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cambio climático, Nicaragua, ganado, ganadería

Adaptar la actividad ganadera al cambio climático implica un costo económico. LA PRENSA/U.MOLINA

Funides: urge adaptar a la ganadería de Nicaragua al cambio climático

Funides sugiere modelo que podría ayudar a reducir el impacto del cambio climático en la ganadería de Nicaragua, la que podría sufrir graves estragos por sequía, huracanes e inundaciones

Aún es posible salvar y mitigar el impacto que el creciente aumento de las temperaturas — producto del cambio climático — tendrá en la ganadería de Nicaragua. Solo basta con promover entre los ganaderos la adopción de nuevas prácticas basadas en ecosistemas, que abarca desde la implementación de sistemas silvopastoriles hasta la protección del medioambiente.

Esta es una de las propuestas que recoge el estudio Cambio Climático en el sector ganadero: del riesgo climático a la adaptación en ecosistemas, que publica hoy la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), en el que alerta de mayores incrementos en temperaturas y reducción de precipitaciones en el país en las próximas décadas, lo que demanda acciones públicas y privadas para proteger a la ganadería, pilar económico.

En el 2016, según Funides, el sector pecuario representó el 4.7 por ciento del Producto Interno Bruto y el agropecuario generó el 8.4 por ciento del empleo formal.

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Pero además, según cifras del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex), los ingresos por envíos de carne de bovino aportaron el año pasado 430.18 millones de dólares y la venta de leche dejó 51.33 millones, para un total de 481.51 millones de dólares. Este saldo equivale al 20.43 por ciento del total obtenido por exportaciones de productos el año pasado.

“El cambio climático representa una gran amenaza para el sector y en consecuencia para toda la economía del país por su dependencia de las actividades agropecuarias”, alerta Funides, al tiempo que señala que “el cambio climático puede ser considerado como una oportunidad, que incentiva al sector ganadero a convertirse en un agente de cambio”.

Pero ¿en qué se basa la propuesta de Funides? ¿Cuál es el costo económico? Ante el aumento del estrés en el hato debido al aumento de temperaturas, se propone la implementación de sistemas silvopastoriles, para crear microclima y reducir el estrés térmico. Esto implica sembrar en las fincas árboles en potreros con pastos mejorados, maní forrajero y cercas vivas.

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Los microclimas ayudarían a mitigar el impacto del estrés térmico en el hato, ya que el aumento de temperaturas ocasiona un incremento en “la tasa respiratoria; esto hace que el ganado gaste más energías y consuma menos alimento, lo que redunda en reducidos índices reproductivos, como menor tasa de natalidad y pubertad más tardada e índices productivos”.

Esta práctica en las fincas también permitirá captura de carbono, asimismo promover el agroturismo y la biodiversidad.
En promedio, según el estudio de Funides, una finca requiere entre 628 y 685 dólares por hectárea para establecer potreros con árboles y pasturas asociadas con maní forrajero. Y para plantar árboles y pasturas mejoradas la inversión es de 778 dólares por hectárea y 148 dólares anules para darle mantenimiento.

Citando un estudio del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza, Funides afirma que hay evidencias que la productividad de leche en un caso de estudio en la época seca fue mayor en sistemas con sombra (12.75 kilogramos por día) que en pasturas en monocultivo (11.06 kilogramos por día).

Otra de las propuestas de Funides es recuperar la cobertura arbórea de zonas de recarga hídrica y áreas riberinas. Un aumento de las temperaturas continuará provocando menor disponibilidad de agua para el ganado y el forraje, lo que supone para las fincas un elevado costo económico.

La feria inicia hoy jueves y se extiende hasta el domingo 19 de marzo. LA PRENSA /LUIS GUTIÉRREZ

Esta recuperación de la cobertura boscosa en las zonas de recarga hídrica debe ir acompañada de la creación de bancos forrajeros energéticos y de leguminosas arbustivas para reducir la presión sobre el pasto en los potreros. Esto permitirá “un uso eficiente del agua y permite liberar las áreas menos aptas de la finca o aquellas destinadas a la recarga hídrica”, precisa.

