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Concierto inolvidable de Camerata Bach

Este artículo es un merecido reconocimiento y un aliciente a ese esfuerzo extraordinario que realizan los músicos nacionales para dar lo mejor de sí y deleitarnos con su arte en una profesión que en nuestras latitudes, pocas veces recibe el reconocimiento y la remuneración que corresponde

Los días miércoles 22 y jueves 23 de marzo, en ocasión de conmemorarse el 25 aniversario de la Camerata Bach el Teatro Nacional Rubén Darío se vistió de gala para escuchar un concierto único: con un elenco de artistas nacionales pocas veces antes reunido en un solo lugar, la Camerata Bach hizo un recorrido musical por lo mejor de la música de varios siglos, con una orquestación clásica digna del mejor teatro del mundo.

Este artículo es un merecido reconocimiento y un aliciente a ese esfuerzo extraordinario que realizan los músicos nacionales para dar lo mejor de sí y deleitarnos con su arte en una profesión que en nuestras latitudes, pocas veces recibe el reconocimiento y la remuneración que corresponde.

También es un reconocimiento a todas las instituciones, embajadas y empresas que han puesto su granito de arena para la promoción de la cultura, haciendo realidad los sueños de grandes artistas nacionales que un día nos deleitan y nos asombran en la sala mayor de nuestro templo de la cultura: el Teatro Nacional Rubén Darío.

Son tantos los patrocinadores, que es imposible mencionarlos aquí, pero el director del Teatro y director de la Camerata Bach, Ramón Rodríguez, hizo lo propio agradeciendo uno a uno a los patrocinadores y su compañero fundador de hace 25 años, Raúl Martínez, agradeció al más importante de todos ellos, a nuestro Señor porque se los puso en su destino.

Hace veinticinco años, estos dos jóvenes y talentosos artistas nicaragüenses, Ramón Rodríguez y Raúl Martínez, unieron sus destinos en un sueño compartido: promover la música clásica, bautizando su pequeño grupo musical “Camerata Bach”, en honor al magistral compositor y músico alemán Johann Sebastian Bach (1685-1750).

El extenso programa mágico conmemorativo fue una verdadera antología musical y arrancó con el Primer Movimiento de Brandeburgo, de Johann Sebastian Bach; siguió Aleluya Exultate Jubilate, de Mozart, interpretado por la solista Elsa Picado; luego magistralmente orquestado, el Intermezzo Caballería Rusticana, de P. Mascagni, con José Luis Leytón como solista; siguió Carmencita, de Alberto Ramírez Gutiérrez y A Margarita, de Rubén Darío, arreglos de Raúl Martínez interpretado por el solista Ofilio Picón, quien también interpretó La Bala, de Salomón de la Selva, con el arreglo musical del maestro Martínez.

Luego siguió el programa con Danza negra del folclor nicaragüense con arreglo de Raúl Martínez; seguido por Tico Tico, de Zequinha de Abreu, interpretado magistralmente con su marimba por el solista Carlos Luis Mejía quien arrancó fuertes aplausos.

Otras canciones que compusieron el resto del programa: Danza del fuego Maya Quiché, Estebana, España, El Zanatillo, Manisero, Sound of Music de 1963 con el Coro Infantil Camerata Bach; Star Wars, de John Williams; Penny Lane y Yesterday, de los Beatles con el coro Schola Canturum Rubén Darío; Sinceridad, de Rafael Gastón Pérez, con el solista Dagoberto Palacios quien también interpretó Almohada de Adán Torres y Querida de Juan Gabriel; luego Vaselina de John Farrar y Barry Gibb, interpretado magistralmente por David Ocampo, Rebecka Molina y Carlos Baltodano; Colibrí de Salvador Cardenal por el solista Lenín Triana; O Fotuna de Carl Orff, y no podía faltar la Oda de la Alegría de Luding van Beethoven teniendo como solistas a Elisa Picado, José Luis Leytón, con el Coro Infantil Camerata Bach y el coro Schola Cantorum Rubén Darío.

Un punto y aparte merece la última canción dirigida y bailada por el maestro Ramón Rodríguez: una combinación sorprendente de la Quinta Sinfonía de Beethoven y el Mambo de Pérez Prado. Fue un cierre con broche de oro… si fuera una película la que vi esa noche, la volvería a ver.

René González Mejía, presidente del Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica, resume lo transitado por la Camerata Bach en estos 25 años de la siguiente manera: “Camerata Bach cumple hoy 25 años y conmemorar no debe significar única ni necesariamente celebrar”.

“Significa hacer memoria, recuperar lo transitado; significa explicar y diagnosticar el presente para lanzarse con más fuerza hacia el futuro. Por ello en este significativo aniversario, es momento de reconocer el valor profundo de esta institución musical, que más allá de los desafíos y obstáculos que debió enfrentar, jamás se ha resignado a cambiar su misión de rescatar, promover y difundir la música nicaragüense”.

El autor es periodista, ex ministro y ex diputado.

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