Hace algunos años, allá por el 2010, llegar a San Juan de Nicaragua después de surcar los casi 200 kilómetros de longitud de las aguas del imponente río San Juan, y ver la riqueza de su fauna, llena de lagartos sigilosos, garzas imponentes y monos escandalosos, era toda una odisea con toques de aventura.
La lancha llegaba al Delta y ahí todos debían bajarse para apoyar al capitán de la embarcación a empujar. En algunas ocasiones, las personas debían quedarse en el lugar y esperar a que se pudiera navegar un poco mejor. El viaje que ahora se hace durante una hora, partiendo del Delta se extendía hasta dos días en la época seca para llegar a San Juan de Nicaragua; un pueblito que alguna vez fue más tico que nica.
Los pegones se hacían en el Delta, donde hay una división de las aguas que vienen del río San Juan; unas se van hacia el río Colorado, en Costa Rica, y otras se van hacia San Juan de Nicaragua, hasta besarse con el río Indio. Ese trecho era condenado por el sedimento que llegaba desde el río Sarapiquí, el San Carlos y otros afluentes que saturaban de lodo esos treinta kilómetros de longitud y que amenazaban con convertir al río San Juan en un humedal.
Dragado cumple 7 años
Ahora, esa condición se percibe menos, aunque persisten grandes bancos de arena que se posan a lo largo del río, donde regularmente se posan las garzas de cuello erguido o se asoma un silencioso reptil. Esos bancos de arena son los causantes que en noviembre del 2010 se iniciara un dragado que en este año cumple siete años bajo la responsabilidad del exguerrillero y hoy funcionario público, Edén Pastora.
Este proyecto motivó a Costa Rica a demandar a Nicaragua por el derecho a dragar el río San Juan, que fue ratificado por la Corte Internacional de Justicia de La Haya en el 2015 a favor de Nicaragua. Y a pesar que ha pasado algún tiempo desde aquella promesa de volver navegable el San Juan en sus últimos treinta kilómetros, aún no se conoce la fecha en la que este pueda finalizar.
Gran inversión, poco resultado
Después de casi cinco horas de recorrer el río San Juan, se ven a lo lejos las dragas que luchan a diario por extraer el sedimento que agobia al río. Pese a que es un proyecto nacional, soberano, las fotografías no están permitidas, eso nos lo advierten los compañeros de la lancha: “Si los ve el Ejército nos detienen y le dicen que borren la foto”.
En el Delta está un puesto de mando del Ejército donde revisan a todos los que van a bordo de la pequeña embarcación. A menos de cien metros del puesto, está la Soberanía I y un poco más atrás la Soberanía III; ambas dragas están ahí desde el 2010.
Son grandes aparatos de metal, conectados a unas venas compuestas por mangueras por donde atraviesa el sedimento una vez que es extraído del río, por medio de algo similar a un rastrillo, para luego ser depositado fuera del cuerpo de agua.
De acuerdo con Edén Pastora, la Soberanía I costó 1.1 millones de dólares y tiene un motor de 1,200 caballos de fuerza. Esta no se compara con el motor de 300 caballos de fuerza que conforman las otras cinco dragas que están a unos cuantos metros de las primeras.
Las dragas pequeñas le cuestan al Estado 150 mil dólares cada una, es decir, que en las diez se ha invertido un millón y medio de dólares, aseguró Pastora, quien agregó que son fabricadas en Nicaragua. Han costado mucho dinero, ¿pero cuál es el origen de los fondos?
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Presupuesto de las dragas
Durante estos casi siete años que tiene el dragado se ha logrado extraer 1.4 millones de metros cúbicos de sedimento (arena) en la franja que comprende entre 28 y 30 kilómetros, con cien metros de ancho y cuatro metros de profundidad, sostuvo Pastora.
Durante todo este tiempo, los trabajos han estado centrados de Delta hacia abajo y nunca se ha tocado otra zona del río, aseguró el exguerrillero. “Ahí donde está la resequedad, ahí ponemos dragas”, expresó.
Casi al llegar a San Juan de Nicaragua, están otras siete dragas que yacen frente al plantel del proyecto, donde se ve una casa hecha toda de madera que también es propiedad de Edén Pastora. Algunas de esas dragas llevan meses detenidas ahí.
Las razones, según Pastora, son porque el equipo no llega del todo listo para entrar en funcionamiento de una sola vez; sin embargo, un extrabajador del proyecto, que solicitó omitir su nombre por temor, aseguró que muchas de estas fueron compradas y nunca cumplieron su función de dragar.
