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León Viejo, ruinas

Debajo de estas escaleras que llevan al altar de la iglesia La Merced, en la parte izquierda, fueron encontrados los cadáveres de Francisco Hernández de Córdoba y Pedrarias Dávila. Luego fueron sepultados en la plaza de León Viejo. LA PRENSA/ LISSA VILLAGRA

León Viejo, el hallazgo de una ciudad

Hace 50 años, científicos y estudiosos encontraron las ruinas de la primera ciudad fundada por los españoles en Nicaragua. Extrañamente, un par de cervezas y una rara constatación arquitectónica tuvieron mucho que ver

Durante más de 300 años se creyó que la primera capital de Nicaragua, León Viejo, estaba sepultada bajo las aguas del lago Xolotlán, que en la época colonial también se llamó de León. El exrector de la UNAN-León, Carlos Tünnermann Bernheim, cuenta que algunos pescadores, todavía en los años sesenta del siglo pasado, decían que hasta escuchaban bajo el agua las campanas de la antigua Catedral.

Hay una polémica respecto a si León Viejo fue la primera ciudad que existió en Nicaragua o si fue Granada. Y hay opiniones divididas, pero la mayoría de los historiadores concuerdan que fue León.

El primer conquistador español que llegó a Nicaragua fue Gil González Dávila, pero no fundó ninguna ciudad. Lo más que hizo fue darle el nombre al golfo de Fonseca, que antes se llamaba golfo Chorotega. El segundo en llegar fue Francisco Hernández de Córdoba, quien sí fundó dos ciudades: León, cerca del pueblo indígena Imabite, y Granada, junto a otro pueblo indígena, Xalteva. Esto para aprovechar la mano de obra de los autóctonos.

Tünnermann Bernheim indica que León habría sido fundada aproximadamente en noviembre de 1524 y Granada a inicios de diciembre de ese mismo año. Pero lo más probable es que León haya sido fundada primero y prueba de ello es que allí vivían las autoridades. El nombre completo es Ciudad de Santiago de los Caballeros de León.

La ciudad funcionó por 86 años y luego fue evacuada en enero de 1610. Lo que ocurría es que, por su proximidad con el volcán Momotombo, en la ciudad se sentían muchos temblores. El cronista de indias, Gonzalo Fernández de Oviedo, quien vivió en León en 1529, contabilizó en un solo día con su noche, un total de 60 temblores. Y otro día fueron tantos que ni siquiera pudo contarlos.
Con el tiempo, las cenizas emanadas por el Momotombo fueron sepultando la ciudad. Además, el lugar donde estaba ubicada es propenso a inundaciones y el lodo también abonó a que la ciudad quedara enterrada.

La foto que se tomó el arquitecto Luis Cuadra Cea cuando en 1931 encontró las ruinas de León Viejo. Cuadra Cea estaba acompañado de Roberto Harding, el ingeniero Francisco Pereira Baldizón y Emilio Bermúdez. LA PRENSA/ CORTESÍA.

Localización y relocalización

Una primera aproximación para localizar las ruinas de León Viejo ocurrió en 1858, cuando el ingeniero alemán Maximiliano von Sonnenstern elaboró un plano con referencias exactas de la ubicación de las ruinas.

En abril de 1931, utilizando el plano de Sonnenstern, el arqueólogo Luis Cuadra Cea, acompañado por Roberto Harding, el ingeniero Francisco Pereira Baldizón y Emilio Bermúdez, visitaron el sitio de las ruinas y encontraron unos ladrillos, pero no realizaron excavación alguna. Publicaron su hallazgo en unos pocos medios nacionales pero no trascendió ni la noticia ni el descubrimiento.

Fue hasta en abril de 1967, hace 50 años, que nuevamente se hallaron los ladrillos, y tras excavaciones se localizaron las ruinas de León Viejo.