¿Cuánto cuesta instalar estos bancos? En el caso de bancos de proteínas de leguminosas arbustivas la inversión es de entre 228 y 640 dólares por hectárea y entre 17 y 51 dólares para darle mantenimiento anualmente. En el caso de los bancos forrajeros energéticos la inversión es de entre 267 y 489 dólares.

En Nicaragua alrededor del 80 por ciento de la superficie deforestada cada año es convertida en pastizales y la actividad ganadera ha sido criticada por ser una de las actividades con mayores emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, recuerda Funides.

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En las zonas donde se esperaría mayor incidencia de huracanes e inundaciones, particularmente el Caribe, la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social sugiere impulsar la siembra de cortinas rompevientos o cercas vivas, cuya inversión es de entre 133 y 152 dólares para cada 100 metros lineales.

Para hacer frente a las inundaciones se propone crear en las fincas zonas de amortiguamiento (bosques y pantanos) entre el ganado y las potenciales zonas de inundación. También combinar con bancos forrajeros energéticos y de leguminosas arbustivas para reducir la vulnerabilidad en zonas propensas a inundaciones.

Según el Censo Agropecuario 2011, en Nicaragua hay unas 136,687 fincas con bovinos. De estas, unas 22,333 fincas dedicadas a la producción de leche; otras 2,170 para la producción de carne; y 15,940 fincas tiene ganadería para doble propósito. Hasta ese año el censo en mención estimó en 4.2 millones el número de cabezas de ganado en Nicaragua, el que habría superado los 5.8 millones en los últimos años.

Esta actividad está concentrada principalmente entre pequeños y medianos productores, en su mayoría sin acceso al financiamiento y a nuevas tecnologías agropecuarias. De hecho Funides sostiene que el hecho de que se aplique el sistema de Adaptación a base de Ecosistemas no “quiere decir que se descarten otras medidas de adaptación como cambios en la genética de los animales o soluciones tecnológicas; más bien se deben considerar en su conjunto en una estrategia integral”.

Bolivia, sequía

Hay financiamiento

Pero adaptar la actividad ganadera al cambio climático implica costo económico y por esta razón Funides sugiere buscarlos en el mercado internacional, donde, dado a la emergencia mundial que implica este fenómeno ya casi irreversible, distintos organismos financieros internacionales y países cooperantes han diseñado programas de apoyo de adaptación al cambio climático.

El director ejecutivo de Funides, Juan Sebastián Chamorro, sostiene que la búsqueda de financiamiento para adaptar la ganadería al cambio climático se debe hacer como país, “porque los gobiernos son los más apropiados para hacer esta búsqueda de financiamiento”.

Chamorro explica que hay fondos específicos para lo relacionado con la adaptación, otros para inversión en infraestructura vinculado al cambio climático.

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“Para asegurar el financiamiento nacional, los países con un alto riesgo climático como Nicaragua deben aprovechar los mercados y flujos de capital privados. Para ello se debe crear un ambiente propicio en cuanto al riesgo para atraer capital privado. El Estado debería apoyar a los sectores que por su actividad no atraen suficiente capital privado, pero generan importantes externalidades ambientales y sociales”, señala por su lado el estudio.

Solo en el 2014 los fondos financieros internacionales destinados para el cambio climático movilizaron 62,000 millones de dólares en el mundo, en su mayoría eran fuentes privadas.

Entre los países que están aportando a estos fondos figuran Alemania, Reino Unido, Japón, Estados Unidos, Noruega, entre otros. También Naciones Unidas tiene fondos, la Comisión Europea, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agropecuario, Banco Mundial y otros.
También se puede obtener financiamiento mediante los sistemas de compensación por servicios ecosistémicos.

 

Para conocer la vulnerabilidad de los municipios a inundaciones, huracanes y aumentos de temperatura Funides creó un mapa interactivo donde se puede encontrar esa información. Acá para revisar: http://funides.com/mapas/

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