Ya están dañadas
Por fuera lucen como nuevas, pero por dentro, el motor presenta problemas y por eso no entran en funcionamiento, dijo a LA PRENSA. Pareciera que no son nuevas, sin embargo Pastora negó esa postura y dijo que todas las dragas eran nuevas, aunque sí confirmó que efectivamente de las 15 que tiene en inventario, unas siete, ocho o nueve, varía el número, trabajan. LA PRENSA solo contó 13 dragas durante su visita.
Nicaragua ha invertido en el dragado del río San Juan 285 millones de córdobas; en 2010 partió con unos 30 millones, luego en 2014 fueron 40 millones, en 2015 tuvieron 10 millones más, es decir, 50 en total y en el 2016 contaron con 75 millones para la operación de un año, según dijo el mismo Pastora, mientras le consulta los datos, vía telefónica al contador, no sin antes advertirle que estaba frente a LA PRENSA.
“Hemos estado administrando con precariedad. Es a punta de mística, a punta de amor a este pueblo, a punta de conciencia que es la defensa de la soberanía, y vamos a necesitar más”, afirmó, Pastora.
Podría cerrarse la historia en 2020
Pero la gran pregunta es por qué no ha avanzado el dragado del río San Juan durante casi siete años, Pastora asegura que se debe a que la Corte Internacional de Justicia en La Haya no ha indicado donde será la salida del río hacia el mar, y mientras eso no suceda, va a ser muy difícil el dragado, pero si la Corte lo hace, el final de este capítulo en la historia del río San Juan podría cerrarse en el 2020, especuló Pastora.
El proceso de dragado o limpieza del río podría avanzar mucho más rápido si se invirtiera en dragas con mayor potencia se le cuestiona a Pastora, y él aseguró que estas —las dragas que ya tienen en inventario— se hacen de acuerdo con las necesidades económicas, y que aunque son de menor alcance que las primeras, en su conjunto pueden extraer los 150 a 200 metros cúbicos de arena, pero no en todos los casos.
Al mes, Pastora gasta un millón o dos millones de córdobas solo en reparaciones de las dragas y en total, el gasto mensual es entre cuatro millones y cinco millones de córdobas.
No hay claridad
La faena por el río San Juan contó con un presupuesto canalizado por medio de la Empresa Portuaria Nacional, según el libro de liquidación del presupuesto del 2016, donde se asignó 75 millones de córdobas, mientras que en el 2015, en el mismo documento se muestra como parte de las Asignaciones al Mejoramiento navegación río San Juan a lo que se asignó cinco millones de córdobas; esto no coincide con lo que dijo Pastora, pero tampoco en el documento se especifica si corresponde al dragado.
De hecho, en los otros libros, tampoco hay una claridad de cuánto y cómo se ha invertido el presupuesto para el dragado.
El exguerrillero dijo que brinda informes trimestrales al Ejército de Nicaragua y a la Comisión Interinstitucional para desarrollar e implementar la reglamentación de la navegación en el río San Juan, específicamente, en la parte en donde la Corte Internacional de Justicia le otorga derechos limitados de navegación a la República de Costa Rica sobre el avance del dragado; no obstante, no facilitó dicho documento a LA PRENSA, a pesar de que aseguró estar dispuesto para informar sobre el proyecto.
Ejemplo de dragado
En la Administración del expresidente de la República, Enrique Bolaños, también hubo dragado.
Mediante una licitación y a través de la administración de la Empresa Nacional de Puertos (EPN), en el 2005 se logró el dragado Bahía de Bluefields-Río Escondido, que tuvo un costo de 9.1 millones de dólares, de los cuales casi el 70 por ciento provino de un préstamo del Banco KBN de Bélgica y el 30 restante fue contrapartida de la EPN, según información encontrada en la Biblioteca Virtual del expresidente Bolaños.
En total, se dragó 1.3 millones de metros cúbicos, lo que representó una longitud de nueve kilómetros de los 10.9.
Pastora dijo que el dragado es una obra “titánica” y que en comparación con el río Escondido, “no hay bancos de arena, no hay un sedimento que le entre del Sarapiquí y del río San Carlos”, se justificó Pastora. Él ha dicho que el río ahora es navegable y admite calado de barcos de seis pies, y eso ha sido un gran logro en comparación con las “cuatro pulgadas de agua que corrían cuando llegaron”, dijo.
285
millones de córdobas ha sido el presupuesto que se ha destinado al dragado del río San Juan, durante los casi siete años que tiene, según Edén Pastora. Esto no se logró constatar vía presupuesto del Estado.
