Lo que comenzó como una protesta ante la corrupción del presidente Bashar al Assad, se transformó en una guerra civil que arrastró ideologías, potencias regionales e internacionales y grupos terroristas. Según la ONU,desde que inició la guerra en 2011 hasta abril de 2016, habían muerto más de 470.000 personas y se calculan más de 4.8 millones de desplazados.
Dinastía al Asaad:
En 1970 Hafez al Assad tomó el control de Siria, aprovechado la derrota de su país en una guerra que mantenía contra Israel.
Su primogénito Basil al Ássad fue criado para sucederlo, pero en 1994 murió en un accidente automovilístico. Entonces, Bashar al Assad, actual dirigente, que en ese tiempo estudiaba en Europa, regresó a Siria a prepararse para ocupar el puesto. En el 2000 su padre murió y él asumió el poder.
La dinastía Al Assad pertenece a la corriente musulmana chiita, a pesar que en Siria la mayoría son sunitas.
Línea de tiempo: La Guerra
2011: Un grupo de jóvenes dibujan un grafiti en Daren, ciudad siria, como forma de protesta ante los altos índices de desempleo, corrupción y represión por parte del régimen de Bashar al Assad. Ellos son arrestados y torturados. Esto provoca más levantamientos y la represión se intensifíca.
2012: Se forman brigadas de rebeldes para combatir a las fuerzas del gobierno de Al Ássad. Los enfrentamientos llegan hasta la capital Damasco y a la ciudad de Alepo. El conflicto evoluciona y se crea una lucha entre Chiitas y Sunitas. Inicia la intervención de potencias internacionales. Rusia está a favor de Bashar al Assad y Estados Unidos solo brinda ayuda humanitaria.
2013: Para junio de ese año se contabilizaban 90,000 muertos, según las Naciones Unidas. Se unen a la guerra los grupos terroristas Estado Islámico (EI) y el Frente al Nusra.
2014: Hasta el momento, Estados Unidos no había intervenido militarmente pero ante el avance del grupo EI, realiza una intervención aérea. Y junto a Reino Unido, Francia y otros seis países, tomaron como prioridad derrocar al Estado Islámico.
2015: Rusia se convierte en el principal árbitro en las conversaciones internacionales de paz, dejando a un lado a las Naciones Unidas y a Estados Unidos.
En septiembre Rusia inicia un ataque aéreo en Siria contra EI, pero muchos creen que era en contra los rebeldes.
2016: Para abril de ese año se calculaban más de 400.000 personas muertas, según ONU.
En diciembre el Gobierno de Siria recupera el territorio de Alepo, que había estado bajo control de los rebeldes desde 2012. Este fue uno los mayores logros hasta la fecha.
2017: A principios de abril se registró un ataque químico por parte del gobierno en la localidad siria, Khan Sheikhoun. Estados Unidos, que evitaba intervenir directamente, ahora dirigido por el presidente Donald Trump, ordenó un ataque militar contra las fuerzas de Bashar al Assad.
Intervención internacional:
Estados Unidos se opone a Bashar al Assad y al Estado Islámico. Ha impuesto sanciones económicas contra Siria. Apoya a los grupos rebeldes y durante el Gobierno de Obama solo proporcionó asistencia no letal y humanitaria.
Rusia siempre ha apoyado al régimen de Bashar al Assad. Pero tiene otros intereses, pues Siria es un importante comprador de sus armas y además tiene una base naval que sirve para el mantenimiento de la flota rusa en una ciudad costera de Siria, evitando que los barcos de guerra tengan que regresar a su base en el mar Negro. Algunos expertos afirman que Rusia quiere perfilarse como una potencia global y el escenario sirio le ha servido para desarrollar y poner a prueba nuevo armamento.
Arabia Saudita está en contra del régimen de Bashar al Assad, han enviado ayuda militar y financiera a los rebeldes sunitas. Su principal enemigo es Irán que apoya a Bashar al Ássad.
Irán apoya al gobierno de Bashar al Assad. Ha suplido de armas, ha proveído apoyo militar y financiero a Siria. Para ellos es clave la supervivencia de Bashar al Assad para poner freno a la influencia de su gran rival en la región, Arabia Saudita.
Turquía está a favor de la coalición impulsada por EE.UU. y rebeldes. Se opone al gobierno de Bashar al Asad.
¿Por qué sigue la guerra?
El apoyo militar, financiero y político para el gobierno y la oposición ha sido clave para que la guerra continúe. Las potencias regionales fomenta el sectarismo entre chiitas y sunitas. La incorporación de grupos terrorista como EI y la intervención de potencias internacionales.
Fuente: BBC / El Clarín /Vice News / CNN / El País