Después de un fin de semana en el que los Yanquis dieron con la fórmula para derrotar a los Cachorros en el Wrigley Field, queda la impresión de haber llegado el momento de dejar de verlos como un equipo de sorpresivo arranque. Durante la barrida en Chicago parecieron un plantel capaz de competir y de ganar.
Vencieron a los actuales campeones defensores de la Serie Mundial de todas las formas imaginables: 3-2 el viernes en un partido cargado de drama y que perdían 0-2 al llegar al noveno; 11-6 en una batalla explosiva el sábado y 5-4 en un maratón de 18 innings y 6:05 horas que inició el domingo y terminó el lunes.
Y si bien un fin de semana es un trayecto breve y quizá hasta insignificante en una temporada tan extensa, no hay duda que los Cachorros eran un interesante examen para calibrar a un equipo en proceso de transición, con una gran cantidad de jóvenes y veteranos que han logrado no obstante una llamativa mezcla.
El balance de 21-9 de los Yanquis es el mejor del beisbol actualmente. Su bateo lidera la Liga Americana en promedio (.278), anotadas (172) y jonrones (49), mientras enseña un average de 5.79 carreras por juego hasta el momento.
Y este es un equipo que no tuvo a su shortstop titular Didi Gregorius el mes inicial, que recién ha recuperado a Gary Sánchez y que todavía no tiene a su inicialista regular Greg Bird. Sin embargo, no ha dejado de ganar hasta ahora.
Su gran figura ha sido el artillero Aaron Judge, un novato que marcha con 28 remolques en 29 juegos y que dispara 13 jonrones, pero además, hay un renovado Jacoby Ellsbury, un resurgente Brett Gardner (con seis jonrones en sus últimos nueve juegos) y un agitado Starlin Castro, quien parece de vuelta a su niveles estelares.
El picheo ha cumplido su labor. Veteranos lanzadores como Masahiro Tanaka y Michael Pineda han respondido. CC Sabathia ha tenido éxito en su transición de tirador a pícher y chavalos como Luis Severino y Jordan Montgomery están a la altura de las exigencias. El bullpen, ya lo conocemos con Aroldis Chapman al frente.
Nadie sabe qué pasará de ahora en adelante, pero no hay dudas que si recuperar ilusiones perdidas era uno de los objetivos de este equipo, la verdad es que no han dejado pasar la oportunidad. El trayecto es largo y tedioso, pero hasta el más extenso camino se inicia con un paso y los Yanquis llevan buen ritmo.
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