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Iván de Jesús Pereira

Tuvieron que ceder

La noticia ha pasado desapercibida por la mayoría de los medios. El fin de semana pasado, después de 35 días, Lilian Tintori ha podido ver a su marido Leopoldo López. Esto fue posible gracias a la enorme presión tanto interna como externa que tuvo que confrontar el régimen venezolano.

Lo interesante del hecho fue que la dictadura de Maduro tuvo que ceder, algo que no está contemplado en su procedimiento. El manual que se sigue en Venezuela, inventado y puesto en práctica desde hace mucho tiempo en Cuba, tiene como regla esencial no ceder ningún espacio, ya que se interpreta cualquier concesión como signo de debilidad.

Reunirse, conversar, dialogar, negociar todo eso es permitido. Todo documento, declaración, acuerdo, pacto o negociación puede ser firmado. Pero de eso a cumplirla hay un mundo de distancia.

La idea es no ceder ante nada. En mi viejo pueblo de León, había un dicho atribuido a un famoso personaje que decía: “Firmar me harás, pagar jamás”. Cuando se enfrenta uno a este modelo de socialismo llamado del Siglo XXI, se debe de estar claro que esa es su mentalidad.

Pero el tener que ceder y autorizar la visita (que tienen todo derecho) de la familia de López junto con su madre, nos está indicando que el muro cerrado que ha querido vender el chavismo puede ser penetrado. Nos ha demostrado que las cosas están llegando a un límite en donde las fuerzas de la democracia y del Estado de derecho van ganando la batalla. Que el modelo inventado en La Habana y copiado en varios países de Latinoamérica es derrotable, sobre todo, cuando se enfrenta a un pueblo decidido a obtener su libertad como es el caso del pueblo venezolano.

Cuando un pueblo le pierde el miedo a cualquier fuerza represiva, llámese esta policía, fuerzas de choque, o ejército, como lo que está ocurriendo en Venezuela, ese régimen tiene sus días contados.

Cuando un pueblo (y eso lo sabemos muy bien los nicaragüenses) se lanza a las calles y enfrenta con piedras, bombas caseras, o simplemente con sus propios cuerpos, a las fuerzas represivas, ese régimen tiene sus días contados.

Cuando un pueblo como el venezolano ejecuta escenas que hubieran sido impensables unos años atrás, como lo ocurrido en la ciudad de Machiques, en el estado Zulia, al derribar una estatua de Chávez, ese régimen tiene sus días contados.

La batalla que hoy se libra en Venezuela es trascendental para el futuro de los valores democráticos en este continente. En Venezuela, como lo dije en un escrito anterior, lo que sostiene a Maduro es la intervención descarada de Cuba y sus miles de agentes. Es indispensable que se elabore toda una estrategia continental como la que se elaboró en el caso nuestro en 1979, cuando fue la OEA quien organizó y orquestó la labor de unas series de países de América Latina que se comprometieron a buscar una solución democrática a la crisis que vivíamos.

Dejar al pueblo venezolano solo es algo más que un crimen, es un soberano error. El chavismo y sus directores cubanos pretenden vendernos la idea de la impenetrabilidad, presentarse como inexpugnables. Y en el fondo es todo lo contrario, son débiles, están solos. Hoy más que nunca se han tenido que quitar la careta de una supuesta democracia y han mostrado la cara terrible de la dictadura, capaz de violar cualquier derecho fundamental, capaz de sacrificar cualquier cosa por permanecer en el poder para enriquecerse y corromper todo el cuerpo social. De la dictadura que tiene como lema: “Detrás de mí, el diluvio”.

El autor es abogado.

COMENTARIOS

  1. Rigoberto LP
    Hace 7 años

    Tantos muertos y represión y la dictadura y régimen chavista, repudiado por más del 80% del pueblo venezolano, se ampara en las armas y la represión.
    Maduro tus días están contados y te esperan en el infierno de los dictadores tus colegas Stroessner, Pinochet, Somoza, Saddam, Kadafy y Fidel. Por ahí vas haciendo campo a alguien de aquí, de Nicaragua.

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