Carlos Tünnermann Bernheim, a lo ocurrido en 1931, lo llama “localización de las ruinas”, y “relocalización” a lo de 1967. Recuerda que para él, mientras era estudiante de Derecho en León, era un sueño relocalizar las ruinas de la primera capital de Nicaragua. Por eso, en 1964, cuando fue nombrado rector de la UNAN-León, entre lo primero que impulsó fue la investigación para relocalizar las ruinas.

En diciembre de 1966, junto a Edgardo Buitrago, Alejandro Serrano Caldera, Alfonso Argüello Argüello y las esposas de los cuatro, Tünnermann Bernheim visitó el pueblo de Momotombo y entrevistó a algunos pobladores. El viaje lo hicieron en un jeep porque era difícil el camino, que era la vía por donde antes pasaban los rieles del tren que iba de La Paz Centro al puerto Momotombo. Con la construcción de la carretera de La Paz Centro a Managua, el tren había desaparecido junto a los rieles, y solo había quedado el camino.

Estas piedras son la parte superior de los muros de la fortaleza que fue construida en León Viejo, que aún no ha sido excavada. Se presume que solo el 20 por ciento de León Viejo ha salido a la luz. Falta por descubrir el otro 80 por ciento. LA PRENSA/ LISSA VILLAGRA.

El miércoles 26 de abril, Tünnermann hizo una segunda visita, esta vez acompañado de Francisco Pereira Baldizón y del administrador de la hacienda El Diamante. La búsqueda resultó infructuosa porque Pereira no pudo dar con el lugar adonde había llegado en 1931 con Cuadra Cea.

Decepcionados, se fueron a tomar unas cervezas en un local del poblado de Momotombo. Allí Tünnermann observó un brocal de pozo y un horno hechos con ladrillos más grandes que los que fabricaban en La Paz Centro. “Pregunté de dónde procedían esos ladrillos tan grandes y nos dijeron que de una guaca ubicada en un potrero. Pedí que nos llevaran al sitio y nos llevaron hasta un potrero donde había un montículo de ladrillos de barro dispersos”, relata Tünnermann.

Los académicos inmediatamente excavaron en el lugar y fueron apareciendo los muros de los que desde el primer momento ellos supieron que eran de la iglesia La Merced de León Viejo.

Determinar que aquellas ruinas eran realmente las de León Viejo no fue tarea fácil. Había quienes se negaban a reconocerlas, especialmente el diario Novedades de los Somoza, en cuyas páginas se escribía que podían ser de edificaciones realizadas por el expresidente liberal José Santos Zelaya, quien a finales de los años 1800 había tenido una propiedad cerca del lugar.

La tierra y la maleza tenían ocultas las ruinas. Las mismas autoridades de la UNAN-León no querían informar oficialmente sobre el hallazgo sin estar totalmente seguras. Contrataron a diversos especialistas nacionales y extranjeros para que ayudaran a confirmar el descubrimiento, entre ellos al historiador costarricense Carlos Meléndez Chaverri y al historiador nicaragüense Chester Zelaya Goodman. También al catedrático español Antonio Bonet Correa, al arqueólogo salvadoreño Francisco Villalta y al francés Frederick Thieck. Este último calculó la extensión de León Viejo en una superficie de 500 metros de cada lado. Pocos días después de la relocalización de las ruinas, la Cámara de Diputados declaró de utilidad pública el terreno donde en ese entonces supuestamente estaba León Viejo. Pero uno de los diputados, el liberal granadino José María Borgen, se opuso porque los trabajos de excavación podían desatar “una peste de incalculables proporciones”. “Recordemos que los habitantes de León Viejo murieron del cólera y nosotros estamos en la obligación de velar por la seguridad de nuestros representados”, dijo Borgen, según declaraciones recogidas por LA PRENSA en ese entonces.

