Costa Rica incluidos en la Revista Dominical de La Nación del domingo pasado, se recuerda cómo el jefe del ejército vencedor de la última contienda armada de ese país, don José Figueres Ferrer, se despojó del uniforme militar, ordenó la eliminación del ejército y con un mazo en la mano fue a derribar simbólicamente una de las murallas del entonces emblemático cuartel militar de Bella Vista.

En el especial de La Nación se cita al poeta japonés Ryoichi Sasakawa, quien después de visitar Costa Rica y admirarse con su historia expresó con hermosas palabras: “Dichosa la madre costarricense que sabe que su hijo al nacer jamás será soldado”. Nosotros tenemos la esperanza y la convicción en que algún día, más temprano que tarde, en Nicaragua habrá una verdadera paz con justicia, libertad y democracia y entonces se podrá decir lo mismo de las madres nicaragüenses.

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