La población de la Costa Caribe visitará esta Semana Santa los ríos más secos que han tenido en la historia de la región, pues la deforestación ha terminado con el caudal de los ríos provocando la erosión de los suelos y la sequedad de los manantiales, así lo confirman dos expertos en temas ambientales de la Costa Caribe Norte.
Para el ambientalista de Siuna, Luis Herrera Siles, la deforestación y el avance de la frontera agrícola así como la actividad ganadera han destruido la mayor parte de los bosques, ocasionando severos daños ambientales y provocando que la erosión vaya a caer en los ríos.
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“Debido al avance de la frontera agrícola en todas las comunidades, lo que ha transmitido es que los suelos, a la pérdida total del bosque, estos arrastran toda la erosión hídrica llevando toneladas de suelos a los cauces principales de los ríos, se está acumulando todo el sedimento en el invierno y esto hace que el agua que se vierte de la parte alta se vaya por infiltración y esto hace que los ríos pierdan sus áreas navegables”, dijo Herrera Siles.
La actividad ganadera y la agricultura migratoria generan graves consecuencias en las fuentes hídricas en el Caribe.
Los productores deben estar conscientes de que tienen que realizar urgentemente un plan de sus fincas que tenga áreas de regeneración natural que permita la recuperación de los bosques.
De no poner acciones inmediatas solo en Siuna serán afectados de manera directa unos 30 sistemas de agua por gravedad que están abasteciendo de agua potable a igual número de comunidades solo en Siuna y sobre todo concientizar a los productores que están sobre la cuenca de los ríos para iniciar cuanto antes estas acciones para no terminar con el recurso agua como está el resto del país.
Sequía no es buena señal
Para el ambientalista Jadder Lewis Mendoza, la deforestación, que ha sido señalada en diversos informes de organismos dedicados a la protección ambiental y de algunas instituciones asociadas con el tema ambiental en el país, afecta la cultura de la Costa, la cual está vinculada a la dependencia de la calidad de esos ríos para la pesca, la agricultura comunitaria que se da cuenca abajo.
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“Estas sequías de los ríos no son buena señal para los sistemas de producción indígenas”, señaló el ambientalista.
No a las malas prácticas
El ambientalista caribeño Jadder Lewis Mendoza dijo que ya se tienen los impactos directos en la producción por el desbalance del clima que prolongó el invierno, que es cuando se cosecha frijoles, y que ha sido alarmante en Río Coco y en el sector de Greytown, donde los productores estiman que el precio del frijol llegará hasta los dos mil córdobas.
Lewis Mendoza considera que se deben implementar políticas públicas claras, porque por ejemplo en el sector de Awastingni los colonos no podrán ejercer la ganadería porque son prácticas que provocan la deforestación, afecta los ríos y los comunitarios dependen de los ríos.
Otro de los problemas es el cambio de uso de suelo y aunque algunas empresas están sembrando monocultivos, esto tampoco es la solución porque con esta práctica no se restablece la biodiversidad que viene a restaurar los ecosistemas.
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