Durante las excavaciones, dirigidas primeramente por Alfonso Argüello Argüello y luego por el salvadoreño Francisco Villalta, fueron apareciendo paredes antiguas de ladrillos, clavos españoles y huesos humanos. El sistema de excavación fue uno primero y luego otro, más científico. Al principio cuatro peones ordenados por la UNAN-León realizaban las excavaciones e iban rompiendo la primera estructura que quedaba al descubierto, por la parte de arriba, causando la destrucción parcial de la parte superior de los edificios. Luego, las excavaciones se hicieron alrededor de las bases de los edificios, descubriéndolas en forma sistemática sin causar daños.

Finalmente se tuvo certeza de que en realidad se trataba de las ruinas de León Viejo. Por declaración de la Unesco, las ruinas son hoy Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad.

El entonces rector de la UNAN, Carlos Tünnermann Bernheim, examina los primeros ladrillos encontrados en los potreros de la hacienda El Diamante y que correspondían a los muros de la iglesia La Merced. Fue el miércoles 26 de abril de 1967. LA PRENSA/ CORTESÍA.

Hernández de Córdoba y Pedrarias Dávila

En 1524 Pedrarias Dávila era gobernador de Castilla del Oro, hoy Panamá. Desde allí envió a Francisco Hernández de Córdoba para que ocupara las tierras que Gil González Dávila había visitado en Nicaragua.

Al llegar y luego de haber fundado León y Granada, Hernández de Córdoba pidió a los reyes de España que lo nombraran gobernador de Nicaragua, pues había visto que era un lugar estratégico para expandirse y llegar al menos hasta territorio hondureño, en Olancho.
Pedrarias se molestó mucho con su lugarteniente Hernández de Córdoba y, aunque estaba avanzado de edad, salió de Panamá en busca de su subordinado, quien antes de que llegara Pedrarias fue apresado y luego degollado por órdenes de Dávila.

Pedrarias logró ser nombrado el primer gobernador de Nicaragua en junio de 1527. Fue cruel con los españoles pero lo fue más con los indígenas. En una ocasión, luego de que unos indígenas mataran a unos encomenderos españoles, Pedrarias mandó a matar a 18 caciques metiéndolos en la plaza de León Viejo junto con unos perros feroces traídos de España. A ese episodio se le conoce como “emperramiento”. El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo relata que a uno de los indígenas se le dio un garrote y primero se le encerró con perros que fueron fáciles de vencer para el indígena, pero inmediatamente le soltaron a los perros bravos que inmediatamente lo devoraron. Y así ocurrió con los otros 17.

El monumento a la resistencia indígena colocado recientemente en la plaza de León Viejo. LA PRENSA/ LISSA VILLAGRA.

Cuando Pedrarias murió, cuenta Tünnermann Bernheim, como padecía de catalepsia, los indígenas fueron al entierro pero con miedo de que Pedrarias volviera a la vida.

Pedrarias murió en León Viejo el 6 de mayo de 1531. Después del descubrimiento de las ruinas en 1967, se encontraron dos cadáveres debajo de las escaleras que llevan al altar de la iglesia La Merced. El primero, que no tenía cabeza, era el de Francisco Hernández de Córdoba. El segundo, que era de huesos largos, era el de Pedrarias y estaba a los pies de Hernández de Córdoba. De Pedrarias se decía que era el hombre más alto de España, explica Tünnermann Bernheim.

Ruinas recién descubiertas en 1967 de la iglesia La Merced de León Viejo. La arquitecta Amelia Barahona dice en un libro sobre las ruinas que haber encontrado León Viejo es importante por la significación y aporte de nuestro pasado indígena. LA PRENSA/ CORTESÍA.

Fray Antonio de Valdivieso

Fray Antonio de Valdivieso era de la orden de Santo Domingo, dominico, y fue designado para ejercer el apostolado en la provincia de Nicaragua, en 1544. Aprendió varias lenguas de los indígenas y produjo numerosas conversiones, según escribió Arturo Aguilar en LA PRENSA, poco después del descubrimiento de las ruinas.

Valdivieso no cayó bien en León Viejo. Al menos en la familia del gobernador Rodrigo de Contreras.

