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Portada de LAPRENSA en la edición del 9 de abril de 1965 . LAPRENSA/W. López

La entrevista que Cantinflas dio a LA PRENSA en 1965 en Managua

El 7 de abril de 1965, el comediante mexicano Cantinflas visitó Nicaragua. Durante su estadía se reunió con el entonces presidente René Schick

El 7 de abril de 1965, Nicaragua dio la bienvenida al cómico mexicano Mario Moreno Reyes, mejor conocido en el mundo del espectáculo como “Cantinflas“. Ese día, un gran número de agentes de seguridad lo recibieron en el aeropuerto “Las Mercedes”, en Managua, luego se reunió en la Casa Presidencial con el Dr. René Schick y después fue custodiado hasta el “Gran Hotel”.

En aquella ocasión, el comediante le dio una entrevista a LA PRENSA. Este es el texto publicado el 9 de abril de 1965.

Cantinflas tiene 20 años… y un montón de meses

Una entrevista con “Cantinflas” es una de las entrevistas más originales que se puede lograr. A cada momento, hay una sorpresa. A una pregunta seria, una contestación chistosa. A una pregunta chistosa, una contestación seria.

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“Cantinflas”, él mismo lo dice, hace sus propias películas y él mismo escribe los diálogos; pero los diálogos, tal como los escribe, no son los mismos que aparecen en las películas, porque a medida que se va filmando la película, él va improvisando nuevos diálogos, va inventando, genialmente va introduciendo nuevas frases y nuevos giros, conforme las circunstancias.

Cantinflas junto al Dr. René Schick.

Y así, en la conversación periodística que tuvimos con él, ayer en el lobby del Gran Hotel, contestó como lo hubiera hecho un diplomático, maniobró como el mejor político, y sobre todo, dejó sentada su personalidad de gran cómico de las multitudes.

“Sí. Yo soy yo”

Primeramente cuando fuimos a la “suite” 501 ( le hubiera gustado la 777, pero no llega hasta allí el número de cuartos del Gran Hotel) y golpeamos la puerta, él mismo contestó:

-¿Qué quiere?
-Hablar con “Cantinflas”.
– No está.
-¿Y el señor Moreno?
-Está durmiendo… ¿Quién es usted?
-Un periodista.
-A las once y media bajo y me dejo entrevistar…
-Ah… entonces ¿es usted?
-Si. Soy yo… ¿Y quien creía usted que era?

A las once y media en punto, después de desayunar en su cuarto (pidió por teléfono un huevo “dos minutos”, jugo de toronja, tostadas con mermelada y mantequilla, café con leche), bajó al lobby, en compañía de su secretario, el cómico Alberto Catalá, quien trabaja de borrachín en sus películas.

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-¿Cuántos años tiene, señor Moreno?
-Veinte años y un poco de meses… No los aparento, ¿verdad?
– Pero ¿cuántos años tiene en realidad? le preguntó Julio Talavera para “La Prensa en el Aire”, de Radio Centauro.
-Soy más joven que usted, joven.
-¿Y cuántos millones tiene?
-Pues, a la verdad… nunca los he contado.
-¿Pero el gobierno mexicano se los ha contado, para los impuestos?
-No hablemos de esos cuentos…
-¿Puede hablarnos de cuáles son sus recuerdos más agradables?
-Todos mis recuerdos son agradables…
-¿Y los recuerdos desagradables?
-No los recuerdo.
-¿Qué dice de los maitros?
-Ah…los maitros… Allí están.
-¿Qué le parece el tipo del nicaragüense?
-Muy parecido al mexicano. Somos los mismos.

Cantinflas en ese momento interrumpe brevemente la entrevista, para firmar autógrafos. Son docenas de jovencitas y muchachos que se han colado en el Gran Hotel.

El nombre de Cantinflas

Cantinflas luce traje sport, anteojos oscuros, bien afeitado, su cabello canoso cincuenta por ciento y cierta inseparable sonrisita maliciosa, mezclada con cierto inseparable aire de seriedad.

Está cortés con los periodistas. “Todas las preguntas que quieran, a lo macho”, nos dice.

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Y proseguimos el diálogo:
-¿Hace cuánto está haciendo películas?
– Por unos veinticinco años.
-¿Quién lo descubrió?
-Nadie me descubrió. Yo me descubrí.
-¿Y cómo se descubrió?
-Descubriéndome

El periodista hace un esfuerzo para penetrar en los detalles.
-Pero, señor Moreno, ¿quién lo metió al cine?
-Yo fui el que me metí.
-Y ¿quien le puso Cantinflas?
-Yo me puse
-¿Qué Significa para usted el nombre de Cantinflas?
-No significaba, pero ahora sí significa, ¿verdad?

Y sonríe, satisfecho de su popularidad, mientras firma más autógrafos.

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-Póngame el nombre de Mario Moreno, le dice una jovencita.
-Ese señor no firma autógrafos señorita.
-¿Cuándo aprendió a tocar?
-Cuando ya era actor de cine.
-¿Cómo aprendió?
-Gustándome.
-¿Lo han cogido alguna vez los toros?
-Sí, muchas veces
-¿Dónde?
-Eso no lo digo, ¿comprende?

