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Ejercicio de personal. Foto: LA PRENSA/Thinkstock.

Dos líneas que mejorarán su vida

Estos ejercicios psicológicos, que comienzan trazando una línea horizontal sobre un papel, muestran el poder de la escritura terapéutica para autoconocernos y descubrir lo mejor de nosotros mismos

¿Le gustaría reencontrarse consigo mismo, conocerse mejor y responder a cuestiones sobre las que nunca había reflexionado, para aclarar sus ideas o descubrir aspectos latentes de su personalidad para mejorar cada día?

¿Quiere hacerse consciente de los regalos de la vida, de sus propias virtudes y de los acontecimientos positivos que le suceden, así como rememorar sus etapas más felices, para descubrir lo bueno que hay en usted y aprender a valorarlo?

Según la psicóloga Noelia Mendive (Pamplona, España, 1987), formada en psicoterapia breve, para conseguirlo solo necesita una hoja de papel y dedicar unos minutos a escribir y trazar unas líneas o dibujar con un lápiz, bolígrafo o rotulador, efectuando dos de los 49 ejercicios prácticos de escritura terapéutica elaborados por esta especialista.

Estos ejercicios forman parte del manual de Transformación emocional, publicado por esta para hallar respuestas a nuestros dilemas actuales y pasados, usando la escritura expresiva como medio de crecimiento personal, curación y autoayuda. Para Mendive, escribir desde nuestro interior, sin estar condicionados y sabiendo que lo que escribimos no vamos a compartirlo con nadie, “supone un desahogo emocional, tiene una función terapéutica y es muy eficaz para buscar soluciones a problemas o desarrollar estrategias de cambio”.

“Tras expresar el malestar o la problemática concerniente, nuestra mente se libera del conflicto en sí y deja espacio para poder pasar a la acción”, explica Mendive, quien propone dos sencillos ejercicios de escritura destinados a conocernos mejor y poder mejorar nuestras vidas.

Línea de las etapas vitales

Mendive propone trazar una línea horizontal en una hoja de papel, en la que el inicio marcará la fecha de nacimiento y el punto final, el día de hoy, dividiendo dicha línea en las etapas que caracterizan la vida de la persona que hace este ejercicio.

Según esta psicóloga, en general hablamos de etapas en base a nuestras vivencias, como la etapa de la universidad, la que vivió en una ciudad determinada, la de su depresión, la de su primer amor y algunos momentos incluso pueden solaparse, “pero todos las tenemos definidas en nuestra mente desde siempre”.

Cuando hayamos dibujado la línea con sus correspondientes ciclos, Mendive nos invita a repasar cada uno de esos puntos detenidamente y responder a cada una de las siguientes ocho preguntas para cada una de dichas etapas:

• ¿Qué es lo que recuerdas con más detalle?
• ¿Recuerdas algún olor, sabor…?
• ¿Qué sentías?
• ¿Qué personas fueron o son importantes en dicho momento?
• ¿Fuiste feliz?
• ¿Cambiarías algo de esa etapa?
• ¿Has tenido algún aprendizaje importante que te ha servido para afrontar la vida con una mayor fortaleza?
• ¿Qué sientes ahora respecto a esa etapa?

“Normalmente tendemos a idealizar el pasado, menospreciando el presente y pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor”, explica Mendive . Pero, según esta psicóloga, “a veces, conviene tomar perspectiva y darnos cuenta de que, a lo largo de nuestra vida, hemos superado, con más o con menos éxito, un sinfín de pruebas dolorosas y aquí estamos, vivitos y coleando”.

“Por eso, el beneficio más importante de este ejercicio consiste en hacernos conscientes de los desafíos superados, lo que nos permite creernos que somos capaces, que tenemos coraje y que podemos con lo que nos venga”, recalca. “Otro de los beneficios de este ejercicio es que, analizando las etapas de nuestra vida, podemos comprender cómo han afectado determinadas circunstancias a nuestro carácter, decisiones y a quienes somos”, añade.

“Conocernos a nosotros mismos nos abre la puerta a la aceptación, a respetarnos, a aprender a tomar decisiones y a ser conscientes de que somos únicos y nuestra vida también lo es”, señala Mendive. Para aprovechar al máximo el ejercicio, esta psicóloga recomienda que, después de analizar nuestra existencia en base a etapas o vivencias significativas, hagamos lo mismo desde los sentimientos y las emociones, dividiendo nuestra vida en “etapas emocionales”, según el estado de ánimo y sus variaciones a lo largo del tiempo.

Línea de la vida positiva

Mendive ha ideado una variante de un ejercicio previo denominado “La línea de la vida”, consistente en realizar una línea horizontal sobre un folio e ir señalando en ella todos los acontecimientos vitales de importancia, desde que nacimos hasta ahora, y aquello que nos gustaría hacer en el futuro.

En este nuevo ejercicio, que esta psicóloga ha llamado “La línea de la vida positiva”, se trata igualmente de trazar una línea horizontal en el papel, situando a su inicio la fecha de nuestro nacimiento y al final, la fecha presente, sin trabajar el futuro. “Señala a lo largo de la línea únicamente aquellas experiencias positivas que te han sido regaladas desde el momento en que naciste hasta el día de hoy, incluyendo todo aquello que te haya hecho feliz”, propone Mendive.

Esta psicóloga promete que este ejercicio nos sorprenderá, ya que la vida no solo se compone de momentos dolorosos y dificultades, sino que está llena de experiencias preciosas que a menudo olvidamos, y por eso nos invita a recordarlas y a revivir esos momentos mágicos de nuestro viaje vital. “Al realizar esta tarea y recordar nuestro vivir, se manifiesta la alegría, esa emoción tan escondida en la actualidad por la prisa y el estrés de la vida cotidiana, y que nos reservamos para sentirla únicamente en los momentos especiales o sobresalientes”, señala Mendive.

“Mediante este ejercicio, podemos sorprendernos sonriendo y disfrutando de buenos momentos y, probablemente, aparecerán logros asociados a esas etapas especiales y positivas, por lo que volverán: la confianza en nosotros mismos, la motivación y las ganas de avanzar”, señala. “En general, nuestra autoestima se ve reforzada y cuando esto ocurre, creemos en nuestras capacidades, en nosotros y también en la vida”, según Mendive.

“Para aprovechar mejor este ejercicio lo ideal es realizar un trabajo de introspección durante un par de días, estar más atentos a los pensamientos, tratando de centrarnos en detalles pasados, para poder ir añadiendo experiencias positivas a nuestra línea vital, ya que muchos de los placeres nos los han producido pequeños momentos y personas”, concluye Mendive.

Espectáculo familia líneas de la vida Mendive archivo

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