En varias ocasiones he podido evidenciar con estudiantes, dueños de negocios y a través de la experiencia propia cómo es de suma importancia tener cuidado y control en lo que se llama administración del capital de trabajo, ya que constituye una fuente que garantiza la sana operación del negocio en el día a día.
Cuando hemos abordado este tema en la clase que imparto de análisis financiero, por lo general surge la pregunta sobre qué es capital de trabajo y normalmente se obtienen respuestas que lo relacionan con todo aquel capital que tenemos invertido en la empresa.
En principio está correcta esta relación, sin embargo, tenemos que hacer una separación entre el capital de trabajo y lo que llamamos activos fijos (bodegas, equipo de transporte, oficinas, etc.). Si aún tenemos dudas en qué consiste el capital de trabajo, podemos claramente definirlo como todo el dinero que tenemos invertido en nuestro negocio, pero en forma de inventario y cuentas por cobrar a nuestros clientes menos las cuentas por pagar que nos brindan nuestros proveedores. Pero, ¿por qué es importante identificarlo y administrarlo?
En repetidas situaciones he encontrado que en muchos negocios cuando se realizan ventas, sobre todo en los negocios líquidos que tienen una alta rotación y se cuenta con efectivo diariamente, no siempre se tiene el cuidado de ir apartando el costo de los productos que se venden para asegurar la reposición del inventario.
El concepto es simple, no todo el valor de lo que se vende es ganancia, ni toda la ganancia podemos gastarla. Si no mantenemos el nivel de nuestro capital de trabajo vamos a encontrarnos con el problema de no contar con dinero suficiente al momento de tener que hacer las compras de nuevo inventario.
Hace poco estuve apoyando a una persona en su negocio. Él realizaba las compras de sus productos al contado ya que no se contaba con un crédito de parte del proveedor. La entrega de los productos una vez pagados se tomaba prácticamente una semana. Al momento de vender no otorgaba crédito a los clientes ya que igual eran ventas de contado. Él no podía comprar solo la reposición de lo que había vendido, ya que había compras mínimas, por lo cual el desafío era que su inversión inicial en inventario aún no se había recuperado cuando tenía que hacer una nueva compra por un monto similar. Sumado a esto existían diversos gastos en otros rubros y recientemente estaba experimentando un alto crecimiento, lo que significan más compras y por lo tanto mayor nivel de inversión.
¿Qué pasaría si al tener una entrada de dinero diario significativa, esta persona empieza a tener mayores gastos?
¿Qué tal si se asume que como hay efectivo hay mayores ganancias y por lo tanto se compra un nuevo vehículo, se paga un viaje o se da un lujo? La respuesta a estas preguntas es la misma: se consumiría efectivo que verdaderamente se necesita para mantener las compras que requiere de inventario para poder continuar con los niveles de venta actual y el crecimiento que está experimentando.
Afortunadamente con esta persona pudimos crear un plan adecuado que garantizara el flujo suficiente para el funcionamiento eficiente de su negocio. La lección que pusimos en práctica, y que ahora todos podemos conocer, es que el capital de trabajo no se debe tocar. Por favor no olvides esto en tu próxima decisión de negocios.
(*) Profesional de las finanzas, consultor y profesor de maestrías.
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