Cuenta un “argumento”

Un radioperiodista le pide que le diga ante su grabadora un chiste de la película que está filmando.

“Cantinflas” se resiste. “Mejor vea la película”, le dice.

El radioperiodista (Onofre Gutiérrez) insiste.
-¿Quiere que se la cuente desde el principio?, pregunta el gran cómico.
-No, cuénteme algo.
-Pues le voy a contar el argumento. La película comienza así, que asá y se va desenvolviendo, ya va entrando en el asunto, ya agarra, ya se va, ya viene y entonces, la película termina. Le gusta, ¿verdad?

El público curioso, que ya es muy numeroso, ríe. La entrevista es un éxito. Es como si “Cantinflas” estuviera actuando en las tablas o estuviera filmando. Más autógrafos.

Datos familiares

En la siguiente parte de la entrevista, “Cantinflas” habló en tono muy serio. Habló entonces Mario Moreno Reyes, hijo de Pedro Moreno, según dijo y de Soledad Reyes de Moreno, quienes viven en Ciudad de México.

“Cantinflas” perseguido por los periodistas y público en general ayer en el Gran Hotel.

-¿Les ha dado algo, a ellos?
-Pues claro. Para eso viene uno al mundo… para tener bien a sus padres.
-¿Y hermanos, tiene?
-Cinco hermanos y dos hermanas.
-¿Es casado, con quién?
-Con Valentina Zuvareff, con Z y con doble FF. (Ella es mexicana, originaria de Rusia Blanca. A Cantinflas no le gusta la Rusia roja. Él no lo dijo, porque no se lo preguntaron).

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Tiene un hijo, Mario Arturo, de cuatro años y medio.

Y de pronto, abandonan lo serio y entra en lo cómico. Ya habla “Cantinflas”:
-¿Cuál es la película que más le gusta?
-La que más le guste a usted, caballero.

Está actualmente filmando la película “Señor, Doctor”. Por eso no puede prolongar su estadía en Nicaragua.

También -dice- está escribiendo un libro, con la historia en serio de su vida.

¿Cómo hace sus películas? Escribe los argumentos. Pero a medio camino los tira y comienza a improvisar. Nunca dice su edad, ni a los funcionarios de Migración. “Viajo con pasaporte diplomático y en los pasaportes diplomáticos sólo es necesario decir que usted es mayor de edad. Yo soy mayor de edad”, dice.

Le gusta el número siete. Su avión se llama el “777”. En la película “El Gendarme Desconocido”, él es el policía “número 777”. Escogió el miércoles 7, para venir a Nicaragua.

¿Por qué vino?

Le preguntaron por qué vino y contestó que porque tenía ganas de venir. (Uno de los miembros del grupo que le acompañaba, dijo que más que por el dinero “Cantinflas” decidió venir porque alguien se atrevió a decir que no podía venir a Nicaragua “por determinadas circunstancias”. Él dijo: “Yo no soy político. Voy a cualquier parte. El año pasado estuve en Moscú y en Madrid, y en todas partes me trataron bien”. Y así vino).

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Su representante nos dijo que estuvo encantado con el presidente Schick, con quien tuvo una conversación bastante seria y bastante larga.

Cantinflas, sólo porque se oía bien

“Cantinflas” -en una entrevista exclusiva con LA PRENSA- reveló ayer por qué se puso “Cantinflas”.

No lo había querido decir para nadie, pero agradecido con la entrevista que le hicimos el día anterior, accedió a publicar su secreto.

“Rayos”, dijo. “Usted, señor periodista, me agarró en lo mero mero con esa entrevista”.

“Cantinflas” -dijo- no quiere decir nada… simplemente yo lo inventé, desde el punto de vista fonético, porque sonaba bonito y fue la primera palabra que sonaba bonito que se me ocurrió.

-Y ¿Por qué se puso Cantinflas?
-Porque yo era un distinguido estudiante de medicina en Ciudad de México y no quería que mi familia se enterara de que estaba actuando en el Teatro Carpa, de México. Al principio yo creía que sería para un rato, pero pronto cobré popularidad, hasta el punto de que abandoné la carrera de Medicina y me dediqué al cine.

-¿Qué año llevaba?
-Llevaba segundo año de Medicina… Por eso, domino el asunto en la película que estoy ahora filmando “Señor, Doctor”.

Aterrizaje cantinflesco

Cuando el avión aterrizó en Managua 10 minutos antes de las cinco de la tarde, lo hizo de lado, dando varios saltos, y “por poco se vuelca”.

“Aterrizó cantinflescamente”, dijo un reportero. Y efectivamente, Cantinflas venía en la cabina de los pilotos, aunque más tarde se dijo que él no venía al timón.

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COMENTARIOS

  1. Ralph Smith
    Hace 7 años

    Cuando se inició la cinematografía en México, las universidades no ofrecían la carrera de arte dramático y por esa razón las carpas (una especie de circo-teatro) fueron las fuentes de recursos humanos para los estudios de cine. Cantinflas salió de las carpas.

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