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Joaquín Absalón Pastora

Ausencia de la reflexión

Según el cálculo aritmético  de los entendidos en cifras, doscientos millones de dólares circularon en el paraíso del turismo criollo durante el período poco santo y muy pagano de la Semana Mayor. La euforia —ocurre una vez en cada anuario— sigue siendo óptima para la economía nicaragüense mas no para la estabilidad existencial que se ve disminuida como consecuencia de la celebración festiva.

Los nicaragüenses siempre hemos creído y sostenido que el autor de las maravillas de la naturaleza ha sido generoso con esta diminuta parte de la tierra poco visible en la suma total del mapa al dotarla de bellezas donde pudo haber nacido Adán. Nicaragua a partir de ese privilegio no ha podido ser adecuadamente administrada para sacarle provecho a esa “materia prima” de oro. Si bien careció del “oro negro”, tuvo otro conveniente y envidiable para otras naciones desprovistas de esa prerrogativa. Sin tenerlas cuentan con superior pujanza económica. Un modelo de esa excepción es la vecina Costa Rica, tan cercana y tan lejana.

No sé si será veraz el baño de ese circulante pintado de verde en la portada de los billetes en apenas una semana de jolgorio donde debió ser más trascendente la demostración de fe y el recuerdo inmortal de quién murió siendo el protagonista estelar de la redención, una heredad de valor incalculable que no corresponde a la renovada tentación de darle prioridad a la materialidad que bien pudo dejarse para otras fechas del calendario en el sentido de ofrecer muchas opciones para el festejo donde las hamacas se mueven sabrosas. Empero, no importa: cada ser tiene el derecho de divertirse, de sumergirse en el ocio riesgoso de las olas en vez de inclinarse  en el templo. “Cada cabeza es un mundo”. Tan plural y enorme es el Universo. Lo malo es que en la temporada anterior —en las de siempre— la vida sigue siendo mutilada por las causas que provocan los accidentes por la irresponsabilidad sin freno de los conductores y por la incapacidad física que tienen las calles para darle albergue a tanta progresiva circulación. Ignoro si esos supuestos millones fueron un factor para el incremento de esas desdichas para lo cual no existe la factibilidad de que se haga un inventario específico. Lo importante es que el alegre ingreso sea útil, si tendrá la categoría de ser “un grano de oro” para la economía nicaragüense puesta en la mesa de los habitantes de la llanura y no para la mesa abundosa en flores del oficialismo donde nunca estuvo presente la verdadera solidaridad, el socialismo cristiano que solo puede verse en el paisaje del ensueño.

Me llamó la atención que el sacerdote Silvio Fonseca, vocero eclesiástico de la familia, confirmara públicamente la posibilidad de que haya tanta millonaria plata en la Semana Mayor. Fue crítico de la circulación pagana. Convence el tono categórico suyo pero falta dentro de esa función para lograr el rescate de los valores morales y espirituales mucho que incentivar en otras áreas de la institucionalidad como en los medios de comunicación inclinados a darle más trágico colorido al espectáculo de la sangre o a inflar la fanfarria de la escandalosa “última hora” con el propósito de hacerle un abono al “rating”. El caso es que la sociedad está entumecida por la apatía mientras el morbo se impone sobre la reflexión.

El autor es periodista.

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