JC Ramírez justificó anoche las esperanzas de verlo brillar pronto en las Grandes Ligas, al mostrarse soberbio en la colina ante los Atléticos de Oakland, con una grandiosa labor de siete entradas de dos hits, ninguna carrera, dos bases y siete ponches. No tuvo suerte, porque Jesse Hahn también está empeñado en alcanzar la notoriedad y sostuvo el 0-0.
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El veloz tirador nicaragüense retiró en fila a los nueve primeros bateadores que enfrentó, hasta que Jeff Decker le pegó un sencillo abriendo la cuarta entrada. Decker fue atrapado robando y simplificó el problema de JC, quien en el quinto dio boleto a Khris Davis sin out, pero nuevamente se salió con las suya, amparado en su bola rápida que tocó las 98 millas por hora, más un slider que llegó a las 91 mph y prácticamente es imbateable.
Un boleto a Decker en el sexto y un toque de sorpresa de Jed Lowrie que se convirtió en un infield hit en el séptimo, fue todo lo que pudieron hacer los Elefantes Verdes ante el nica, quien logró bajar su efectividad de 6.46 a 4.43 y aunque no ha ganado en ninguna de sus tres aperturas, cada vez luce mejor en este rol. Recordemos que en su anterior salida abanicó a nueve bateadores de Houston.
Al otro lado, Hahn estuvo tan genial como el pinolero, sin permitir hit hasta la quinta entrada y logró caminar ocho episodios en blanco con solamente un imparable en contra hasta la hora de nuestro cierre, mientras regalaba dos bases y ponchaba a seis.
Tras 92 lanzamientos, 60 de ellos strikes, Blake Parker relevó a JC en el octavo.
El nica está programado para subir de nuevo a la colina el próximo domingo en Texas, a las 1:05 p.m.
JC sigue con balance de 2-2. En seis juegos, tres de ellos como abridor, ha recorrido 22.1 entradas con 19 hits en contra, de los cuales dos son jonrones. Admite 11 carreras limpias, regala siete bases y “fusila” a 22 bateadores.
Erasmo no lanzó
El mánager de los Rays de Tampa Bay, Kevin Cash, le quitó la bola a Erasmo Ramírez y se la dio a Austin Pruitt para abrir este martes ante Baltimore.
La justificación de Cash fue que había grandes posibilidades de lluvia y el frío era intenso, entonces no quería “desperdiciar” a Erasmo, evaporándose así la rareza de contemplar a dos bigleaguer pinoleros abriendo juego el mismo día.
