Juan Carlos Ramírez vuelve este sábado al lugar de sus alegrías recientes: la loma. Esa circunferencia de tierra, tan pequeña en el estadio como el corazón en el cuerpo, lo recibirá esta noche (7:07) con los brazos abiertos en el estadio de su equipo, los Angelinos, que sostendrán el segundo partido de la serie contra los Astros de Houston y desafiarán a su tirador Lance McCullers Jr.
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Ramírez va a su quinta apertura de la campaña, un rol en el que apenas se adapta, aunque su trabajo ha sido asombroso. Tratará de buscar su cuarta victoria si su brazo le sigue respondiendo con lanzamientos refinados: recta meteórica, slider resbaladizo, curva jorobada. Y más allá de su repertorio, su confianza está saludable, alimentada por los halagos del mánager Mike Scioscia.
Elevándose a sí mismo hasta el podio de mejor lanzador de la rotación de los Angelinos en abril, mes en el que fue el número uno en victorias, ponches, WHIP y bateo en contra, JC inicia mayo enfrentando al equipo de Houston que de por vida le batea para .300, exhibiendo en su casillero de efectividad 4.23. Su contendiente Lance McCullers Jr. tiene un registro de dos victorias y un revés, con 4.08 de efectividad.
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Gran momento
No se había cumplido la primera semana de actividad en la Gran Carpa y JC ya se había asegurado dos éxitos desde su butaca de relevista. Luego vino la lesión del abridor Garret Richards y calzó perfectamente en la rotación pues había trabajado en diciembre y en el Spring Training para darle fortaleza a su brazo.
JC perdió en sus dos primeras aperturas frente a Kansas y Houston, pero no lució mal. Su insistencia dio frutos después ante Oakland al ganar y recetar nueve “chocolates”, en la mejor faena de su carrera. Y Texas será recordado porque después JC se estrenó con victoria como abridor, hasta este sábado.