Cuando llegaron de España las nuevas leyes, que prohibían que los gobernadores y ministros del Rey tuviesen indios en calidad de encomienda, el gobernador Contreras traspasó los que él poseía a su mujer María de Peñalosa, hija del ya fallecido Pedrarias Dávila, y a sus hijos Hernando y Pedro de Contreras. Luego se averiguó que la escritura que había otorgado a favor de su esposa e hijos no había sido hecha antes de la publicación de las leyes y le quitaron los indios.

Los hijos de Rodrigo de Contreras tomaron la decisión de levantarse en armas en contra de las autoridades y también de quitarle la vida al obispo Valdivieso, a quien consideraban el más decidido protector de los indios. De hecho, a Valdivieso se le considera uno de los primeros defensores de los derechos humanos en Nicaragua.

Junto con un español de nombre Juan Bermejo, los hermanos Contreras asesinaron a Valdivieso. Fueron a la casa del religioso y lo encontraron conversando con un clérigo y dos religiosos más. Hernando habría sido quien le asestó dos estocadas con la espada. Ya en el suelo, a Valdivieso lo continúan apuñalando y le dice a su agresor: “Acaba, carnicero, basta ya con lo que has hecho”.

El crimen de Valdivieso ocurrió en febrero de 1546 y desde entonces los pobladores pensaron que la ciudad había quedado maldita. Las frecuentes erupciones del volcán Momotombo, los temblores y terremotos que provocaba y otras calamidades como clima excesivamente caluroso, insalubridad, y malas aguas, ayudaron a fortalecer esa idea. Para colmo, la ciudad se llenó de pobreza.

Fue así que en enero de 1610 decidieron abandonar la ciudad y fundar una nueva a pocos kilómetros, siempre junto a otro pueblo indígena: Sutiaba. La vieja ciudad de León se fue perdiendo. La gente creía que había quedado sepultada bajo las aguas del lago, hasta que, en 1967, quedó demostrado que no había sido así cuando se descubrieron las ruinas de la ciudad, que los vecinos utilizaban de guaca para sus construcciones.

La Casa Real de la Fundición donde se procesaba el oro traído del norte del país. LA PRENSA/ LISSA VILLAGRA.

Datos sobre León Viejo

Allí están enterrados importantes personajes como Francisco Hernández de Córdoba, fundador de León y Granada. También Pedrarias Dávila, primer gobernador de Nicaragua. Además, los obispos Diego Álvarez de Osorio, Fray Francisco de Mendavía, Fray Antonio de Valdivieso, entre otros.

La plaza principal tiene 180 metros de largo por 100 de ancho.

Las casas de los personajes importantes tienen piso en “forma de espina” o “espinapez”.

La Catedral, como todos los templos primitivos de la época, tenía una sola torre. La modalidad de dos torres es de los siglos posteriores.

La población nunca fue mayor de 1,000 habitantes.

Cuando fue evacuada el 2 de enero de 1610 tenía pocos habitantes. Aunque algunos dicen que salieron 800 personas encabezadas por el regidor Pedro Munguía. Otros dicen que fue el 11 de enero.

El lago está a un kilómetro y medio de las ruinas. Nunca ha estado más cerca.

Ruinas de la catedral de León Viejo, Santa María de la Gracia. LA PRENSA/ LISSA VILLAGRA.

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COMENTARIOS

  1. Daniel Hunter Castro
    Hace 7 años

    una historia muy enriquecedor para los intereses del pueblo nicaragüenses, lastima que muy poco lo saben por falta de conocimientos y, los que viven largo como en otros departamentos necesitan una educación al menos el colegio total para que entienda, la riqueza de nicaragua.

  2. Turista Internacional
    Hace 7 años

    Hay que profundizar en su estudio y investigación, preservar la historia cultural, política, económica y social de León Viejo. Ser un gran atractivo turístico cultural internacional. Hacer infraestructura que permitan esa visión y misión del sector turístico.

  3. El Leones
    Hace 7 años

    Regidor es el término que se usaba en la época. Actualmente es alcalde. El término regidor es herencia del derecho romano.

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