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En Letra Pequeña

Intolerancia. Ya no solo es prohibido, so pena de despido, dar entrevistas a medios de "derecha", sino también estar en la misma tarima con un crítico del gobierno o, como pasó hace unas horas, subir a Facebook fotos junto la embajadora de Estados Unidos como le sucedió a una concejal de San Juan del Sur

Manual de intolerancia

Uno de los libros más gordos que heredará para la posteridad el régimen de Daniel Ortega es su “Manual de la intolerancia”, obra no escrita pero de obligada memorización para todos aquellos que trabajan para el Estado, el Frente Sandinista o la pareja presidencial, que es lo mismo. Cada día le agregan nuevos capítulos.  Ya no solo es prohibido, so pena de despido, dar entrevistas a medios de “derecha”, sino también estar en la misma tarima con un crítico del gobierno o, como pasó hace unas horas, subir a Facebook una foto donde se aparezca junto la embajadora de Estados Unidos como le sucedió a una bibliotecaria de San Juan del Sur que se atrevió a publicar la foto donde la embajadora dona algunos libros a la biblioteca móvil que dirige. Y todavía posan todos sonriendo. ¿Es que nadie piensa en los sentimientos de la Compañera?  Que malvados.

Mal chiste

Aunque parece mal chiste, la destitución por tal tontería de Heidy Auxiliadora Herrera Obando como concejal del municipio, un cargo que se supone lo consiguió con los votos de los ciudadanos de San Juan del Sur, es el retrato serio de un sistema electoral fallado. ¿Para qué van a ir los ciudadanos a votar si al final del camino está alguien con el poder de quitar a quien se le antoje por las razones que le ronquen? ¿Tiene sentido participar en unas elecciones municipales, que aunque fuesen limpias y vigiladas, algo que está muy lejos de suceder, la permanencia en los cargos electos dependen del humor y la paranoia de personas tan irracionales que hasta en una foto de trabajo en Facebook encuentran motivos para la destitución?

Caza de brujas

Se conoce como macarthismo uno de los episodios más negros de la historia de Estados Unidos. Sucedió poco después de la Segunda Guerra Mundial, durante la Guerra Fría, cuando el senador Joseph McCarthy desencadenó una cacería de brujas en nombre la supuesta amenaza que representaba el Partido Comunista Estadounidense contra la seguridad nacional. Todo lo que al senador McCarthy le parecía amenaza era tildado de comunista, investigado, enjuiciado y condenado en una paranoia que todavía avergüenza a la gente sensata de esa nación.

Satanizar

Nicaragua vive una especie de macarthismo, de bajo nivel todavía, pero que puede ir para peor. El otro cargo que le endilgaron a Heidy Auxiliadora Herrera Obando para demostrar su traición es el ser “simpatizante del MRS”. Así como McCarthy hizo del Partido Comunista el Diablo contra el cual luchar, Ortega ve en el MRS los gigantes que lo atacan cuando todas las personas cuerdas solo ven molinos de vientos. Y es extraño, porque por un lado califican al MRS de ser “cuatro gatos” y por el otro le otorgan poderes supranacionales. Así, con frecuencia oímos que es el MRS el que manipula a doña Francisca y los miles de campesinos de las marchas anticanal, también son ellos los que lograron que el Congreso de Estados Unidos aprobara la Nica Act en septiembre pasado, a ellos les quitaron la personaría jurídica y se les impide recuperarla, y los han convertido, como McCarthy, en la gran amenaza a su poder. Nadie es mejor propagandista del MRS que Daniel Ortega y sus colaboradores. No es que diga que los MRS son inofensivos, lo que digo es que les exageran su poder intencionalmente.

Vieja receta

Así como Maduro cada día combate una supuesta invasión norteamericana a Venezuela o desarma un nuevo atentado contra su vida sin dar prueba alguna, o Kim Jong-un convence a los norcoreanos de estar ganando una guerra extrafronteriza contra Estados Unidos, Daniel Ortega se ha procurado un enemigo imaginario bastante modesto, demasiado modesto para su egolatría. Es una vieja receta sacada de los manuales estalinistas: uno, crea un enemigo; dos, satanízalo; tres, acusa a todo lo que se te oponga de ser ese enemigo satanizado.

Ganar puntos

Y es extraño, porque todos aquellos que se alían con Ortega o comienzan a acercarse a él, lo primero que hacen es descalificar como “MRS” todo lo que se les opone a ese acercamiento aunque ello signifique disparar contra los mismos principios que dicen defender. Es un desertar de la trinchera disparando contra los mismos camaradas para ganar puntos con el enemigo que será su nuevo amigo.

Etiquetas

Esta columna, para que quede claro, no pretende ser una defensa del MRS, porque ni tengo interés en hacerlo y ellos podrán defenderse solos. Creo, más bien, que son quienes más ganan con esos ataques. No soy MRS, nunca lo he sido ni pretendo serlo, aunque alguien alguna vez me habrá endilgado ese mote para descalificar mis opiniones montándose en la misma campaña de generalización que ha emprendido el orteguismo. No sigo la agenda de nadie. Tengo opinión propia. En algún momento, esa opinión podrá coincidir o discrepar con algún grupo o partido. Eso no me hace amigo ni enemigo de nadie. Esta es una humilde crítica a la generalización de “enemigos”. Esta es solo una crítica a la intolerancia, al uso de etiquetas para desatar cacerías de brujas, como fue el caso de la señora bibliotecaria de San Juan del Sur.

Columna del día En Letra Pequeña Fabián Medina archivo

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