El retiro inesperado de dos oficiales superiores del Ejército de Nicaragua, a pesar de que no habían cumplido los cinco años para los que supuestamente fueron nombrados, no solo trastoca la institucionalidad, sino que demuestra que nadie está seguro en su cargo en esa institución militar, sostiene el general de brigada en retiro, Hugo Torres.
En los mandatos de jefes militares que precedieron al general Julio César Avilés no se dio un hecho parecido. Los jefes de Estado Mayor e inspectores terminaban el período junto con el comandante en jefe que los había escogido para conformar junto con él la comandancia general, recordó Torres.
Según Torres, la historia ha sido que el comandante en jefe entrante nombra a los funcionarios con los que se sienta más cómodo para el ejercicio de sus cinco años en el cargo. Y aunque reconoce que no es una ley escrita, también el jefe del Estado Mayor es el sucesor del comandante en jefe que ha concluido su período.
Prima interés político de Ortega y Murillo
Pero con el presidente designado por el Consejo Supremo Electoral, Daniel Ortega, “todo eso se trastocó y ha primado el interés político de Ortega y de su esposa, por encima de la norma constitucional y la norma legal y por encima del respeto a la carrera militar”.
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Torres considera grave lo que se está viviendo, pues su generación en la que están los generales Humberto Ortega, Joaquín Cuadra, Javier Carrión y Omar Halleslevens, “nos comprometimos a legarle a la sociedad nicaragüense un Ejército encauzado por la senda de la profesionalidad, apartidista no deliberante”, regido por la Constitución.
De acuerdo con Torres, eso se ha venido echando a perder desde el momento en que no ha habido una comandancia capaz de decirle a Ortega, “esto es ilegal, esto no se puede hacer, esto roza con la Constitución”.
Se dejan arastrar
Y a su criterio más bien Ortega “los ha ido arrastrando y se han dejado arrastrar por gusto, de forma complaciente, porque al final de cuentas se terminan identificando con el proyecto político de Daniel Ortega y porque eso les facilita una serie de ventajas: mejor presupuesto, oportunidad de hacer negocios”. Además, no descarta que los retiros sean el resultado de conspiraciones internas sostenidas con redes de informantes por debajo de la mesa, como “un mecanismo de protección” de la pareja presidencial.
En el caso del jefe del Estado Mayor, mayor general en retiro Óscar Mojica, Torres dice que es llamativo su retiro, pues fue designado “de forma irregular” después de haber pasado a retiro al general Óscar Balladares, que en realidad “fue una destitución inexplicable”, dado que era el funcionario militar con mayor prestigio en las filas militares. Mojica cumpliría en diciembre cuatro años en el cargo.
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“El mayor general Mojica sale de forma tan irregular y tan poco honorable como llegó, casi podría interpretarse que no fue más que un peón en una jugada de ajedrez de parte de la Presidencia para salir de un oficial de carrera como el general Balladares, un general profesional más apegado a la Constitución y la Ley y preservar de esta manera metiendo una especie de cuña al mayor general Mojica para llenar el cargo y terminar el período, lo extraño es que no lo está terminando”, dijo Torres.
En el caso del mayor general en retiro Adolfo Zepeda, recordó que por años estuvo como segundo jefe en Inteligencia, del excomandante en jefe, Omar Halleslevens.
“Nuevos” no están seguros
En el caso de quienes sustituyen a los retirados, Torres considera que son dos personas con mucha calificación profesional, pero también con mucha lealtad política, “hasta que les llegue su turno también, porque aquí nadie está seguro, aquí ya nadie puede alegar dentro de las filas de una institución que la Constitución está por encima de todo”.
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Los sucesores de los retirados son los generales de brigada Bayardo Ramón Rodríguez Ruiz, anterior jefe de Operaciones y Planes de esa institución militar y esposo de la ministra de Defensa, Martha Elena Ruiz Sevilla. Y Marvin Elías Corrales Rodríguez, anterior jefe de la Fuerza Naval.
Torres considera que la pregunta que corresponde en estos dos casos es: “¿Cuánto tiempo van a durar? Porque ambos no están asumiendo el cargo al mismo tiempo del comandante en jefe, sino que lo asumen a la mitad de período”.
¿Envían mensaje?
“Aquí se ha violentado la carrera militar y en buena medida también se ha ofendido la dignidad profesional de los oficiales del Ejército”, sostuvo el general en retiro Hugo Torres.
También no descarta “que se esté mandando un mensaje al general Halleslevens y a otros que pudiesen tener algún criterio sobre la actuación de la pareja y principalmente de doña Rosario”.
Él ve “una carambola” en todo esto, pues el exjefe del Ejército, Omar Halleslevens, no fue por la presidencia de la Asamblea Nacional ni aceptó la curul como diputado, ni a lo interno ni en el Parlamento Centroamericano (Parlacen).