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idomeneo
Luis Sánchez Sancho

La tragedia de Idomeneo

El sábado 25 de marzo fue presentada en Managua la ópera Idomeneo, de Mozart, en transmisión desde el teatro Metropolitan Opera House de Nueva York que llega a Nicaragua por medio de  México, como una contribución cultural de la Embajada mexicana.

Esta ópera de Mozart está basada en el mito de Idomeneo, rey de Creta, quien participó en la Guerra de Troya.

Al terminar la guerra, Idomeneo parte de regreso a la patria con su flota de 40 naves cargadas de esclavos troyanos y  riquezas saqueadas en la legendaria ciudad que fue  arrasada por los griegos. En medio del mar la flota es azotada por una tormenta. Idomeneo promete a Poseidón, dios de los mares, que si lo salva  le ofrendará la vida de la primera criatura que encuentre al regresar a Creta. La tormenta cesa y las naves de  Idomeneo  siguen tranquilamente su viaje.

Idamante, hijo de Idomeneo, al saber que su padre está a punto de regresar corre a la playa para ser el primero en encontrarlo y abrazarlo. Idomeneo se horroriza al darse cuenta de que debe sacrificar a su hijo para honrar la promesa que hizo a Poseidón.

Idomeneo ruega al dios de los mares que lo exima del cumplimiento de su promesa y  se lo indique mediante alguna señal. Pero el poderoso Poseidón no escucha el ruego de Idomeneo, quien se ve obligado a sacrificar la vida de su hijo.

Una terrible peste azota a la población de Creta. La gente cree que se trata de un castigo divino porque  Idomeneo mató a su hijo, hay una rebelión, el rey es derrocado y tiene que irse al destierro.

El argumento de la ópera de Mozart difiere del mito. En la ópera Idomeneo  se advierte la contradicción de que todavía el rey  no ha regresado a Creta con su botín, después de la Guerra de Troya,  pero en la ciudad ya se encuentran los esclavos troyanos, incluyendo a Ilía, supuesta hija de Príamo, el  extinto rey de Troya.

Ilía se enamora de Idamante, hijo de Idomeneo, quien ordena la liberación de los esclavos troyanos. Electra, una hermosa joven originaria de Argos que  vive en Creta, ama a Idamante en silencio y siente que las furias la atormentan con los celos,  porque cree que Idamante corresponde al amor de Ilía. En eso llega la noticia de que los barcos de Idomeneo han naufragado.

Entre los restos del naufragio que el mar arrastra hasta las playas de Creta aparece   Idomeneo, quien ha salvado la vida gracias a la promesa que hizo a Poseidón de sacrificar a la primera criatura que encontrara al llegar a su patria.

Pero la primera persona que ve Idomeneo es Idamante y le ordena con brusquedad que se aleje de su presencia. Idamante se resiente por la extraña actitud de su padre y se retira.

Ya instalado en el palacio, Idomeneo consulta al sacerdote Arbaces quien le aconseja que sacrifique a otra persona en lugar de Idamante y mande a su hijo lejos de Creta.

Idomeneo ordena a Idamante que lleve a Electra a Argos y  se quede allí con ella. Pero antes de que zarpe  la nave en la que Idamante debe emprender viaje hacia Argos, cerca del puerto surge una monstruosa serpiente marina enviada por Poseidón para exigir el cumplimiento de la promesa de Idomeneo.

La gente sabe que Idomeneo ha prometido un sacrificio, pero ignora que la víctima tiene que ser Idamante. El sacerdote del templo de Poseidón, apoyado por la muchedumbre, le exige que cumpla su promesa para que se aleje la serpiente. Idomeneo dice que la víctima ofrecida es su hijo y la gente se horroriza.

Idomeneo declara que está dispuesto a sacrificarse en lugar de Idamante, pero este se enfrenta a la monstruosa serpiente marina y la mata. Sin embargo el miedo de la gente aumenta porque teme que el castigo de Poseidón ahora será  ser peor.

Ilía, la princesa troyana, se ofrece para sustituir a Idamante en el sacrificio. Entonces el oráculo anuncia que Poseidón se ha conmovido por el amor y la abnegación de Ilía y perdona la deuda de Idomeneo, pero este debe renunciar al trono y que en su lugar reine  Idamante en compañía de Ilía como su esposa.

Idomeneo presenta a los nuevos reyes de Creta y el pueblo invoca a Eros, dios del amor, para que bendiga a la pareja y traiga la paz a la ciudad. A diferencia de lo trágico del mito original de Idomeneo, en la ópera la historia tiene un final feliz, pienso que en consonancia con el romanticismo de Mozart.

Opinión Guerra de Troya Idomeneo obra de teatro archivo
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