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La poeta nicaragüense Ileana Jacoba García Leiva aborda en sus versos el amor, la sensualidad y la ilusión. LA PRENSA/MANUEL ESQUIVEL

La poeta nicaragüense Ileana Jacoba García Leiva aborda en sus versos el amor, la sensualidad y la ilusión. LA PRENSA/MANUEL ESQUIVEL

Azul con rostro de mujer, un poemario que grita su amor al mundo

De sus versos, María Eugenia Alonso de la Llana comenta en la introducción de este libro que García Leiva “mezcla poemas nostálgicos y dolorosos”, propios del amor, la mujer, familia, naturaleza y patria

“Mi casa está rodeada de dos montañas, en el invierno bajan correntadas de aguas que son como cabros saltando las colinas, riachuelos que van a caer a las quebradas”, explica orgullosa la poeta Ileana Jacoba García Leiva (Ilgar), quien ha logrado fluir sus versos y reunirlos desde 1989 al 2015 en su primer poemario Azul con rostro de mujer.

Este libro retrata en parte su vida que ve como su grito al mundo, sus vivencias familiares, religiosas y sociales en la comarca rural de San Diego, en Teustepe, Boaco, de donde es originaria, añade García Leiva.

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De sus versos, María Eugenia Alonso de la Llana comenta en la introducción de este libro que García Leiva “mezcla poemas nostálgicos y dolorosos”, propios del amor, la mujer, familia, naturaleza y patria.

La lírica

Por su lado el escritor Francisco Alvarenga Lacayo, en el prólogo del libro, precisa que la poeta describe de manera lírica su mundo interior, se refiere a Dios, los sueños, la gente que ama, y con gran pasión a su tierra de origen.

García Leiva es originaria de la comarca San Diego, a 13 kilómetros de Teustepe, en Boaco, con estudios en Banca y Finanzas, tiene su taller de carpintería, administra su propia finca de ganado y da asesoría financiera.

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Su padre Blass García fue un versificador de coplas las que daba a conocer durante las festividades religiosas de Santa Rita en Teustepe.

El vivir en este ambiente le hace también escribir y recrear su propio mundo bucólico, nostálgico y mágico.

“En mi lugarcito hay cerros, la luna se ve espectacular en sus momentos de llena, el sol en su desnudez de verano es bonito, la quebrada, los zanjones, riachuelos, eso hace que en mí se haya despertado mi parte poética”, dice García Leiva.

Influenciada por Darío

Su primer poema, recuerda, lo escribió y declamó cuando tenía 5 años. Era una niña que estudiaba en la Escuela de Teustepe, sus versos estaban dedicados a su madre y decían: “Mi mamá es como la perla fina / que está en el fondo del mar / es dulce, amorosa, tan olorosa como la flor de corozo….”.

Luego emigró a Managua y estudió en el Colegio Rigoberto Cruz Argüello, luego en el Instituto Miguel Bonilla, situados en Las Américas 1. Para esta época se dedicó a la lectura los libros bíblicos de Cantares y Salmos. Además, le atraía el tema del amor y la justicia.

Pero se sintió poderosamente atraída por los cuentos y versos de Rubén Darío, el libro Azul, y Prosas profanas. Luego por Alfonso Cortez, Pablo Antonio Cuadra y Gioconda Belli.

El azul en su vida

El por qué tituló su libro Azul con rostro de mujer, la escritora explicó que en parte es recordar los intensos ojos azules de su abuelita materna María Félix Urbina.

Después confesó que a sus 14 años tuvo un sueño donde Jeshua le dijo “tú eres mi niña que viste de azul”, investigó y descubrió que este color estaba asociado a la expresión divina, al universo, a las letras, a Darío, y en este tiempo lo ha tomado como síntesis de la reivindicación de la mujer. Su poema Nicaragua mujer, es uno de sus ejemplos, dice la escritora.

Su nuevo libro

Para el mes de mayo la poeta realizará una lectura y conversatorio en el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra, tanto de este libro como el nuevo La comarca, de poesía y cuentos, que rescatará en versos y prosa vivencias, sentimientos y expresiones culturales de su región.


Selección de poemas de Ileana García, del libro Azul con rostro de mujer

 

Si el amor se pudiera medir

Si el amor se pudiera medir,
me gustaría creer que me amas más,
para amarte menos
y si fuese una carrera,
me gustaría llegar de último,
para que me esperes.
Si fuese el océano,
yo, tu barco,
vos, mi puerto,
para sentirme segura.
Si fuese la lluvia, quietud o tempestad,
quiero ser tu caudal,
balsa, infinidad,
frío de invierno, calor de verano.
Si fuese un camino, selva o desierto,
quiero seguir tu huella para no perderme,
beber de tu oasis, para no morir de sed,
en la selva de tu alma descubrir el tesoro,
que siendo mujer amas a otra mujer.

 

Vida

Cada vez que respiras el viento calla,
para morir contento dentro de ti.
Lo retienes para devolverlo,
en el perfume de una rosa,
en la sonrisa de un jazmín,
suave y delicado como tus labios,
resucito entonces,
en lo hondo de mis sueños,
paladeando tus besos.

Así te amaré

A vos te voy a amar distinto,
entre silencios y ruidos,
días extraños y noches fallidas,
canto de mar y voces de río.
A vos, yo te voy amar diferente,
más allá del espacio, más allá de tu sombra,
yendo tras de ti, como luna amanezquera
y sol de atardecer.
Siguiendo tus pasos,
reconociéndolo, aun cuando el viento haya removido el polvo,
percibiendo tu esencia para descubrir el deseo de tus manos,
con la yema de mis dedos.
Te voy a amar lo más cerca posible,
a milímetros, para que al beso de hoy,
tu boca desee el del siguiente día.
Te voy amar así, como tú quieres, sin última vez,
te voy a tocar como toca el amor, la piel de una música,
con ese tacto y su color de voz.
Nuestras manos cálidas, las tuyas,
palpando mi alma, con tu palabra azul,
bálsamo, efluvio oferente que está en ti.
Me amarás como yo quiero, sin última vez,
poseyendo en una mirada, la voz de mis ojos,
el amor tiene tu cuerpo, tus pupilas, tus labios,
es como si el cielo me tocara,
el amor tiene tu cara y yo quiero tenerte.

 

Amante bipolar

Amarte opuesto es encontrar
tus pensamientos,
colgados en el hilo del recuerdo.
Tus amores pasados, la familia y los amigos.
Sonríes colonizando mi vista
y te refugias en el paraíso del silencio.

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