Al menos 20 camiones cargados con campesinos de la comunidad La Fonseca, en Nueva Guinea, salieron la tarde de este viernes rumbo a Juigalpa, Chontales, donde este sábado se realizará la marcha número 87 en contra de la construcción del Canal Interoceánico. En la entrada de esta ciudad, ya están apostados unos cuatro buses llenos con policías antimotines.
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En el camino hacia Juigalpa, los buses de La Fonseca se encontrarían con otras decenas de camiones de las comunidades La Unión, La Esperanza y Puerto Príncipe, en Nueva Guinea. Ante la inminente marcha de los campesinos, la Policía Nacional ubicó a los antimotines también en el empalme del departamento de Boaco.
Pese a que el movimiento campesino desde hace dos meses planificó la marcha en Juigalpa, Rosario Murillo, vicepresidenta designada por el poder electoral, anunció la tarde de este jueves una contramarcha y la justificó como una celebración por el Día Internacional de la Tierra.
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Francisca Ramírez, coordinadora del Consejo Nacional para la Defensa de la Tierra, Lago y Soberanía, dijo que el anuncio de Murillo es “una malditencia y una provocación” y la responsabilizó de la sangre que pueda correr durante la marcha.
Ramírez, que junto a los campesinos que integran su movimiento exigen la derogación de la Ley 840 (Ley del Gran Canal), señaló que “vamos en son de paz y en demanda de una respuesta, pero no les tenemos miedo y a cómo sea ahí (Juigalpa) vamos a estar”.
En el inicio del recorrido los campesinos encontraron decenas de “miguelitos” tirados en la carretera, aparentemente hubo personas ligadas al Gobierno que los pusieron para que se dañaran las llantas de los camiones y así no continuaran con su viaje.
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